
Teatro de primera mano para tiempos nuevos es una obra escrita y dirigida por Liliana Porter y Ana Tiscornia, estrenada el pasado 4 de abril en la plataforma de Vimeo, disponible en la página de la Sala 10 del MUAC de la UNAM, como parte de su programación a distancia. El confinamiento por la pandemia debido al COVID-19 llevó a estas dos artistas a crear un montaje de manera remota, en el que cada actor invitado se graba con la cámara de su celular desde su propia casa e incluso desde distintos países. La obra se realizó a finales de marzo, a inicios de la cuarentena, en menos de una semana, entre Buenos Aires, New Paltz y Rhinebeck.
La puesta en pantalla se fragmenta en doce episodios cortos que nos dejan ver las actividades cotidianas de los teatristas en los tiempos en que era imposible habitar los escenarios. Frente y detrás de los dispositivos no se cuenta una historia como tal, sino que las tomas pretenden acercarse a la realidad por la que todo el mundo atravesó, o aun experimenta. Asistimos, por ejemplo, a una cena familiar, a la hora de lectura, clases de baile, manualidades, conversaciones en familia, una videollamada con el estilista, el canto bajo la regadera, típicos pasatiempos no ligados de manera inmediata a la figura de un artista, ya que resulta sencillo identificarse con ellos. Como lo dicen las mismas guionistas, el énfasis se decanta por la dislocación, el tiempo, la realidad y la ficción.
El elenco ha hecho su trabajo con lo que tiene a su alcance. Al utilizar su hogar como escenario, su propia ropa como vestuario, utensilios como props, muestran la realidad en la que seguimos atrapados… improvisando. También exhiben los disgustos que seguramente tenemos muchos en casa, como querer ir a comprar una pizza o algún postre para variar el menú casero de todos los días; tener el cabello sin cortar o dañado, porque la estética o peluquería está cerrada, buscar una actividad qué hacer… en fin, tratar de continuar con nuestra vida diaria.

Las actuaciones de Florencia Alonso, Patricio Aramburu, Javier Drolas, Juan Pablo Garaventa, Lucía García Puente, Valeria Lois, Sabrina Macchi, Horacio Marassi, Alejandro y Sergio Vitello muestran un gran trabajo y profesionalismo, tomando en cuenta el reto de actuar fuera del espacio acostumbrado, completamente solo (sin ningún otro), imaginando a su compañero o interlocutora y colocando la cámara en el ángulo correcto para cada toma, específicamente en las escenas donde había interacciones entre algunos personajes para simular la conversación el uno con el otro en un aquí impensado. La música de Sylvia Meyer le da una gran ambientación al principio, cuando prepara nuestros oídos para cada escena o cuadro. Como lo dice el título de la obra, son tiempos nuevos, y tenemos la fortuna de contar con tecnología que, de cierta cierta manera, nos permite estar conectados los unos con los otros. Teatro de primera mano encarna el sólido argumento de que ninguna crisis va a detener al arte teatral.
La video producción fue hecha y lanzada durante el confinamiento, de manera que va dirigida a todos aquellos que estamos en el mismo encierro. Durante el mes de abril, tuvimos que luchar contra la desesperación, la incertidumbre y el miedo ante una trágica pandemia, la cual no tiene que ser necesariamente pintada así, pues está en cada uno encontrar la mejor manera de sobrellevarla y combatirla. Se nos dijo una y otra vez que nuestras actividades debían continuar desde casa, pero para quien hace teatro, ¿cómo iba a ser posible esto? ¿Cómo reunir sin riego a una audiencia en un mismo espacio? Porter, Tiscornia y un gran equipo trabajaron en una respuesta desde el encierro.
Con las clases y el trabajo en línea, ya hemos comprobado que a través de una pantalla podemos mantenernos en contacto para continuar con nuestras actividades habituales, incluso las etiquetadas como no esenciales. Ahora, con este tipo de puestas en pantalla vemos que el arte también lucha por seguir. Sabemos que no es lo mismo verlo en cuerpo presente que en nuestros dispositivos; creo que todos vamos a seguir prefiriendo el espacio habitual para el teatro, observar el escenario y a las actrices justo enfrente de nosotros porque de esta manera somos el convivio. Sin embargo, hace cinco meses estas alternativas exploraron las posibilidades técnicas y actorales del momento y, de igual manera, como audiencia nos animamos a darle play. No hay que olvidar que el teatro se compone de un convenio (comunicativo) entre la puesta en escena y sus espectadores. Las directoras y actores hicieron su parte durante el confinamiento, ahora le toca el turno al público, una vez que comiencen a abrir las salas, ir a llenarlas.
