El trabajo poético de Catarina Lins, joven poeta brasileña, nos recuerda que hay una clase de poemas que exige el recorrido hasta el final, hasta los rincones donde la subjetividad nos desorienta, hasta que nos hemos permitido dejarnos llevar por la reunión y el divorcio de los sentidos, la ignorancia y los indicios a los que nos expone un poema, todo para probar su tensión, su ánimo, su cadencia y su irreprochable libertad. Algo así como la vida.
Los poemas de Catarina son abiertos; después de los primeros versos, se alejan de cierta seguridad, rechazan lo ceñido y se aproximan a inusitadas situaciones e imágenes que revelan un movimiento o actividad que sigue hurgando aun cuando el poema ha terminado. Quedan las sensaciones y las imágenes, la certeza de que hemos hecho un recorrido azaroso pero no gratuito. En sus poemas escuchamos voces que intervienen como ecos de un sueño, frases en inglés, personajes y referencias a lugares o escenarios cotidianos en donde algo sucedió único y, en la apariencia de no pasar nada, deja ese resabio o eso que cosquillea al despertar. Portamos nuestros fragmentos y con ellos nos sostenemos ―parece decirnos la poeta.
La poesía de Catarina Lins mana de esa fuente de la tradición que heredamos con Mallarmé; lo que el poema calla, lo que sugiere, lo que su sonido revela, la página y sus espacios vacíos participando, una palabra sola en el panorama o aquellas que en su acomodo y reminiscencias emergen con nuevos sentidos. La misma fuente que de algún modo alimentó las vanguardias del siglo XX en nuestra América de habla hispana y también de habla portuguesa, con la poesía concreta brasileña.
La selección de poemas a continuación está tomada de los tres libros publicados de Lins: O Teatro do Mundo (7Letras, 2017), Torpe orificio (Editorial Garupa, 2016) y Músculo (7Letras, 2015). De esta muestra, casi todas las versiones al español son trabajo del poeta mexicano Sergio Briceño. La lectura en voz alta corre a cargo de quien firma estos apuntes.
Carolina Olguín
CONCEPCIÓN
apago la luz del jardín
y cierro las persianas
la laguna allá lejos
con sus columnas de luz
y la moldura de los árboles
que sucesivas generaciones
de pájaros
plantaran
con sus excrementos
la higuera enraizada
lo sublunar olvidado
en la terraza
apago la luz del garaje—
alguna cosa sucede aquí
en los barcos alquilados
en los pies cortados
los mariscos
yo que aprendí sola
a recostarme en las piedras
que siempre se acomodan bien
en las espaldas cansadas
yo que nunca tuve pensado volver
hasta sentir de nuevo
las curvas
lentas
de piedras calientes
y llenas de liquen
guardadas por rocas mayores
en sus corolas de bromelia
y barbas de anciano
nuestras pieles secándose al sol
—cerramos la casa y apagamos las luces
fuimos felices allí
es claro
que podemos volver
pero no se dirige puerta adentro
en el regazo de los padres
para siempre &
don pimpa
tenía razón
cuando decía
“todo eso, niña,
es nada
comparado al pedazo de tierra entre el océano atlántico
y la laguna de concepción
donde serás criada…”
COMO UNA LOCA ABRAZADA A UN RAMO DE ROSAS QUE ELLA PENSÓ ERA UN PARACAÍDAS
sus ojos desacostumbrados con la luz de sodio
o con el atravesar de las franjas
o con mis ojos
desacostumbrados
al mirar aprehensivo de otro rostro
aprehensivo
o cómo se desacostumbraron
a mirar para abajo, hacia las heridas
abiertas en el asfalto
y hacia el agua dentro
tú mirando por la ventana del autobús
a los voluntarios que pasan rápido
y la tienda de embutidos que ahora lleva mi nombre
tus ojos desacostumbrados
como la luz de neón
de mi nombre
yo desacostumbrada
con la nueva persona
que nació o murió
en londres
y ya no cena más
obsesionada con el peso de su propio cuerpo-
pluma
alguna cosa se desaloja adentro
cuando te fumas un cigarro o tomas helado
ajena
a las cosas que han pasado en los últimos doce
años
(siempre me acuerdo del perro y la zorra
y siempre espero que llores
o llegues a la casa
para tirar los zapatos y escribir un poema)
y las huellas mojadas
del bebé
o una lata
tirada en el suelo mientras espero
a que te decidas si vas
a llorar
yo siempre espero
que llores
cuando los voluntarios pasan rápido
por la ventana del autobús y nuestros ojos
aprehensivos
como los cambios
que tú notas en la ciudad y yo noto
en ti
una ciudad sucia
y yo noto en ti
el resultado de una bella táctica
podemos marcar un encuentro.
algunas cosas fueron hechas para ser perdidas
dices ahora de la moneda que cae al suelo
sin notar que citas a bishop
lo que solo noto ahora
mientras escribo
de ahí que nos hayamos mirado
pronta y largamente entonces
y te puede marcar un encuentro dices porque al menos
conseguiste lo que querías
que era ser muy delgada
y tener el cabello muy largo
y yo pienso que así estás bonita, así
en serio
pero una cosa se desaloja
cuando dices que cada día me parezco más
a katherine mansfield, por ejemplo,
o cuando tú quieres hacerte la loca
y yo no
TYR ENTRE LOS MATRINXÃS[1]
you’re so tired of being alone es lo que dice
al green en tu timeline
es lo que dices en un cuarto de hotel de la ciudad
que nos cuesta diez reales
por hora
la visión de tu cuerpo aún flota
sobre la avenida getulio vargas y sus oitis[2]
sobre el rojo-granate
de las aguas llenas
de cauxi[3]
a las cuatro de la mañana
i’m so tired of being alone, también
pero del puerto al caos no se lleva tanto tiempo
del puerto al caos no se lleva tanto de tus versos sáficos
no se lleva al caos ni a los molinetes térmicos
y no se lleva
sobre todo
a los mercados de frutas neón donde ni lorca ni whitman
compran ya nada
no se venden poemas aquí
ni duraznos ni penumbras
ni oscuridades gratuitas
en la habitación 108
no ejercitas nada
mucho menos los músculos
de tu alma
y como un jaraqui[4] intentando quedarse
en la corriente de un río negro
o en un barco a motor
es el propio tyr entre los matrinxãs
y como todos los seres maravillosos
como Maximilian, de Malmö
tienes que vivir a 2854 km de mi ciudad triste y de sus partes de barco de mar
sin sol
donde hace frío y no tenemos las formas de nubes
que el cielo pulmonar de tu ciudad madre tiene
al menos es lo que dicen las luces de advertencia
es lo que dice tu cuerpo esculpido con runas nórdicas queriendo quedarse
es lo que dicen los peces del río y los peces del mar
colocados contra la pared de un bar punk en la periferia de las grandes ciudades del Norte
es lo que dice Dante tatuado en inglés en tu abdomen flaco
[1] “Matrinxã” es un pez.
[2] “Oiti” es un tipo de árbol.
[3] “Cauxi” es la palabra indígena para esponja.
[4] “Jaraqui” es un pez.
MÚSCULO
En el viaducto fantasma
sobre el mar oscuro
y revuelto de espuma brillante hecho foto-
grafía antigua o
aparición donde nada
más allá de la música cantada
en la presentación de inglés
de la quinta serie existe
contrajiste
todo el tiempo
la mandíbula, los remolinos
que tienes en el pecho y el desplazamiento
de las masas de aire, a la memoria del mar
como un príncipe submarino –
Si en el distrito de las aguas
o en Pentney Road
we didn’t die of boredom at all
es porque existe o existió un girasol
el tono terroso de la vegetación alrededor del faro
tu predilección por garbanzos y Di bailando
porque finalmente hay ritmo. Si no morimos de aburrimiento
es porque existe el flujo de las fragatas
y si Dios
no es el flujo de las fragatas
no sé qué más podría
ser.
*Imagen de portada: Leonardo Pimentel.