
Un gusto saludarles y agradecer al 5º Congreso Nacional de Teatro por tan noble esfuerzo de dar voz al teatro. Me acerco a ustedes desde una reflexión a partir de la mesa 4 de trabajo del Congreso y los diálogos generados en los últimos meses sobre la producción digital del teatro, la cual quizá conecte con algunos o varios puntos que ya se han mencionado por las voces que abordan este tema.
Partiendo de la nobleza y virtudes que la disciplina teatral puede llegar a generar en les individues que lo practican y de quienes gustosamente observan esta práctica, me permito parafrasear a colegas de alto calibre y espero que me disculpen si erro.
Convivo con el tema a partir de los fantásticos desarrollos conceptuales y pedagógicos que genera Jorge Dubatti sobre un teatro matriz, su convivio, su tecnovivio y el romance tenso que existe entre estas dos, acuñado como teatro liminal.
Convivo con el tema intentando ser valiente y emocionante como la dramaturgia perfomática digital y el teatro ciborg que propone Fernanda del Monte, o de las infinitas posibilidades que nos ofrecen estas herramientas digitales para contar desde donde sea y como sea, que de manera perfecta e impecable Juan Carlos Zagal materializa con su Teatrocinema.
En un tecnovivio, Alberto Celarie Flores, un maestro que me conoce poco pero que estimo mucho, mencionó la nobleza del teatro. El teatro es tan noble que acepta cualquier convivio. Un día la semiótica quiso venir a convivir y la recibimos con gusto. En otra ocasión se asomó la política y nos descubrió conviviendo con la filosofía. El teatro convive, y vive al ritmo de sus sociedades.
Y lo que hoy vivimos no es más que una oportunidad para reconvivir y darnos cuenta que todo sigue igual pero parece diferente. Bien lo mencionó la consciente y talentosa Raxá Caculhá desde Barcelona hace unos días: Esto no ha hecho más que revelar nuevamente la triste realidad de la disparidad económica de nuestras sociedades. Si para poder ver y disfrutar de una producción de teatro digital con calidad necesito un 5G e internet de X potencia, ¿qué va a pasar con el público que no tenga eso? ¿Cómo harán les creadores del teatro si no cuentan con los recursos, conocimientos y herramientas para comunicar con calidad? ¿Qué nos dice esto, que no hemos entendido del problema que está frente a nosotres?
Evoé Sotelo hace unos días mencionó sin miedo en este Congreso algo certero: La producción digital no hizo más que amplificar las carencias que venía viviendo el teatro. Altos costos y pocos ingresos, mucha oferta y poca demanda.
La producción digital más allá de su debate conceptual y/o estético, es una herramienta más, que por necesidad o gusto nos permite comunicar. Quizá el convivio y tecnovivio tampoco sean el tema principal; quizá el tema es que el convivio sea justo en cualquier opción de producción teatral.
Y a partir de esto último, en la mesa de trabajo de este nuestro Congreso (dejemos a un lado las agendas personales), pensábamos en la importancia del acercar el conocimiento y requerimientos técnicos para la producción digital, tratando de responder a las preguntas: ¿Cómo nos armamos? y ¿cómo no quedarnos desprotegidos?
Comenzamos a proponer armados de circuitos y mapeos que nos permitan no perdernos en el ejercicio comunicativo del teatro en la era digital. Intentando acercar el conocimiento del uso correcto de las herramientas cinematográficas, el mundo de hardwares, softwares, cromas, etc. Entender con qué aliados debo convivir hoy en día para que podamos llevar a cabo producciones de calidad bajo estos reguladores narrativos. Y que a su vez podamos entender a los nuevos públicos de esta era digital y podamos de manera exitosa llegar a elles.
David Olguín menciona que quizá en un futuro cercano ir a ver o hacer teatro será una actividad interesante, una actividad peligrosa, excitante… como los turistas que comen pez globo; suena descabellado, peligroso e irracional, pero por alguna razón en mi cabeza sigue sonando: “Tienes que hacerlo una vez más”. Y continúa el maestro Olguín: “Probablemente quienes sobrevivan en el quehacer teatral no serán los más hábiles, quizá serán los que tengan mayor capacidad de adaptación.”
Hoy más que nunca convivamos como podamos, seamos atrevidas e irreverentes con el lenguaje que comunicamos, ya que probablemente vengan cinco pandemias más o a la vuelta de la esquina nos pueda estallar una bomba nuclear. Pensemos en los infinitas narrativas y entendamos las herramientas de nuestra era digital.
Ya encontraremos espacios donde podamos jugar a los debates conceptuales, pero hoy, pensemos que es momento de guerrilla y tenemos que cuidar de nuestro gremio, hay que acercarnos al conocimiento y las herramientas necesarias que nos permitan resistir, y quién sabe, como dicen por ahí: Quizá terminemos descubriendo el cine.