
ANTONIO FERNANDO MORALES
1
Peque: Y en el nuevo video sale mordiéndose un labio. La canción está buena, pero el video es súper sexy. Ese hombre es tan hermoso que me dan ganas de cagar.
Luisa: Hazte para allá, no me dejas ver cómo me está quedando el delineador.
Monse: Ya decía yo que tienes el corazón conectado con la cola.
Luisa: Monse, ¿me prestas tu labial?
Monse: Eso es antihigiénico.
Peque: Es que a veces es tanta la belleza que se te vienen todos los sentimientos al estómago y te dan ganas de destruir el mundo. ¿No les ha pasado?
Luisa: Estamos haciendo una fiesta para recaudar fondos de caridad. ¿Por qué habríamos de destruir el mundo? Estamos tratando de hacer un mundo mejor. Peque, préstame tu labial, el mío se me quedó en la casa.
Peque: No te va con ese top que estás usando.
Monse: Yo amo a la humanidad, lo que no soporto es a la pinche gente.
Luisa: Préstame tu top. Te lo cambio por el mío.
Peque: Luego no queda con mi labial.
Luisa: Estamos en tu casa, te puedes poner otro. Tienes más de un labial, ¿no? A ver, muéstrame todos tus labiales.
Monse: Se nos va a hacer tarde. Odio llegar tarde.
Peque: Siempre llegas tarde a todos lados.
Monse: Odio más llegar temprano. Me caga la impuntualidad de la gente. Si la gente llegara temprano, yo podría llegar a tiempo y aún así ser la última en llegar y que todos me vieran hacer mi entrada; pero no, la estúpida gente es impuntual y siempre llega tarde, así que me obligan a ser más impuntual que ellos. Sí me entiendes, ¿verdad?
Luisa: Creo que mi novio me está poniendo el cuerno.
Peque: Mándalo al reverendo carajo.
Monse: Odio a los hombres. Nada más porque se descompuso mi Sebastián…
Luisa: Te pasas de zorra.
Peque: Yo no tengo vibrador, pero tengo una almohada que se llama Adrián.
Monse: Y antes se llamaba Toño, y antes se llamaba Fernando, y antes…
Peque: Eso es del pasado. Estaba confundida. Adrián es el más hermoso, sexy…
Monse: ¿Te dan ganas de cagar?
Peque: No. A él lo amo tanto que me dan ganas de joderle la vida.
Monse: Deja mis labiales. No te voy a prestar ninguno.
Peque: Quiero tener un amor intenso, desbordado, de ésos que no lo piensas, sólo sientes que tu vida se hace nudo, te vuelves una licuadora donde se mezclan todas la emociones y al final explota y embarras de porquería al hombre que amas.
Monse: Luisa, deja de checar tu Facebook. Vamos a llegar tarde.
Luisa: No es mi Facebook. ¿Me vas a prestar un labial?
Monse: Te estoy viendo, ¿me vas a decir que no lo estás checando?
Luisa: No es mi Facebook, es el de mi novio. Esa maldita zorra puerca le va a escribir, estoy segura, y entonces tendré pruebas. Todos los malditos hombres son como mi papá.
Peque: ¿Y si mejor no vamos? Hoy vi una rata muerta y yo creo que es señal de mala suerte.
Monse: No podemos faltar. Nosotras somos las organizadoras de la fiesta. Ya todos creen que somos buenas personas porque vamos a ayudar a los niños de Somalia. El dueño del bar va a donar el 10% del consumo de esta noche. ¿Ven cómo el alcohol sí soluciona los problemas? Quizá no los de uno, pero soluciona los problemas de los demás.
Luisa: El alcohol soluciona los problemas de los feos que no pueden ligar, ¿verdad, Peque?
Peque: Yo insisto en que las ratas muertas son de mala suerte y hoy vi tres.
Monse: ¿No que habías visto una?
Peque: Una en mi casa, pero vi otras dos en la calle.
Monse: Limpia tu “casatl”, no seas “puercatl”.
Luisa: A propósito de “tl”, ¿ya vieron que la foto que subimos de la Kimberly y el Brayan tiene más de 200 comments?
Peque: No se llaman Kimberly y Brayan.
Luisa: Todos se llaman Kimberly y Brayan aunque estén más prietos que el aguacate.
Monse: Que primero cambien el puto techo de lámina y después se toman fotos sexys, putipobres asquerosas.
Peque: Mejor sí te cambio el top, con éste no se me ven boobies.
Monse: Eso es porque no tienes boobies, los tops no hacen magia; mejor ponte papel de baño.
Luisa: ¿A dónde va Iván? Ése no es el camino para el antro.
Monse: ¿Lo estás siguiendo por GPS?
Luisa: Find My iPhone. Tengo todos sus passwords.
Peque: Estás enferma.
Luisa: Él es el que está enfermo de coño. No le basta el mío y siempre anda buscando más. Su ropa huele a zorra, su boca sabe a zorra, y tiene siempre una zorra dibujada en las pupilas.
Peque: Tan fácil como mandarlo al carajo de una vez y para siempre.
Luisa: ¡No! No quiero que sea fácil. Yo lo amo y por eso quiero que sufra como yo estoy sufriendo ahora. Quiero que pierda la calma, que sienta una sombra sobre su vida, que no pueda dormir porque sabrá que en cualquier momento se la voy a hacer de pedo por cosas que ni al caso. Le voy a reclamar que le dio like a una foto de mi hermana y, en el fondo, él sabrá que es porque me está poniendo los cuernos. Le voy a decir “te llamó Viviana, ¿quién putamadres es Viviana?” y se va a poner todo idiota porque no se va a acordar en ese momento que su mamá se llama Viviana. Le voy a decir “eres simplemente maravilloso, te amo como nunca” y, en el fondo, él va a saber que le estoy diciendo “sé que me engañas”.
Monse: ¿Le dio like a una foto de tu hermana?
Luisa: No, se lo di yo desde su cuenta, pero él no lo va a saber… ¿Por qué el carro de Iván se está deteniendo en tu casa, hija de la reverenda zorra?
Monse: ¿En mi casa? No sé.
Peque: Iba a pasar por nosotras, ¿no te acuerdas? Quizá le dijiste que en casa de Monse en vez de mi casa.
Luisa: ¿Eres tú la maldita Judas que ahora me traiciona?
Peque: Revisa los mensajes, se me hace que tú te equivocaste.
Luisa: …
Monse: …
Luisa: …
Monse: ¿Y?
Luisa: Sí… le dije que en tu casa.
Peque: Dile que te equivocaste y que venga para acá. O si te da pena, yo le marco.
Monse: Vamos a llegar más tarde. Me revienta el páncreas llegar tarde. ¿Por qué las personas no pueden ser gente?
Luisa: Me está hablando… Yo creo que quiere que salgamos…
Peque: ¿Quieres que conteste?
Luisa: …
Monse: ¡Contesta, imbécil!
Luisa: ¿Bueno?… Amor, ya estamos afuera esperándote desde hace 20 minutos y no te vemos, ¿dónde estás?… No, te dije bien claro que en casa de Peque… No, ni vengas, nos vamos a ir en taxi porque ya vamos bastante tarde. Allá te veo… No, no es problema, no pasa nada… Claro que no estoy enojada, no me pasa nada. Allá te veo.
Monse: ¿Y el mensaje? Ahí decías claramente que…
Luisa: Lo borré desde su cuenta… ¿Qué?… No me puedo dar el lujo de equivocarme en este momento, es decisivo para conservar el orden natural de nuestra relación.
Peque: Ahora vamos a tener que tomar un taxi. Les dije que había un augurio de mala suerte.
2
Maykol: ¿Dónde están?
Kimi: ¿Seguro que es aquí?
Maykol: Dijeron que en el terreno baldío que está después de la desta y donde está pintado el dese y pos ahí está pintado, ¿no? Eso dijeron, ¿no?
Kimi: No, pos sí, eso dijeron y la desta la pasamos hace ratón y el dese pos ahí está pintado y no hay nada, oséase que está baldío baldío. Ni siquiera hay ratas muertas.
Maykol: ¿Y si nos chorearon así nomás de huevos?
Kimi: ‘Pérate, que no te agarre la ociosidad, porque ni modo que deshagamos lo que ya hicimos.
Maykol: Si no me agarra la ociosidad, nomás que me agarre un poquito el aigre.
Kimi: ¿Y luego? ¿Qué se hace?
Maykol: …
Kimi: …
Maykol: ¿Y si cogemos un poquito?
Kimi: ¿No te recuerdas cómo empezó todo este desmadre? Además quedamos que cada quién por su lado, ¿no?
Maykol: Ya, ya, ya, pues.
Kimi: ¿Por qué tomaste la foto?
Maykol: ¿Cómo que por qué? ¿Pos no estás mirando mi teléfono? No tiene pa’ tomar video, por eso nomás puedo tomar puras foto.
Kimi: Pero yo no digo de eso.
Maykol: Pero trae una lamparita, mira…
Kimi: Si no nos hubiste tomado la foto, no nos estaríamos aquí.
Maykol: Pero es mejor así. Ya nos vamos a salir de la jodida escuela. Que al cabo y que no le estaba capeando nada a las clases, nomás al taller de carpintería y al de luz. Aquí vamos a hacer billetes con estos locos.
Kimi: Pero es peligroso. ¿No te da miedo?
Maykol: Yo nunca tengo miedo, ¿qué a poco no? Vamos a durar cinco años, pero esos cinco años nos vamos a dar vida de diputados.
Kimi: Yo me quiero hacer la lipo y comprarme muchas franelas bien acá y…
Maykol: Yo me voy a comprar otra moto pa’ verme bien acá, garañón.
Kimi: A huevo, porque esa madre que traes cuántos problemas nos dio hace rato.
Maykol: ¿Tons qué? Ya nomás nos quedan como cinco años de vida… ¿nos echamos un palito?
Kimi: ¿Pos no que cada quién por su lado?
Maykol: Pos tú te lo pierdes, porque estoy yendo al yim y me estoy poniendo bien papi. Muy distinto a como cuando nos tomamos la foto de la humillación.
Kimi: Yo también estoy sintiendo que mi alma se está limpiando.
Maykol: Pinches pendejas, pero ya les enseñamos a la sociedad qué les pasa a los que se pasan de vergas.
Kimi: ¿Todavía traes la mochila?
Maykol: Pos ni modo que la tirara.
Kimi: Dijiste que la teníamos que tirar.
Maykol: Pero si la tiro nos van a identificar.
Kimi: La tenías que tirar para no dejar incriminaciones.
Maykol: ¿Y luego cómo les íbamos a demostrar a estos locos que hicimos lo que nos encargaron? Van a pensar que no somos de fiar. Tenemos que darles a ellos las pruebas.
Kimi: Pero a huevo que se van a enterar, si ahorita ya deben estar las noticias.
Maykol: …
Kimi: Nos dijeron que tiráramos la maleta. Si estos locos llegan y ven que todavía traemos la maleta se nos va a armar…
Maykol: ¿Y dónde la tiramos?
Kimi: Hace rato pasamos por un puente que…
Maykol: La moto ya no sirve, ¿no estás mirando que se trozó?
Kimi: …
Maykol: ¿Tú crees que nos la vayan a hacer de jamón?
Kimi: Este man, el que traía el tatuaje de la culebra con la calaca, nos dijo clarito que no dejáramos ninguna evidencia.
Maykol: Pos si dices que ya salió en las noticias pos qué más que evidencia quieren que qué o qué, pos si ya todo mundo se dio cuenta…
Kimi: No, pero no de eso. De eso sí se sabe pero no saben quién fue. Y si luego encuentran las destas en la maleta, pos van a saber que son de ellos y nos va a cargar la verga a todos. A ellos y a nosotros, a todos.
Maykol: …
Kimi: …
Maykol: …
Kimi: ¿Qué estás pensando?
Maykol: Que siempre sí me gustan tus chichis, aquella vez te dije lo que te dije pero sólo porque me entraron los celos, pero sí me gustan.
Kimi: …
Maykol: Y lo que sea de cada quién, se ven bien bonitas en la foto. Esa bola de pendejos se burlaron de todo, hasta del techo de lámina de casa de tus jefes, pero de seguro que en secreto se ponían sus calentadotas viéndote.
Kimi: Me gusta cuando me dices cosas bonitas.
Maykol: ¿Y por qué nos pusieron Brayan y Kimberly en esa foto? Si ni nos llamamos así.
Kimi: Yo sí me llamo Kimberly.
Maykol: ¿No te llamas Kimi?
Kimi: Así me dicen, es como a los Josés les dicen Pepe, a las Kimberlys les dicen Kimi.
Maykol: Ni sabía… Pero yo no soy Brayan, yo me llamo Maykol Gabriel, así como se oye, con y griega y con ka.
Kimi: La gente es bien culera.
Maykol: Cuando tengamos dinero por vender las cosas que estos locos nos van a dar, en lugar de morirnos, nos fugamos. Nos vamos a Noruega. Allá no hay ratas muertas.
Kimi: ¿Y qué hay en Noruega?
Maykol: Yo tengo parientes allá. Mi familia es de allá. Por eso me llamo Maykol, porque es un nombre noruego y mi familia no quería que olvidara mis raíces.
Kimi: ¿Y está lejos?
Maykol: Con dinero todo está cercas.
Kimi: Hazte para allá, que me da quién sabe cómo y hasta se siente por toda la espalda.
Maykol: …
Kimi: ¡La maleta! No hemos tirado la maleta.
Maykol: ¿No te sientes mal por lo que hicimos?
Kimi: Me siento limpia.
Maykol: Es el respeto, ya no vamos a tolerar las humillaciones. No me llamo Brayan, me llamo Maykol Gabriel y soy noruego y nadie se va a burlar de mí ni de mi morrita.
Kimi: Me gusta cuando te pones así.
Maykol: ¿Y si llegan estos locos y nos ven así dándonos hocicadas?
Kimi: Sacas las destas de la maleta y les dices que así se hacen las cosas en Noruega.
Maykol: Y en Noruega consentimos a las morritas.
Kimi: Hay que tirar la maleta…
Maykol: Las agarramos bien acá de la cintura y les decimos cositas en el oído.
Kimi: La maleta…
Maykol: …
Kimi: Tómanos otra foto.

ANTONIO FERNANDO MORALES
3
Camel: Viendo las estrellas uno se siente…
Rebeca: ¿Ya vas a empezar con cursilerías y lugares comunes?
Camel: Deberíamos fumar.
Rebeca: Te digo.
Camel: Es que ya tenemos las cervezas, se escucha la música del antro que está atrás de la casa, estamos viendo las estrellas… sólo falta un churrito y unos cubanos que nos bailen.
Rebeca: Acabo de terminar mi poemario.
Camel: ¿Sabes lo que decía Camus sobre la guerra?
Rebeca: ¿Quieres que te lea un poco?
Camel: Ya que vas para adentro, pásame otra.
Rebeca: ¿Ya se te acabó?
Camel: No, pero para que no des otra vuelta.
Rebeca: Pero no voy para adentro.
Camel: ¿No vas a ir por tu poemario? Ah, y de una vez deberías traerte una bachita que dejé el otro día en tu buró.
Rebeca: ¡No chingues! No andes dejando ahí, mi mamá revisa siempre ahí.
Camel: La escondí bien.
Rebeca: Te pasas.
Camel: …
Rebeca: …
Camel: …
Rebeca: Nunca supe distinguir la Estrella Polar.
Camel: Está bien chingón aquí afuera. Deberíamos vivir afuera.
Rebeca: “Nuestra casa es el mundo entero y nuestro techo el cielo y las estrella.”
Camel: Y luego yo soy la cursi.
Rebeca: “¡Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela!”
Camel: Me caga Rafael Alberti. Deberíamos ir a fumarnos un churrito a la playa.
Rebeca: Aquí estamos bien, ¿no?
Camel: Está a toda madre, pero si sale tu mamá y nos ve fumando…
Rebeca: No estamos fumando.
Camel: Pero podríamos estar, ¿no?
Rebeca: Déjame te leo una parte que escribí hoy y me quedó chingona.
Camel: Me traes otra.
Rebeca: Que no voy para adentro.
Camel: ¿No vas a ir por tu poemario?
Rebeca: Lo traigo en el cel.
Camel: Ya valió.
Rebeca: Me puedes decir que no quieres que te lea nada, no hay problema.
Camel: A mí no me puedes jugar la culpa como a tus papás.
Rebeca: Mi mamá lleva como tres días intentando decirme que se va a volver a casar, pero siempre me hago pendeja y no la dejo que me diga nada.
Camel: ¿Cómo sabes que es eso lo que te quiere decir?
Rebeca: Es obvio.
Camel: ¡Ya la encontré! Allá, ¿ves? Ésa es la Estrella Polar.
Rebeca: Es una antena de radio.
Camel: Voy por otra. ¿Me traigo el churrito?
Rebeca: No chingues.
Camel: Es para entenderle a tu poema.
Rebeca: No te voy a leer ni madres. “Después que rompiste, ingrata, de amor el estrecho nudo”.
Camel: …
Rebeca: ¿Qué? ¿También te caga Lope de Vega?
Camel: Hay una rata muerta en la puerta.
Rebeca: “Los lobos la mataron al pie del agua. Los lobos, buen amigo, que huyeron por el río. Los lobos la mataron dentro del agua.”
Camel: No pinches mames, hay una rata muerta en la puerta de la cocina ¿y tú recitas a García Lorca?
Rebeca: Es otra vez Alberti.
Camel: Tiene sangre en el hocico.
Rebeca: Como en “La peste”, de Camus.
Camel: ¿Te acuerdas lo que decía Camus de la guerra?
Rebeca: Tráete ese periódico para agarrarla.
Camel: Va a venir una tormenta.
Rebeca: Está asquerosa. Me recuerda a algo…
Camel: Quítala para poder entrar por el churro antes de que sea tarde.
Rebeca: Mira su cara y los dientes cómo los tiene…
Camel: Vamos a meternos, Rebeca.
Rebeca: Abre la puerta.
Camel: No puedo abrir la puerta porque la rata está en la puerta.
Rebeca: Pues quítala.
Camel: No puedo. Quítala tú.
Rebeca: Yo tampoco puedo. Siento que, si la toco, todo va a valer madre… Es que mírale la cara. ¿A poco no te recuerda algo?
Camel: ¡Quítala! Me estoy haciendo pipí. Quiero entrar. No es seguro aquí afuera. Va a venir una tormenta; el cielo está despejado, pero sé que va a venir una tormenta.
Rebeca: Es que mírala… el gesto… murió con dolor… no, dolor no…
Camel: Me voy a orinar aquí y va a ser tu culpa. Necesito orinar, necesito fumarme un churro, necesito perdonar a alguien…
Rebeca: Los dientes… la sangre… el gesto, mira el gesto que está haciendo…
Camel: Tenemos que entrar, Rebeca.
Rebeca: No murió con dolor… murió con odio… Mira. ¿A poco esa cara no te recuerda al odio?
Camel: ¡Quítala!
Rebeca: “Mi corza, buen amigo, mi corza blanca. Los lobos la mataron al pie del agua. Los lobos, buen amigo, que huyeron por el río. Los lobos la mataron dentro del agua.”
Camel: …
Rebeca: ¿Qué tienes?
Camel: ¿Me prestas unos pantalones?
Rebeca: Vamos adentro.
Camel: No podemos… está la rata.
4
Monse: No dé vuelta, sígale derecho, es más rápido por ésta.
Peque: ¿Dónde está mi celular?
Monse: Sólo quiere cobrar más. Odio a los putos taxistas.
Luisa: ¡Shhh!
Peque: Lo tenía aquí sobre la pierna.
Monse: Pinche “taxistatl”.
Luisa: Te va a oír.
Monse: Igual cobran lo que se les da la gana.
Luisa: Voy a checar por dónde es más rápido.
Monse: Yo sé por dónde es más rápido, voy todos los fines.
Luisa: No puedo entrar. ¿Qué onda con mi password?
Peque: Ése es mi cel, ¿por qué lo traes tú?
Luisa: ¿Por qué traes la misma foto que yo en la pantalla?
Monse: Por ridículas las dos.
Luisa: Te llegó mensaje…
Peque: Dame.
Luisa: ¿Por qué te está mandando mensajes Iván?
Peque: Tu novio no es el único que se llama Iván.
Luisa: Pero mi Iván es el mejor de todos. ¿No vas a ver el mensaje?
Peque: No con ustedes aquí. Lo voy a ver cuando lleguemos.
Luisa: Ya vi, sí vamos por el camino más rápido.
Monse: Me caga que la gente no se dé cuenta de que yo soy más lista. Son una bola de inferiores.
Peque: ¿Ya vieron la foto que posteó Adrián? Se ve hermoso.
Monse: Todos son una bola de Brayans y de Kimberlys.
Luisa: Mi novio es el más hermoso, por eso tengo que ser una cabrona, porque los hombres aman a las cabronas…
Monse: Aquí hay que dar la vuelta para evitar el tráfico del estadio. Malditos borregos que siguen a un equipo como si fuera lo único en su vida. Por eso son inferiores.
Luisa: …y por eso Iván y yo somos muy felices.
Peque: Adrián es tan sexy que me dan ganas de patear un perro.
Luisa: Vamos a ser una pareja tan perfecta como mis papás.
Monse: ¿No que tus papás se odian?
Peque: Un cachorrito así, chiquito, y ¡pum! una patada.
Monse: Hace rato decías que tu papá siempre le ponía los cuernos, y que lo odiabas…
Luisa: Yo no odio a nadie. Yo soy sólo amor. Y mis papás son el ejemplo.
Peque: O un gatito… aplastarle la cabecita… me estoy mareando.
Luisa: Lo mío es el amor. Y hago que todos en la escuela me amen.
Monse: Todos los idiotas. Ahora por ésta volvemos a salir a la avenida, “señotl”.
Luisa: Y yo sé que Iván me quiere porque siempre me dice la verdad, veo en el GPS que me dice la verdad. Confío en él porque me dice la verdad.
Peque: ¿Vieron? Otra rata muerta, ahí en la banqueta.
Monse: Y sígase derecho hasta que le diga.
Luisa: Los comments de la foto del Brayan y la Kimberly ya casi llegan a 300. ¿Por qué subimos la foto?
Monse: Peque, no bajes la ventana.
Peque: Necesito aire fresco… o patear un perro, lo que sea primero.
Monse: A propósito, ¿cómo fue que conseguiste esa foto?
Luisa: Tengo un hacker. ¿Cómo crees que conseguí los passwords de Iván? ¡Dah!
Monse: Que no abras la ventana. Nos vamos a despeinar. Y luego cuando entremos, todos nos van a voltear a ver y vamos a estar despeinadas.
Luisa: Y no me prestaron ningún labial. Culeras.
Peque: Necesito aire, me estoy sofocando. Necesito sofocar a alguien.
Monse: Ése es el edificio por el que protestan para que no lo tiren, ¿verdad?
Peque: Si yo fuera un monstruo, sería como Godzilla y destruiría la ciudad. ¿A poco no les da un sentimiento de belleza cuando ven que están demoliendo un edificio?
Luisa: Iván ya llegó al antro. ¡Mi amor!
Monse: Yo no sé por qué la gente se aferra a los edificios viejos y horrendos, y hace marchas y publican en todas la redes que salvemos la historia y estupideces contra el progreso. Yo creo que es nada más por hacerla de pedo, una moda como los de Green Peace, los veganos, los hipsters…
Luisa: Te están llegando más mensajes de tu Iván, ¿no vas a responder?
Peque: Deja de estar espiándome.
Monse: Cuando uno ayuda a la gente en desgracia, se tiene que asegurar de no verse estúpido. Uno hace bien las cosas para demostrar que es más inteligente que los demás, no que es mejor que los demás, porque, si quieres demostrar que eres mejor, pareces imbécil.
Luisa: ¡Que no abras la ventana!
Peque: Quiero vomitar.
Monse: La bulimia también es una moda.
Luisa: ¿Qué haces? Dame eso.
Peque: ¿Qué tienes?
Luisa: Abre la mano.
Peque: No traigo nada. Me dio un calambre, no puedo abrir el puño.
Luisa: Ibas a tirar algo por la ventana.
Monse: Nos vas a despeinar a todas.
Peque: ¡Déjame, estúpida! ¡Quiero vomitar!
Luisa: Abre la mano, zorra asquerosa.
Peque: ¡Ahí está, pedazo de loca! No tengo nada.
Luisa: ¿Dónde lo escondiste, zorra cochina?
Peque: …
Monse: Oríllese, por favor. ¡Rápido!
Peque: …
Monse: Detenle el cabello, Luisa.
Luisa: Ojalá un día vomites todas tus mentiras.
Monse: En lugar de venir con ustedes debí traer mi vibrador. Es más decoroso.
5
Kimi: ¡Quítale lo recio! ¡Nos vas a matar!
Maycol: ¡Me siento vivo!
Kimi: ¡Wacha la piedra!
Maycol: No es piedra… creo que era una rata muerta…
Kimi: P’al frente, mira p’aledante. Te digo que nos vas a matar.
Maycol: El acelerador se despedorró, ¡nos vamos a matar! Me siento vivo y nos vamos a matar.
Kimi: ¿De qué te ríes? ¿Por qué me quieres matar?
Maycol: Tú ya sabes por qué.
Kimi: Lo hicimos los dos.
Maycol: Eso no, por lo de antes, por suripanta.
Kimi: ¡Cuidado con las piedras!
Maycol: Son puras rata muertas.
Kimi: ¡Aaaaay!
Maycol: Creo que se están atorando en la cadena…
Kimi: …
Maycol: …
Kimi: Al menos ya vamos menos recio.
Maycol: Se descompuso.
Kimi: …
Maycol: Siento que mi alma se está limpiando.
Kimi: ¿Y ahora cómo le vamos a hacer para llegar a..?
Maycol: ¡Cómo enfadas la mondonga! Nomás no hay modo de darles gusto a las pinches viejas. Primero que muy recio y luego que muy despacito. Nomás que lleguemos con estos locos, cada quién por su lado.
Kimi: No vamos despacito, nomás no vamos.
Maycol: Y toda la moto llena de mermelada de rata. No tiramos la maleta, había que tirar la maleta.
Kimi: No le eches la culpa a las ratitas, tu mierdilla esta no funciona.
Maycol: Pues no está hecha para llevar gordas en las ancas. Voy a ver si la puedo arreglar.
Kimi: Si traes bronca dímelo a lo frente, no te sostengas, se te va a atascar en el buche.
Maycol: Vi que te estabas hocicando acá con el Brandon. ¿Cómo la miras? ¿Crees que no me había dado cuenta?
Kimi: Y tú te estabas tomando fotos casi encuerado y las subes pa’que te vean las morritas.
Maycol: Me tomo fotos porque estoy yendo al yim y me estoy poniendo papi. Y tú empezaste a subir tus fotos primero, ¿o ya no te recuerdas?
Kimi: Pero yo me tapo los pezones. Además me dijiste que no somos nada después de lo que hicimos. Y después de que lo hicimos y hasta nos tomaste foto, todavía me dices que nos somos nada, que le baje de espuma a la chela.
Maycol: Ya te dije que la foto la subí privada, no sé cómo la vieron. Era nada más para ti y para mí.
Kimi: ¿Y si no somos nada por qué nos tomas la foto? ¿Para presumirme con tus compas?
Maycol: No me cambies el tema del Brandon. Yo te miré.
Kimi: Lo hice porque me dio miedo.
Maycol: …
Kimi: ¿Y tú por qué me dijiste que no éramos nada después de que te di mi virginidad?
Maycol: ¡Cuál virginidad!
Kimi: Yo era vírgen.
Maycol: Si ni que te la hubiera metido por el…
Kimi: Dentente y piensa con el razonamiento lo que vas a decir, porque las palabras matan más que las pistolas.
Maycol: …
Kimi: ¿De qué te ríes?
Maycol: No sé… no me puedo detener de reír… no puedo…
Kimi: ¿Estás llorando?
Maycol: ¿Por qué lo hicimos, Kimi?
Kimi: Por calientes.
Maycol: No, lo de hace rato.
Kimi: Fue por la humillación.
Maycol: …
Kimi: ¿Te arrepientes?
Maycol: Estoy llorando de felicidad… me sentí que… sentí que me estaba bañando y quedaba limpio, que se iba toda la mugre.
Kimi: Y ya con eso probamos que somos bien comprometidos con estos locos. Nos van a meter a la banda y vamos a tener una vida mejor. Yo tampoco me arrepiento.
Maycol: No sé por qué me da tanta risa, Kimi… ¿Y si nos vamos al infierno?
Kimi: Yo creo que el infierno está aquí y los que aprenden a luchar, cuando se mueren, se van al cielo. Y los que no lo aguantan regresan una y otra vez hasta que aprendan a luchar.
Maycol: ¿Y miraste? Toda la carretera está llena de ratas muertas.
Kimi: Igual que en un capítulo de la Biblia.
Maycol: Creo que ya sé donde está la falla. ¿Leíste la Biblia?
Kimi: No toda, una parte… bueno, no la leí, pero vi unas caricaturas que te explicaban algunas partes.
Maycol: ¿Y qué significaba?
Kimi: No sé. Me quedé dormida. Pero creo que es porque Dios odiaba a alguien.
Maycol: Pues sí que hay mucho odio tirado por las calles. ¿Y quién va a limpiar?
Kimi: Nosotros ya limpiamos un poquito hace rato, mi Maycol.
Maycol: ¿Limpiamos? Si dejamos un cochinero… Aquí, creo que ahora sí va a jalar la cuchufleta.
Kimi: La humillación, limpiamos la humillación y la vergüenza.
Maycol: ¿Qué haces? Quítate, no seas inmunda. No se me olvida que te estuviste hocicando con el Brandon. Y quién sabe qué más hayas estado haciendo con esa boca.
Kimi: Ya ponte en paz. Yo me tomé la foto contigo y eso no significó nada para ti.
Maycol: Y luego te tomaste fotos de las chichis pa’ la banda. Y para que lo sepas, están bien feas, parecen aguacates.
Kimi: A ti te gusta el aguacate.
Maycol: Pos sí me gusta, pero está bien feo.
Kimi: Nunca me dijiste que me querías.
Maycol: Pues no eres mi morrita, ¿por qué te iba a querer?
Kimi: …
Maycol: Ya está. Ya arrancó. A ver, presta la maleta, porque hay que tirarla en algún lugar. ¿Estás llorando?
Kimi: Hay que pasar la desta hasta llegar al baldío donde está pintado el deste. Una vez que lleguemos, cada quién por su lado. Le voy a decir a este man que nos ponga en grupos separados.
Maycol: No le voy a dar recio y voy a tener cuidado con las ratas.

ANTONIO FERNANDO MORALES
6
Rebeca: También quítate los calzones; si no, te van a salir hongos.
Camel: …
Rebeca: Usa una de las toallas donde estábamos acostadas.
Camel: ¿No sería mejor que quitáramos la rata?
Rebeca: Ya le grité a mi mamá, no sé dónde anda.
Camel: Márcale.
Rebeca: …
Camel: …
Rebeca: Creo que lo olvidó en la cocina.
Camel: No me digas.
Rebeca: Ponte la toalla, Camel, no te voy a ver.
Camel: No entiendo por qué no podemos tocar una rata muerta.
Rebeca: Te voy a leer una parte de mi poemario.
Camel: Me estoy quitando los calzones y tú quieres leerme un poema.
Rebeca: Cuando se acaba la yerba y el alcohol, sólo queda la poesía.
Camel: No me gusta escuchar poesía cuando no traigo calzones, siento que soy la alumna de un profesor de literatura divorciado.
Rebeca: El sexo y el arte se aprecian mejor cuando no traes calzones.
Camel: Y la filosofía sólo tiene sentido cuando no tienes trabajo.
Rebeca: ¿Entonces qué hacemos?
Camel: Márcale a tu papá, Rebeca.
Rebeca: Vive en otra ciudad.
Camel: ¿Y si te saltas la barda y entras por la puerta del frente?
Rebeca: No traigo llaves, Camel.
Camel: Pues sólo nos queda esperar.
Rebeca: …
Camel: …
Rebeca: ¿Por qué te dicen Camel?
Camel: Porque cuando fumo mota me da mucha sed.
Rebeca: Hay muchas cosas que las damos por hecho y no nos detenemos a pensar.
Camel: No te pongas filosófica, ya no estamos viendo las estrellas.
Rebeca: Dijiste que iba a venir una tormenta y el cielo sigue despejado.
Camel: Viene una tormenta, yo lo sé.
Rebeca: ¿Cómo sabes?
Camel: Sólo lo sé y ya.
Rebeca: …
Camel: …
Rebeca: “Y en la noche, de pronto, diríase que el mar tiene sabor a encías sin descanso.”
Camel: ¿Y eso?
Rebeca: No sé. Es de noche, antes hablamos de ir a la playa. Me acordé. ¿En serio no te dan ganas de leer poesía? Están los ruidos de la noche, hay una rata muerta, no tenemos nada qué hacer, mojaste los pantalones… ¿no crees que es el ambiente propicio para leer poesía?
Camel: No me gustan tus poemas.
Rebeca: …
Camel: Ya sé que alguna vez dije que sí, pero era sólo para que sacaras el churro.
Rebeca: Vete.
Camel: No puedo, está la rata y no traigo…
Rebeca: Bríncate la barda.
Camel: ¿Nada más porque…?
Rebeca: Lárgate.
Camel: Nunca me ha gustado la poesía. Entré a la carrera sólo porque ahí está la gente más pacheca de la universidad. Pero somos amigas, ¿no? Y también me sé de memoria varios poemas de Alberti, no sé por qué me los sé, pero me los sé.
Rebeca: No entiendo por qué somos amigas. No entiendo por qué hay una rata muerta y no la podemos quitar. No entiendo por qué viene una tormenta si el cielo está despejado.
Camel: ¿Y la poesía sí la entiendes?
Rebeca: Tampoco. Pero tiene sentido. Vivimos en un mundo que no tiene sentido.
Camel: Para eso está la mota.
Rebeca: Te dije que te fueras.
Camel: …
Rebeca: ¿Qué haces?
Camel: No me voy a ir sin calzones.
Rebeca: Vete así. Y deja la toalla.
Camel: No voy a andar así en la calle.
Rebeca: Puedes decir que eres el Pato Donald.
Camel: ¿Qué traes?
Rebeca: “Los lobos la mataron dentro del agua.”
Camel: No entiendo.
Rebeca: Ése es el punto.
Camel: …
Rebeca: ¿A qué viniste?
Camel: “Vengo a matarte.”
Rebeca: “Inténtalo, si puedes.”
Camel: “Me luciré contigo.”
Rebeca: “Inténtalo, si puedes.”
Camel: “Oye el silencio de la plaza. Espera.”
Rebeca: “Un silencio de muerte.”
Camel: “El toro muere peleando. Cuádrate.”
Rebeca: “Y el matador a veces.”
Camel: “¿Cómo dices?”
Rebeca: “Que el matador, a veces, también muere.”
Camel: Nos saltamos una parte, ¿no?
Rebeca: Varias.
Camel: …
Rebeca: ….
Camel: No sé de qué nos estamos riendo.
Rebeca: Dame un abrazo.
Camel: No traigo calzones.
Rebeca: Los abrazos también son mejor sin calzones.
Camel: A ver, quítatelos.
Rebeca: …
Camel: No, mejor no.
Rebeca: Ya empezó a refrescar.
Camel: ¿Por qué soy tan fea?
Rebeca: Porque no tienes poesía. ¡Espera!
Camel: ¿Qué?
Rebeca: ¿Es otra rata muerta?
7
Monse: No me acordaba que estaba el festival de los hipsters y cierran las calles.
Peque: Monse, aquí nos van a violar.
Luisa: Eso quisieras, zorra cochina.
Peque: ¿Por qué no nos vamos por donde hay luz?
Monse: Por aquí es más corto.
Peque: Si me violan…
Luisa: Para que sea violación tienes que resistirte.
Peque: Yo resisto todo.
Luisa: Menos la tentación.
Monse: De aquí llegamos al pasaje y salimos derecho.
Peque: Está como para una película de apocalipsis y de zombies.
Luisa: Iván llegó hace como 20 minutos, ya debe haber zorritas tratando de ligárselo. Nos tienen envidia porque somos muy felices y por eso nos quieren destruir.
Peque: Ni a quién le interese tu novio. Nada más tú lo ves hermoso.
Luisa: Tú necesitas que los hombres se emborrachen para que puedas…
Peque: ¿Por qué me dices esas cosas? ¿Cuándo he hecho algo para lastimar a alguien?
Monse: ¿Y la foto de la Kimberly y el Brayan?
Peque: Ésas fueron ustedes, a mí no me gusta lastimar a la gente.
Monse: ¿Sólo a los perritos y los gatitos? ¿No querías destruir una ciudad?
Peque: Son sólo las ganas, pero no lo hago. Es un sentimiento poético, como dice el maestro.
Luisa: Ya quiero ver a Iván, lo extraño mucho. Ahorita voy a publicar que estoy muy enamorada y voy a subir una foto donde nos vemos súper lindos.
Monse: ¿Qué es eso?
Luisa: Ojalá mi mamá la vea y le dé like… aunque lo dudo, maldita zorra ardida.
Monse: Es…
Peque: Les dije que era un mal augurio.
Monse: Se está retorciendo.
Luisa: Y le sale sangre del hocico.
Peque: ¿Ven qué bello es el dolor?
Monse: Asco.
Luisa: No parece dolor… parece como si estuviera…
Monse: Enojada.
Luisa: …
Monse: …
Peque: …
Luisa: Hasta la rata trae rojo el hocico y yo no traigo labial.
Monse: Vámonos.
Peque: ¿Tendrán rabia?
Monse: Quizá es una plaga.
Peque: Una plaga de rabia.
Luisa: Ya vámonos, que tengo que llegar a bailar con un amigo gay para darle celos y después irme a coger con Iván.
Monse: ¿Sexo de reconciliación?
Peque: El sexo de reconciliación nunca es con tu pareja.
Luisa: Cuando estamos enojados, el sexo es más delicioso. Y cuando el sexo es delicioso, el amor florece. Me encanta golpearlo durante el sexo porque así el rencor se vuelve pasión y el orgasmo es más intenso.
Monse: No sé quién de ustedes está más loca.
Peque: ¿Y por qué te juntas con nosotras?
Monse: No me gusta estar sola.
Luisa: Tú eres más bonita que yo.
Peque: Ven, baby, te voy a dar una abrazo porque te amo.
Monse: ¿Qué traen? Yo nada más dije que no me gusta estar sola.
Peque: Estás enojada con el mundo, por eso no te gusta estar sola.
Luisa: Sientes que eres fea, por eso no te gusta estar sola.
Monse: Creo que ya no quiero ir. No me gusta que la gente me voltee a ver. A veces sólo quisiera desaparecer.
Luisa: ¿Entonces no le doy celos a Iván?
Monse: Yo no sé. No me metas en tus líos. Yo no doy consejos ni trato de salvar a las ballenas ni quiero que el presidente renuncie.
Las tres: ¡!
Monse: Les dije que nos van a violar.
Peque: En esta asquerosa ciudad se va la luz a cada rato.
Luisa: Peque, ¿qué tiraste?
Peque: Nada.
Luisa: ¿Dónde lo tiraste?
Peque: No tiré nada.
Luisa: Monse, ayúdame a buscar.
Monse: ¡Devuelvan la luz! ¡Alguien haga algo!
Luisa: Peque tiró un labial, yo vi que era un labial. Hace rato quiso tirarlo por la ventana. Te estás acostando con mi novio, quieres exterminar nuestro amor porque es bueno y es hermoso.
Monse: No puedo moverme, me voy a romper.
Peque: Estás loca, estás enferma.
Monse: No veo nada… todo desapareció, no quiero desaparecer…
Peque: Levántate y vámonos, Luisa.
Monse: ¡Shhhh!
Peque: …
Monse: Parece que alguien viene.
Peque: Estate quieta, Luisa.
Luisa: ¡Aquí está! Es un labial, sabía que era una labial. Tú eres la zorra, tú nos quieres destruir.
Monse: ¿Quién es? ¿Quién está ahí? ¡Diga algo! No soporto el silencio y la oscuridad.
Peque: ¡No!
Monse: ¡No, por favor!
Luisa: ¡Ayuda!
8
Kimi: ¡No mames! ¿Por qué lloras?
Maycol: No lo quiero hacer.
Kimi: ¿Te vas a hacer rosca?
Maycol: Tengo miedo por mi alma, Kimi, el alma. Se me va a manchar.
Kimi: Ya está manchada por la humillación. Y ya nos lo dijo este man, “las humillaciones se lavan con sangre”.
Maycol: No, es que… no…
Kimi: ¿Dónde está la maleta? ¿Dónde dejaste la moto para la huida?
Maycol: Se me va a podrir el alma, se me va a volver requesón.
Kimi: Además tú fuiste el de la idea de contactarlos a estos locos.
Maycol: Pero es que tenía mucha espuma en la sangre. Y cuando uno anda espumoso, pues se le ocurren pendejadas.
Kimi: Ya no hay vuelta pa’trás, ya estamos aquí. ¿Y la maleta?
Maycol: ¿Y cómo sabes que fueron ellas?
Kimi: Hay cosas que sólo saben las mujeres. Una mujer puede descubrir la maldat en otra con sólo mirar la pupila. Con un gesto es bastante pa’ saber que su alma dice “te jodí”. Y se ríen con las cejas, con los hombros, con la panza, con todo el cuerpo menos con la boca.
Maycol: …
Kimi: Las oí en el baño.
Maycol: Pero yo no me llamo Brayan y tú no te llamas Kimberly, quizá estaban hablando de otros locos.
Kimi: Yo reconozco la maldat.
Maycol: ¿Cómo sabes que van a pasar por aquí?
Kimi: Porque las calles están cerradas, tienen que pasar por aquí.
Maycol: La culpa la tienes tú porque me invitaste a tu casa para ver una película… sí, una película, ya me la sé.
Kimi: Tú tienes la culpa porque le dijiste a la Britany que jamás de los jamases te acostarías conmigo. Y las mujeres tenemos orgullo. Y si le picas el orgullo a una mujer…
Maycol: …también le picas el sapo.
Kimi: Ash… eres peor que el Brandon.
Maycol: El Brandon…
Kimi: ¿Qué tienes con el Brandon?
Maycol: Nada, nada… hazte pendeja.
Kimi: El Brandon se va a comprar una moto bien chidalira.
Maycol: El Brandon…
Kimi: ¿Qué?
Maycol: Nada.
Kimi: Dame la maleta, yo lo hago sola.
Maycol: Ahi’tá. Y a ver en qué te vas, porque yo me llevo la moto.
Kimi: ¿?
Maycol: Yo ya las perdoné.
Kimi: …
Maycol: ¿A poco tienes iPhone?
Kimi: Es un iJone, es casi lo mismo. ‘Ira lo que pusieron… “Ese nopal tiene las tunas muy chiquitas”.
Maycol: No soy yo, es un loco que se llama Brayan.
Kimi: ¿No eres tú el de la foto?
Maycol: ¿Y no viste todo lo que dicen de ti?
Kimi: ¿Y no me vas a defender?
Maycol: Que te defienda el Brandon.
Kimi: El Brandon no me tomó una foto mientras hacíamos intimidades.
Maycol: Entonces hiciste intimidades con el Brandon.
Kimi: Pos ya se mira entonces que no tienes tunas.
Maycol: No tengo tunas porque soy noruego.
Kimi: Yo me voy a limpiar el alma y la tuya se va a podrir de humillación. Mi alma va a renacer como el Gato Félix y tú vivirás en la cobardía… y estos locos te van a buscar. Porque ahora tú les hiciste el desprecio a las destas que nos prestaron en la maleta. Voy a tener un alma limpia como la del Brandon.
Maycol: …
Kimi: ¿Qué haces?
Maycol: Buscando los cables del poste… deben estar pareados con los de toda la cuadra.
Kimi: ¿Para qué?
Maycol: No les quiero ver las caras cuando hagamos lo que vamos a hacer.
Kimi: ¿Le sabes a esas cosas?
Maycol: Es a lo único que le entendí en los talleres de la prepa.
Kimi: No te vaya a dar un jalón de luz.
Maycol: A ver si no reviento los cables con el coraje que traigo. Traigo los voltios en la sangre. No me pegues en la cola.
Kimi: Me gusta cómo se te saltan las pompas cuando haces corajes.
Maycol: ¡Ya déjame, pervertida!
Kimi: ¡!
Maycol: Ahi’tá. Estamos en la negrura.
Kimi: …
Maycol: Traigo mucho aigre en los pulmones y no puedo respirar.
Kimi: ¡Shhhh!
Maycol: ¿Qué?
Kimi: ¿Las oíste? Son ellas.
Maycol: No las veo.
Kimi: Pos está oscuro.
Maycol: Shhhh…
Kimi: No las veo…
Maycol: Mejor, porque no les quiero ver las caras.
Kimi: …pero las oigo.
Maycol: Vienen por el otro lado. ¿Sí son ellas? No les veo la cara.
Kimi: Sí son ellas. ¡La maleta!
Maycol: Te la di.
Kimi: No me la diste.
Maycol: Te la di, ¿dónde la pusiste?
Kimi: Que no me la diste.
Maycol: Ahí está, te digo. Pásala.
Kimi: …
Maycol: Saca las destas.
Kimi: A la de tres las sacamos y nos lanzamos.
Maycol: Una…
Kimi: Dos…
9
Rebeca: Ahí hay otra y se está retorciendo.
Camel: No me había dado cuenta de lo estúpida que soy.
Rebeca: Esos ojos, mira esos ojos…
Camel: Y además soy muy fea.
Rebeca: Escupe sangre como si fueran palabras obscenas.
Camel: Por eso no me gusta estar sobria.
Rebeca: Ahí hay otra…
Camel: Es horrible.
Rebeca: …y otra…
Camel: ¿Cómo puedes estar conmigo?
Rebeca: …están saliendo por todos lados.
Camel: ¿Cómo puedo estar conmigo? ¿Cómo es que la gente tolera estar cerca de mí?
Rebeca: Es una epidemia.
Camel: ¿A quién le tengo que pedir perdón por ser tan fea?
Rebeca: ¿Será el calor?
Camel: Rebeca, ayúdame.
Rebeca: Dame un beso.
Camel: No tengo besos, se me acabaron o nunca los tuve.
Rebeca: “Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión.”
Camel: No bailes, ayúdame.
Rebeca: “De ansia de goces mi alma está llena.”
Camel: ¡Las ratas! ¿De dónde salieron tantas ratas?
Rebeca: Quiero cantar poesía y quitarme los calzones.
Camel: Ya viene la tormenta, lo sé, ya viene la tormenta.
Rebeca: Quiero morir de poesía.
Camel: No entiendo lo que está pasando.
Rebeca: ¡Quiero morir de poesía!
Camel: La poesía te va a matar de hambre.
Rebeca: No, de poesía.
Camel: ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa?
Rebeca: Son las ratas, es el calor, es la poesía.
Camel: No entiendo nada.
Rebeca: No entiendas, deja que te invada.
Camel: Las ratas nos están invadiendo. Salen a morirse y a enseñarnos su rabia.
Rebeca: Siente esa tormenta que va a llegar.
Camel: Me miran con la sangre en los ojos para recordarme que nadie me va a querer.
Rebeca: “Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz; soy incorpórea soy intangible; no puedo amarte. ¡Oh ven, ven tú!”
Camel: Ya viene la tormenta y me angustia que no sé por qué.
Rebeca: “Mientras haya un misterio para el hombre, ¡habrá poesía!”
Camel: Estaban escondidas y han salido por puro rencor. No sabemos nada de ellas, no sabemos su nombre, estaban escondidas pero salieron escupiendo sangre.
Rebeca: “Yace el soldado. Nadie pudo saber su nombre. Y le pusieron el de un pueblo caído en un barranco.”
Camel: Salieron para avisarnos de la tormenta.
Rebeca: Deja de entender las cosas y arrójate a la poesía.
Camel: Detente, Rebeca, deja de bailar y ayúdame. No sé quién soy. Sólo sé que soy fea y que no he odiado a nadie como a mí misma.
Rebeca: Yo soy ardiente, soy morena, a mi corza blanca la mataron los lobos al pie del agua. Nadie sabrá mi nombre y me pondrán el nombre de un país que se desbarrancó en la desgracia.
Camel: Escúchame.
Rebeca: Escúchate a ti misma.
Camel: No me oigo, no me veo, no quiero saber de mí. Sólo quiero que llegue la tormenta.
Rebeca: Llegará la tormenta y nos matarán al pie del agua. Si no es hoy, mañana vendrán los lobos.
Camel: Siguen saliendo más ratas muertas.
Las dos: ¡!
Camel: ¿Qué pasó?
Rebeca: Sin luces brillan más las estrellas.
Camel: Ya no se oye la música del antro.
Rebeca: ¿Oyes el silencio de la plaza? Es un silencio de muerte. A veces el matador también muere.
Camel: La tormenta, va a estallar la tormenta.
Rebeca: “Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.”
Camel: Ya la siento, ya viene, y no estoy lista para la tormenta.
Rebeca: Eso es, no pienses, sólo siente. Deja que los lobos maten a la corza blanca.
Camel: No estoy lista para la tormenta, necesito perdonar a alguien.
Rebeca: “Esos relámpagos y flores, esas centellas desasidas que en derramados resplandores lucen ganadas o perdidas.”
Camel: Va a salir la tormenta a derramarse como las ratas.
Rebeca: “No puede, no, no puede la belleza ser cegada por cualquier conmoción o cataclismo. Dichosos los que al fin de la tormenta, o incluso en medio de sus rojos rayos, te suspiran, te tocan y se mueren…”
Camel: Ya viene…
Las dos: !!!!!!!
Camel: ¿Son balazos?
Rebeca: No, no son. Ha llegado la tormenta.