
Foto: cultura.gob.mx.
Durante el Distrital 2018 celebrado en la ciudad de Monterrey se discutió sobre la importancia de generar apoyos para la exhibición de cine alternativo. Son tantos los proyectos de cine que se hacen a nivel mundial que la capacidad de las salas para recibir y proyectar cada obra producida es prácticamente imposible. De ahí que la generación de salas de cine alternativas sea de una importancia vital para el desarrollo de una sana cinematografía nacional.
Juan Pablo Bastarrachea ha creado uno de esos espacios con su proyecto Cine Tonalá, donde se ha ido construyendo uno de esos espacios para la promoción del cine de manera orgánica. “Mi inicio fue como promotor en un festival, que duró varios años que se llamó FICCO, después en otro más chico que se llamó Cinema Global, después en este que se llama Distrital, que ha mutado y cambiado mucho. En algún momento pude emprender este proyecto llamado Cine Tonalá, que es una red de salas, junto con un proyecto de restaurante”.
La promoción y la exhibición cinematográfica lleva a buscar proyectos para compartir en sus salas, pero también a la producción de películas en las que se cree, películas que buscan una salida. “A la par de eso yo ya estaba trabajando en un documental, en ese momento era un proyecto bastante pequeño —el documental es Bellas de noche, con María José Cuevas—. Entonces comencé un poco más a participar en otros aspectos del cine, no nada más de la promoción, también en la producción. He estado en un par de cortos. Produje ya con Cine Tonalá Casa Roschel, de la directora chilena Camila José Donoso, y estamos comenzando un nuevo proyecto con el director Manuel Abramovich”.
“Lo que hemos hecho es un poco como aprovechar la pequeña estructura que tenemos en cine Tonalá para no nada más participar en la exhibición, sino también en la distribución. De repente agarramos algunas películas que movemos en otras salas de México y de América Latina. Esto se da de manera orgánica. Esto se dio con películas que nos llegaban a nosotros y que otras salas tenían interés en proyectarlas, como Una chica regresa sola a casa de noche“.
Otro de los grandes retos de los espacios alternativos de exhibición cinematográfica es la programación que tienen en sus salas. Juan Pablo Bastarrachea nos comenta que lo que intenta es “con los estrenos que en este momento las distribuidoras están sacando, es encontrar como un balance entre una película de corte autoral pero más grande, con un documental, con una película mexicana, con una película un poco más rara. Lo que intentamos es voltear a todos los públicos que van”.
“La narrativa principal que tenemos es que intentamos economizar todos los recursos que tenemos, con la oferta que hay en la Ciudad de México que es muy vasta. Es muy importante descentralizar, que la exhibición alternativa abarque distintas regiones del país”.
Otro de los desafíos de las salas alternativas es el público, en Cine Tonalá se busca que el cine sea un medio de vinculación entre los autores y el público. “Nosotros programamos mucho cine mexicano, intentamos hacer muchas sesiones de cine mexicano con talento y es un poco lo que ha hecho que seamos un punto de encuentro entre la gente que hace cine, estudia cine y la gente que ve cine”.
Cabe destacar que Juan Pablo menciona que entre los grandes retos de la administración de IMCINE no está solamente apoyar la producción cinematográfica, sino también la exhibición y la distribución de cine, crear incentivos que permitan definir espacios. “Al final los pocos espacios que hay hacen que se atasque todo. El reto para la nueva administración que entre a IMCINE es crear los estímulos de exhibición y de distribución. Creo que la distribución está muy dispareja todavía. Afortunadamente existen distribuidores como Interior 13, Mantarraya, Caníbal. Tenemos que entender los proyectos como plataformas de preparación, formación de empleos. El problema real de la exhibición del cine mexicano son las salas grandes, la solución no estoy seguro que seamos nosotros”.