Hace un año, días más, días menos, el taller de Los 5 Locos abrió sus pestañas al mundo del reportaje cultural, aquí, en la Revista Levadura. Roberto Kaput González Santos, maestro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, doctor en Estudios Humanísticos por el ITESM, reunió a estudiantes de varias partes del país para realizar una nueva idea: un suplemento editorial donde los jóvenes publicaran artículos sobre aquello que les interesa, sobre lo que sucede en el mundo, y tuvieran la libertad necesaria para hacerlo de la forma en que desearan.
Los jóvenes se regocijaron.
La idea que comenzó hace un año, con un vaivén de posibilidades de alcance colaborativo, ha resultado en una lista de artículos y reportajes que abarcan desde la reseña de libros hasta el análisis de documentales, de la entrevista audiovisual a Valeria Luiselli, a la crónica de protestas y movimientos sociales. En el mismo sitio encontramos fotografías del desfile del orgullo y citas de poemas sobre lo maravilloso del mezcal. Una casa de mil pasillos donde cada puerta fue tallada por jóvenes deseosos de que alguien venga y las abra, para recorrerlas también.
A algunos fuimos contactados por medio de las redes sociales, uno que otro en los pasillos de la entrañable Facultad de Filosofía y Letras, y otros más al comentarnos el proyecto en el Taller de Periodismo cultural de la facultad, pero, a final de cuentas, fuimos llamados a convidar de este placer que es escribir para otros.
Hoy celebramos el primer aniversario de Los 5 Locos, y para festejar la ocasión hemos preparado esta no tan corta crónica de su historia, donde los integrantes nos reunimos a través de las pantallas para resumir a grandes rasgos aquello cuya única descripción acertada podría ser la palabra “libertad”.
Desde el principio
Oficialmente, nuestro taller comenzó el 24 de septiembre del 2019 con las notas al margen de Iza Rangel sobre Chaco de Liliana Colanzi, aunque si alguien nos preguntara por un momento específico, tendríamos diferentes respuestas. Algunos de nosotros, como Carlos Rutilo Aguilar, ya habían publicado en la Revista Levadura antes de la creación del suplemento. Otros, como Gabriel Hernández, Kevin Rodríguez y Daniel Betanzos, estaban colaborando con el maestro Kaput cubriendo una feria de cine mientras Los 5 Locos tomaba forma. Hubo quienes comenzamos en aquel septiembre, cuando las primeras entregas de nuestra sección eran en su mayoría reseñas de Vientos del Pueblo, una colección de textos de precio accesible lanzados por el Fondo de Cultura Económica en los primeros meses del 2019. Hay otros, como Julissa Quezada y Julia Ibarra, que se integraron poco después, animados por el maestro Kaput cuando las tareas de clase tenían potencial para convertirse en artículo.
El maestro Kaput vio potencial de locura en todos, y eso que casi ninguno había tenido la dicha de ser publicado en otro sitio. Pero ya sea que fuéramos invitados a formar parte del taller o que nosotros pidiéramos entrar, lo que tenemos en común es que todos estamos aquí porque queremos, porque nos gusta, y porque en Los 5 Locos tenemos el espacio, es decir, “el lugar donde uno puede ser”, como una vez dijo Julia. Un espacio donde se comparte.
Angeles Moreno, nos confía, lo que más valora del suplemento es el contacto con colaboradores y de la Revista Levadura. Le gusta mucho poder estar al tanto de lo que los demás ven, consumen y estudian. “Siendo parte de este grupo, una puede aportar algo y gracias a la libertad que existe”, nos dice, “creo que se ha podido construir una identidad”.
Tras bambalinas
La primera intención consistió en reseñar los flamantes ejemplares que, con nuevas estrategias para promover la lectura, masivamente comenzaba a producir el Fondo de Cultura Económica: Vientos del Pueblo. Esta serie recopila textos mexicanos de enfoques diversos, como crónica periodística o narrativa breve, pensados desde origen como una forma barata de tener acceso a ellos. La primera idea en Los 5 Locos fue elegir alguno de ellos y reseñarlo, dar nuestra opinión sobre el texto mismo o sobre su edición. Podíamos escribir sobre la colección por sí misma, o sobre el ambiente nacional que propició su creación. Con esta base para trabajar, los primero artículos de nuestro suplemento fueron escritos.
De aquí hubieron reseñas sobre Los mártires de Tacubaya, La muerte tiene permiso y Loxicha – Los ejércitos de la noche. Con una base firme sobre la cual escribir, todos los que tomamos parte en las reseñas lo hicimos en la manera que consideramos adecuada, con el entendimiento de que, en caso de no estar satisfechos con lo que hubiéramos escrito, siempre podíamos corregirlo. Era nuestro primer borrador.
Ya después de ese primer aliento, las aportaciones comenzaron a variar en sus formas, sus modos y contenidos. Laura Elena Cáceres, que ya hablado también sobre la marcha por Ingrid Escamilla, dice que no tenía planeado publicar sobre el caso 56/2020, que reporta el abuso policiaco en Neza. Ella nos platica que, al enterarse, se ofreció ayudar con la transcripción de unas pruebas en audio y, después, sin planearlo, nace su reportaje. Angeles Moreno al estudiar sobre el documental se da cuenta que el canon no coincide mucho con su contexto: la escena es europea y dominada por hombres. Decide entonces escribir sobre el documental La tempestad de Tatiana Huezo, ya como una forma de conocer su propia región y también para reivindicar el cine dirigido por mujeres.
Gamaliel Figón dice que sentía la necesidad de compartir el impacto que le dejó Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez. Hablar del conurbano de Buenos aires, se da cuenta y por eso el libro lo conmueve, es casi lo mismo que hablar de las tierras que conoce, de Apodaca, a pesar de los miles de kilómetros de distancia.
Por su parte, Rafa Castillo nos cuenta de la ocasión en que escribió un artículo distinto al que estaba trabajando entonces. Penguin Random House había anunciado una colección de clásicos con portadas donde protagonistas blancos eran dibujados como razas distintas o minorías, las cuales fueron calificadas como “un intento superficial de aparentar diversidad”. Esa tarde le entregó al maestro Kaput un artículo distinto al que habían acordado, pero fue recibido y publicado sin que eso fuera un problema.
Yared Zepeda en una de sus reseñas nos cuenta sobre La noche sin nombre, de Hiram Ruvalcaba, maestro y paisano suyo, de Ciudad Guzmán, Jalisco. En charla con ella por Zoom, nos habla de su estado, la cuna de artistas como Fernando del Paso, Juan José Arreola, Juan Rulfo, Refugio Barragán de Toscano. Un lugar con una fuerte tradición cultural.
De hecho, no sólo tenemos un repertorio de voces y recursos literarios entre manos, también nuestras raíces, nuestra tierra. Somos orgullosamente mexicanos en Los 5 Locos, pero la locura traspasa estados y ciudades; Monterrey sólo fue el lugar de encuentro. Somos del sur, de la tierra por donde llegaron del viejo mundo, del estado cuyo nombre es homónimo al del queso, donde las cosas se hacen “al palo y sin zacate”; también venimos del centro, en especial del mismo suelo del gran Juan José Arreola, con la feria y vestuario incluido; procedemos de dónde aún se puede viajar en tren, del estado vecino de Texas y del Golfo nacional, y de la zona del conurbada de la Sultana del Norte, Apodaca, el municipio de las glorias de leche quemada.
Es esta clase de espontaneidad la que marca a Los 5 Locos: cualquier tema puede ser tratado, cualquier estilo puede probarse, y todas tus ideas para hacerlo son tratadas con respeto, mientras tú te sientas seguro que tu esfuerzo las ha trabajado para bien. Es la abundancia en temas una fuente de orgullo aquí en Los 5 Locos. Cualquier idea con potencial es escuchada, escrita, trabajada, y vemos potencial en todas partes.
¿Y por qué repasamos nuestro devenir? Porque es bueno saber de dónde somos para conocer dónde estamos, pero sobre todo a dónde queremos ir.
Entonces, ¿cuándo fue que nuestro taller comenzó? ¿Fue con las primeras participaciones de estudiantes en Levadura, o cuando fuimos invitados a formar parte de él? Quizá con las primeras reseñas de Vientos del Pueblo, o sería más adecuado señalar a los artículos que siguieron justo después de eso. Nuestro origen puede estar en cualquiera de esas partes, pero lo cierto es que Los 5 Locos se fue formando a sí mismo de una forma natural y casi imperceptible. Como un cuadro puntillista que sólo se aprecia bien si estás cerca en lugar de lejos, como un documento escrito en su totalidad en letra chiquita. Como una adaptación cinematográfica de la novela del absurdo, Los 5 Locos es un grupo que es difícil de describir, pero cualquiera puede entender y apreciar.
La visión interna de Los 5 Locos
¿Por qué es importante un lugar como este? Esta es la interrogante ahora que volvemos atrás la vista de Los 5 Locos. ¿Por qué es importante? Y es que, así como hay de todo en nuestro suplemento, las respuestas son una miscelánea de perspectivas.
Para Ángel Gerardo Candelaria Hernández, por ejemplo, su forma de describir de este suplemento es “una superficie rugosa”, en la cual deslizamos nuestros sentidos a través de la estética para descubrir nuevas lecturas, diferentes perspectivas. Una nueva manera de volver la vista a las Artes, a lo social y a lo cotidiano, sin dejarnos a nuestra suerte.
Fátima Castro discrepa. “¿Cómo describes lo indefinible?”, nos interpela. “No quiero tratar de darle un nombre, o un adjetivo, pues intentar definir al suplemento es como si le quitáramos vida y valor”.
Julissa Quezada piensa en las posibilidades más prácticas, pues “Los 5 Locos es una oportunidad a los jóvenes para tratar temas que nos interesan en una forma accesible”. Nos habla de su entrevista con Benito Taibo en la anterior edición de la Feria Internacional del Libro de Monterrey, publicada por Levadura. “¿Qué joven hubiera tenido la misma oportunidad? No muchos, seguramente”.
Carlos Rutilo compara al proyecto con la novela Manhattan Transfer, con todos estos jóvenes que vienen y van, aportando siempre una nueva voz. “Me parece importante que exista un espacio así”, nos dice, considerando el tiempo efímero que tienen los suplementos culturales en nuestro país, y en la gran oportunidad que representa compartir nuestra perspectiva en esta publicación semanal, en un periodo donde secciones así poco a poco se extinguen.
Pamela Aguila mira el suplemento como una forma de explorar lo que hace la juventud, un espacio abierto y poco común, alejado del canon. También lo importante, dice, es el trato horizontal que existe con el editor.
Kevin Rodríguez considera que es una oportunidad para abrir la voz propia y el pensamiento crítico para evidenciar la actualidad y la forma en que reaccionamos a ella. “Este espacio será importante también en el futuro para juzgar los impactos de la pandemia por el COVID-19”, nos afirma.
“El suplemento de Los 5 Locos“, dice Daniel Betanzos, “es muy útil para que el estudiante se vaya fogueando en el tema de las revistas y las publicaciones”. Y concuerda con los demás: también representa la visión de las nuevas personas en el panorama latinoamericano.
Gabriel Hernández afirma que lo que todos tenemos en común es el gusto por la lectura y la juventud. “Lo más importante”, piensa, “es tener un espacio para disfrutar escribir y leer. Una comunidad”.
“Es un lugar donde puedes crecer a tu manera”, opina Rafa Castillo. “Fue con Los 5 Locos la primera vez que me publicaron, y eso realmente me entusiasma. ¿Me considero un profesional ahora? Diablos, no. Pero sí creo que estoy aprendiendo a ser uno, a mi manera”.
A nuestra compañera Genisa Cedillo le llama la atención la diversidad y la presencia del suplemento en el Norte, una zona donde no hay tanta difusión cultural. Nos dice que le parece genial el distanciamiento del periodismo frío aquí, en el taller, pues rechaza los confines de escribir sólo “¿Qué? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde?”, pues se realiza con la calidez de una voz en libertad.
Desde la perspectiva de Laura Cáceres, lo que suele ocurrir entre el periodismo tradicional y las nuevas tecnologías es que se repelen. La Revista Levadura se ha adaptado bien al área virtual y esto ha sido un factor determinante para su importancia y su posibilidad de generar nuevos espacios.
Y entre tanta heterogeneidad en el suplemento, nuestro compañero Gamaliel Figon encuentra una constante notoria: todo aquí tiene que ver con el aliento joven, el primer respiro y esto es lo más destacable. “Es también una buena oportunidad para dialogar entre nosotros. De lo que me doy cuenta con esto es que el interés mutuo siempre es un tejido que da vida”
Dentro de los artículos podemos encontrar algo de esta esencia. “Admito que me gustan las lecturas ruidosas, que me hacen salir y ver”, dice Iza Rangel.
Aleida Argueta Castañeda nos cuenta que para ella, el espacio en Los 5 Locos le permite crear una atmósfera de nostalgia por las primeras lecturas. La idea de recobrar aquella sensación le parece entrañable. Los años de su formación académica han terminado. Ahora es tiempo de encontrar la voz propia.
Todo esto se resume en que los habitantes de la casa de los mil pasillos tenemos algo que mostrar, y estamos aprendiendo cómo. Vivimos el entusiasmo de aquel principiante que sabe, dentro de sí, que tiene un largo camino por recorrer, con la certeza de que puede recorrerlo. Nos dieron la oportunidad, nos mostraron las herramientas y con paciencia aprendimos a familiarizarnos con ellas. Por eso todos tenemos la sensación de que este primer año, tan pequeño y sencillo, merece párrafos enteros para intentar describir.
Es la energía de dar inicio a algo y sentirte tan orgulloso para querer continuar.
¿Cómo imaginar el futuro?
Esa, también, es una pregunta con múltiples respuestas.
Algunos pensamos como Esteban Silva. Creemos que mientras el voluntarismo de los colaboradores fluya, el suplemento seguirá vivo. Y es que esa es un punto importante: lo hacemos con gusto, nadie nos remunera físicamente. Nuestro pago es escribir para ser leídos.
Habemos quienes vemos un futuro sólido para Los 5 Locos, como lo hace Laura Calderón, con mucho dinamismo por las personas que ya lo integran, y con la esperanza de otras nuevas por llegar, pues sabemos que habrá más nombres, más estilos que llegarán a nuestro grupo.
Hay quienes pensamos como Daniela Mota, que deseamos que no se extinga este espacio para los jóvenes, pues lo ven como una gran oportunidad, un lugar de encuentro sin ataduras y a la espera de otros jóvenes curiosos, que quieran investigar y publicar sus hallazgos y que hasta ahora no han sabido cómo. Ella ve a Los 5 Locos como “un compilado de pensamientos de jóvenes inteligentes, muy comprometidos, y apasionados por lo que hacen”. El próximo artículo que Danny escriba, nos dice, le gustaría que fuera sobre música.
A Daniel Betanzos nuestra fuerza y entusiasmo le recuerdan a los estridentistas, y con ellos, la corta vida que suelen tener estas vanguardias. Aun así, desea que el espacio dure años, para así presenciar la visión y evolución de más generaciones de estudiantes.
Específicamente, a Genisa Cedillo le gustaría observar artículos dedicados a las nuevas formas de escritura que nacieron por el internet como los fanfics que, aunque no sean considerados Literatura como tal, son una manifestación cultural importante. Sobre esto último, de hecho, le gustaría leer más: las protestas y las efervescencias sociales.
Así que todos predecimos de forma distinta al futuro. Como siempre, todos nos enfocamos en el aspecto que más nos interesa. Pero, por supuesto, todos aquí deseamos lo mismo: queremos continuar. Lo que venga, que venga, porque nosotros queremos vivirlo.
Sabemos de antemano que todo inicio tiene un final: todas las vanguardias tienen su apogeo, y todos los programas eventualmente llegan a su fin. Pero pensamos con espíritu rebelde que Los 5 Locos tiene mucho más por ofrecer; nuestra juventud nos motiva a seguir de un lado a otro y encontrar cosas nuevas. Por ahora, tenemos la vista en el futuro, y lo que vemos nos entusiasma.
Nuestro grupo va a durar mientras nosotros duremos, pues el tiempo que invertimos en cada artículo es como un aporte a cierta noble causa. Ustedes pónganle el nombre:
A la Crítica y a la Reflexión. Sobre Cine y Cultura. La Música que Suena. Vivan las Letras…
Cualquiera que elijan está bien, en su esencia siempre está el amor desinteresado por lo que narramos, lo que argumentamos y exponemos, lo que aquel sólo surge cuando hacemos lo que algo nos hace sentir plenos. “El amor al arte”, como dicen por ahí.
Todo aquí se hace por amor al arte.
Y aquí seguiremos, hasta que no sepamos de qué habla. Hasta que la pasión termine, o hasta lo que el amor nos dure. Nos entusiasma la idea de seguir, porque tenemos mucho que contar.
Gracias a ti por leernos. Celebremos juntos nuestro primer aniversario. ¡Y que continuemos todos en la locura!
Nota de los editores: para realizar este artículo entrevistamos a muchos de nuestros compañeros en Los 5 Locos, pero por cuestiones de horario, medio o contacto no pudimos reunir las opiniones de todos. Habemos muchos miembros en el colectivo, y queremos mencionar aquí a aquellos a los que no llegamos a entrevistar. Incluso si no son mencionados aquí, todos forman parte importante de nuestro grupo, pues sus voces son parte de lo que nos hace ser nosotros, L5L.