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Los gobiernos de Monterrey, municipales y el estatal, promueven un proyecto llamado Interconexión Lázaro Cárdenas- Zaragoza-Zuazua, que permitiría el tránsito de vehículos desde San Pedro Garza García hacia la capital de Nuevo León.
Se trata de la transformación de dos calles ubicadas en la colonia Independencia, de Monterrey, en avenidas; y después, la conexión hacia San Pedro por vías elevadas que comuniquen hacia ese municipio.
Las representaciones oficiales promueven la obra como una solución al eterno atasco de automóviles en las avenidas de esas localidades. Y ante esa aparente prioridad, no parece existir argumentación válida que les haga reflexionar si efectivamente más infraestructura destinada para los automóviles sea la solución requerida para el antedicho conflicto vehicular.
¿Cómo priorizan los gobiernos las alternativas o soluciones posibles?
¿Avenidas y puentes son el medio por el cual la población de la colonia Independencia tendrá una calidad de vida aceptable?
En esta comunicación hay datos que permiten definir un diagnóstico que considera todas las vialidades en una zona de influencia del proyecto, y aspectos ambientales relevantes desde una perspectiva urbana, como son los espacios que presentan condiciones naturales relevantes, o los de condición citadina, como el caso de las áreas verdes.
Los resultados descritos fueron establecidos con base en información pública del gobierno federal mexicano. En especial, los datos que para Nuevo León se tienen en el Sistema para la Información Censal, elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Se encuentran documentados en la siguiente publicación.
La zona de ese proyecto, en su ámbito de influencia, tiene un total de 31 colonias. La población estimada corresponde a un numero de 79 mil habitantes.
Para dilucidar cuáles criterios pueden justificar la prioritaria necesidad de construir esa obra, según la perspectiva gubernamental, hay información importante que debe ser considerada.
Ya es conocido que las ciudades fueron construidas mayoritariamente para los automóviles. Y en esa prioridad, las personas quedamos en la última de las preferencias. Para ese planteamiento, la iniciativa ubicada en los terrenos de la colonia Independencia se vuelve un caso paradigmático que permite entender el sentido de esa afirmación.
La versión pública de los gobiernos menciona que con las avenidas y los puentes buscan una mejora en la calidad de vida de quienes residen en la colonia Independencia. Pero no explican cuál es el camino posible por el cual se unirán la futura vida idílica de la población con el tránsito de vehículos en eterna traslación.
Una posibilidad de impactar favorablemente la zona de ese proyecto está relacionada con la existencia de áreas verdes suficientes en extensión y calidad.
De tan conocido déficit de Monterrey en ese ámbito, la colonia Independencia es un ejemplo indicador de esa deficiencia.
El dato es incontrovertible. En esa parte de Monterrey hay un déficit estimado en 0.67 metros cuadrados de área verde por habitante. Dicho metafóricamente quedaría así: en la colonia Independencia no hay áreas verdes. Pero en el ánimo gubernamental nunca se ha conocido la intención de revertir la carencia.
Fundamentemos otras certidumbres para la colonia Independencia.
Decir que las ciudades se construyen para los carros tiene su representación en las calles. Una mayoría de éstas son para los coches, con casi inexistentes vías con vocación peatonal.
Es en los ejes viales, cualquiera que sea su denominación, donde los automóviles tienen espacios para su tránsito.
En las 31 colonias aledañas a la Independencia, la extensión de calles y avenidas es de 137 kilómetros. Una distancia equivalente a la que existe entre Monterrey y Linares, o también desde esa capital hasta Lampazos, Nuevo León. Esa es la cifra del espacio destinado para los carros.
Ante la terminante condición, los gobiernos quieren habilitar dos nuevas avenidas y otros puentes vinculantes. Proponen que esa parte de la ciudad siga una ruta que consolida la prioridad en el uso de las calles para los carros.
Dicen que beneficia a la colonia, pero análisis básicos ayudan a valorar como dudosas esas intenciones.
¿A quién favorecen esas avenidas nuevas?
Podemos deducir favorecidos.
¿Quiénes tienen la propiedad de las tierras que se encuentran al norte de la colonia Independencia?
En Monterrey hay 182 mil 172 metros cuadrados colindantes a las impuestas próximas avenidas.
En San Pedro Garza García la extensión urbanizable es más del triple que en la capital de Nuevo León. Hay 536 mil 819 metros cuadrados sin construcción, que serían beneficiados con avenidas que comuniquen a sus áreas.
¿Y el beneficio para la población residente en la zona?
En la dinámica del crecimiento y desarrollo de las ciudades, no hay escenarios que permanezcan sin cambio. En este caso, las proyecciones de cambio no son favorables para la población.
De inicio, implica el desplazamiento de residentes en los espacios requeridos para la habilitación de las avenidas y pasos elevados.
¿Cuál es el beneficio de ese desplazamiento contra la voluntad de las personas afectadas desde el aviso sobre la construcción de esa obra?
Una zona que presenta atraso en una perspectiva ambiental que tendría que ser prioritaria —el déficit de áreas verdes—, y que debería ser revertido de manera progresiva, recibe como iniciativa de mejora más avenidas y puentes.
En este caso, la prioridad es otra.
Coincidente con el oficio del secretario de Sostenibilidad en el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, el beneficio va directo a los terrenos susceptibles de urbanización.
*Imagen de portada: pixabay.com