El trato

  Resulta de un muchacho, joven pero madurito, de manos fuertes y ombligo chistoso. Como a buen mexicano, las carencias le superaban. Eran tantas sus penas que, en transacción, dio su alma a “El Chueco” con afán de quitarse de jodencias; así, seducido por el gozo y las promesas de una etérea abundancia, arribó a…