
Mano de obra (2019) es la ópera prima de David Zonana. La cinta del realizador mexicano ha formado parte de selecciones en festivales de cine internacionales como el Festival de San Sebastián y el Göteborg Film Festival, en el cual obtuvo el reconocimiento a Mejor Ópera Prima Internacional; así como de festivales mexicanos, como lo son FICUNAM y el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Al ser Mano de obra tu ópera prima y haber realizado anteriormente tres cortometrajes, ¿cómo ha sido tu experiencia como realizador?
Hacer cortos para mí, que no fui a la escuela de cine, fue mi forma de aprender realmente, de sentirme cómodo en un set, aventarme a contar una historia que yo quería contar en su momento. Esos cortos me permitieron adentrarme un poquito más y perderle el miedo a filmar y eso me llevó al objetivo que siempre tuve, que era hacer largometrajes.
¿Cuál es tu visión al hacer cine?
Las historias que he contado han sido diversas; los cortos han tratado temas psicológicos, familiares, en el caso de Mano de obra el tema es social, casi político. Realmente yo creo que mi visión no es estática sino dinámica, en el sentido de que voy a contar las historias que me motiven, que me sean personales y me perturben. Por medio de esa herramienta que es el lenguaje cinematográfico intento externar mis preocupaciones, y esas historias se han representado en las distintas etapas de mi vida.
Tanto en tus cortometrajes como ahora en Mano de obra, tu cine se caracteriza por brindar historias humanas de relaciones familiares, muerte, empleo y clases sociales. ¿Cómo nace tu interés por esas temáticas?
Los problemas económicos en Hermano y Mano de obra son algo evidentes en términos del sistema en el cual vivimos día a día y lo que creo que estamos experimentando como sociedad: esa necesidad de salir adelante, ya sea si vienes de clase media o de clase baja, supone las mismas problemáticas y lo exploro en esos dos proyectos. Paralelamente el tema de la familia, que aparece en todos mis proyectos, porque para mí es lo más básico. La familia reúne las bases de todas las relaciones humanas, para bien o para mal, por ejemplo; psicológicamente tiene repercusiones intensas, como podemos verlo en Sangre Alba; también es una zona de confort, como en Princesa, y se puede descarrilar, puede haber mucha rivalidad y resentimiento, como en Hermano. En Mano de obra creo que es un tema de unión, la familia es todo lo que tienes, siempre vas a luchar por ella y cuando la pierdes, las cosas cambian.
En el caso de Mano de obra, los escenarios logran representar la disparidad social, mostrando El Pedregal y Jalalpa como opuestos. ¿Cómo decides las locaciones y cuál fue tu impresión al grabar en ambos lugares?
Jalalpa es el lugar en donde realmente viven los albañiles que trabajaron en la película, entonces filmé en ese mismo barrio; y en el caso de El Pedregal, reunía las características que yo necesitaba, una zona de clase alta. Justo es lo que yo quería retratar, esos contrastes que se dan son muy evidentes en México y en toda Latinoamérica. Lo interesante es que a lo mejor no ponemos la atención suficiente en eso y para mí la película fue una oportunidad de verlo más de frente. Para mí es interesante cómo esos contrastes, que ya existen, a los cuales yo no les modifiqué casi nada, las locaciones son como son, tienen un efecto distinto cuando sabes que están ahí o cuando los ves con un tiempo de separación. Una persona que va caminando por la calle, en una hora ve una casa tan precaria como las que vemos y una hora después ve una casa tan lujosa como las que salen también en la película, pero es distinto cuando estás viendo una situación de vida precaria y cortas al lujo extremo como pasa en la película. No hay forma de esconderse, lo tienes de frente y es lo que yo quería expresar.
Tu trabajo en Mano de obra nos habla acerca de la marginación social, presentando la historia de una manera en la que el espectador puede empatizar con los personajes y ver su humanidad ¿Cómo te aproximas a la historia y logras hacer un retrato humano sin caer en lo que Luis Ospina llamó “porno miseria”?
Intenté ser lo más objetivo que pude, desde la narrativa hasta la puesta en escena, sin manipular, sin intentar expresar opiniones personales y sin fundamentos, más bien intentando plasmar lo que yo veo, una sociedad contrastada social, política y económicamente y una necesidad de justicia evidente. Por otra parte, veo en la historia de Latinoamérica muchos líderes que se aprovechan de esta necesidad de justicia, para prometerla o para montarse en la ola a través del populismo y una vez que llegan al poder con esos ideales también se olvidan de ellos y terminan usando el poder para su beneficio. También esto que lo intenté plasmar en la pantalla.
¿Cuál crees que es el punto de interés del cine independiente en México actualmente?
El tema positivo que hay con el cine mexicano es que hay mucha diversidad, hay muchas voces, mucho más que hace 20 años que no existían todos estos fondos y estímulos fiscales que han sido clave para que más mexicanos y mexicanas con talento puedan realizar una película y exponer su voz. Creo que estamos en un muy buen momento y espero que siga así, que estos fondos sigan adelante, con todo lo que está pasando económicamente la cultura tiene que ser prioridad y el cine depende mucho de ello. Los resultados son evidentes, muchas voces, muchas historias y directores han resonado internacionalmente en los últimos años y eso es importante para poner a México en el mapa. El cine es una de las artes más populares hoy en día y tenemos que estar a la vanguardia.
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