Al Alba
El teléfono suena. Una claridad absoluta me ciega momentáneamente. La habitación contigua vibra como un vagón de tren. Escucho el sonido fuertemente. Las imágenes no cesan. Una tras otra se aparecen, pantallas de cristal ante mis ojos. Conversaciones anónimas sin sentido, las escucho claramente. Estoy atrapado entre los brillantes colores de los rayos de sol y las caras del techo. …