redaccion@revistalevadura.mx
FacebookTwitterYouTube
LevaduraLevadura
Levadura
Revista de crítica cultural
  • Inicio
    • Editorial
    • Directorio
    • Colaboraciones
  • Cultura
    • Ensayo
    • Artículos
    • Entrevistas
    • Cine
    • Música
    • Teatro y Artes Vivas
    • Arte
    • Televisión
  • Política
  • Creaciones
    • Narrativa
    • Poesía
    • Dramaturgia
    • Reseñas
    • Del lector
  • Columnas
  • Levadura Tv
  • Suplementos
    • Derechos Humanos
    • Memoria
    • Ecología
    • Feminismos
    • Mariposario
    • Fotogalerías
    • Colectivos
Menu back  

Mamá, me maté por salir de viaje sola

abril 19, 2016Deja un comentarioDerechos HumanosBy Laura Ascanio
08 Ascanio (BELELU.COM)

BELELU.COM

Hace unas semanas unas chicas argentinas fueron halladas muertas cerca de la localidad de Montañita en Ecuador. Se trataban de dos jóvenes turistas que fueron de vacaciones como mochileras, luego se las reportó como desaparecidas y se las hallaron muertas en un descampado unas semanas después de dicho reporte.

 

Sin embargo, esta noticia ha tenido un pacto enorme en las redes sociales, en las cuales las personas prácticamente las culpan y acusan de su destino. Esto sucede porque ellas eran “menores de edad”, cuando no es cierto, ya que ambas tenían 21 y 22 años de edad y en Argentina y otros países latinoamericanos la mayoría de edad se da a los 18 años para ambos sexos. Entonces, ¿cuál es la queja? ¿qué está sucediendo? ¿cuál es la justificación para estas acusaciones?

 

La respuesta es muy sencilla y difícil al mismo tiempo, porque se trata de patrones culturales enraizados en nuestra idiosincrasia latina desde hace muchos años. Desafortunadamente, aunque existen leyes y proyectos igualitarios entre hombres y mujeres, estas son obviadas en el momento en el que estas tragedias surgen. Ya no entran en juego los temas de inseguridad o delincuencia como justificante a estos asesinatos, sino que el hecho de ser mujer y viajar sola es la piedra de mayor peso en esta cuestión. No importa el hecho de que existe peligro para todos en cualquier parte del mundo, sino que ellas por ser mujeres no debieron haber viajado solas como mochileras. Pero, un hombre sí puede irse solo o acompañado de viaje para buscar otros horizontes y descubrir al mundo. Sin embargo, cuando una mujer sale sola de viaje es un acto atrevido y peligroso, porque le puede pasar cualquier cosa, lo que deja la interrogante ¿cuál es la diferencia entre que un hombre o mujer viajen solos?

 

Simplemente se tratan de personas que tienen las ganas de viajar y tener aventuras de una manera en un momento de su vida, tan simple como eso, ¿por qué se torna tan complicado? El tema del género complica esta cuestión, porque si eres hombre está justificada tu aventura como parte de tu desarrollo personal a modo de Robinson Crusoe, pero si eres mujer no es tu lugar, porque eres una muñequita delicada y te puedes hacer daño en esos viajes o te conviertes en una Tombraider marimacha. Lo más triste es que a estas dos chicas argentinas la gente las acusa de sus propios asesinatos por suposiciones débiles como “se la buscaron”, “seguramente tenían un escote y un tipo las violó y las mató”, entre otras explicaciones. El resultado es que se olvida que estas dos muchachas fueron asesinadas en un terreno extranjero a ellas, y han quedado en el olvido y el desdén del público y hasta de las autoridades, quienes resolvieron el crimen en una semana. Las familias de las chicas han llevado a cabo su propia investigación ante el pobre desempeño de la policía local y las discrepancias existentes en la evidencia y los testigos.

 

Casos similares se han presentado en otros países, como por ejemplo en el año 2011, las cuales fueron violadas y asesinadas en un parque nacional de la provincia de Córdoba. Ambas chicas habían viajado por otros países “más peligrosos” y al llegar a Argentina, conocieron a unos guías del parque, quienes se las llevaron por un camino no oficial para perpetrar el crimen. Los comentarios al respecto fueron exactamente iguales, y desafortunadamente no se ha hecho justicia ni se han localizado a los posibles asesinos.

 

¿Por qué el asesinato se torna un tema de género? Nosotros mismos lo hacemos, porque si hubiesen sido dos chicos, la historia hubiese sido totalmente distinta. Supongamos que en vez de chicas, fueron unos muchachos de esas mismas edades, las quejas serían completamente distintas, no se los culparía de atraer a los asesinos con su ropa, de irse solos de viaje, de no tener precauciones en el viaje, nada de eso; más bien se les tendría lástima por haber sido tan jóvenes para morir y se le echaría la culpa al país anfitrión por su inseguridad y falta de infraestructura, entre otras quejas a la alza de la tasa del crimen mundial, el tercermundismo, etc. El lector se puede imaginar a la gente diciéndoles estas frases: “seguro llevaban una camiseta un poco abierta y se les veía el pecho”, “no llevaban playera bajo esa sudadera”, “sus pantalones estaban ajustados, entonces un matón los atacó”, “¡Qué irresponsabilidad de sus padres que los dejaron sueltos por ahí solos!”.

 

La cuestión es que la inseguridad en este mundo en el que vivimos es totalmente relativa, ya que a la hora del robo, violencia o asesinato ya no existen las barreras raciales, culturales ni de género. Simplemente existe el victimario y su víctima, porque la violencia siempre será violencia, no tiene género. Esto les sucedió a los turistas australianos asesinatos en Sinaloa, quienes fueron interceptados por los maleantes disfrazados de policías. Sus cuerpos fueron hallados carbonizados en un auto, cuando unas horas antes eran dos jóvenes viajeros descubriendo lugares nuevos. ¿Hubo algún comentario sobre sus acciones cuando se divulgó la noticia? Sí claro, pero fueron los siguientes: “¡Este país está cada vez peor!”, “¡Dios mío, cuánta inseguridad!”, “¡Pobres chicos!”, etc. Hasta la fecha se sabe que dos de los cinco asesinos siguen prófugos, pero el impacto de este caso sin duda alguna ha sido radicalmente diferente a los otros dos citados.

 

Lastimosamente, si eres mujer y te matan de una manera tan vil no es culpa del matón que te hizo eso, sino culpa tuya por haberlo provocado ya sea con tu minifalda, el escote, los tacones, tus piernas o el moño que deja tu nuca desnuda, lo que sea que lleves puesto. Entonces si te matan no es asesinato, sino una muerte anunciada, es decir, una especie de suicidio. Se supone que estamos en el siglo XXI y hemos superado muchos obstáculos, pero seguimos atascados en los mismos parámetros sexistas desde la casa hasta la escena del crimen. La mujer es testigo y culpable de su muerte y el hombre es la pobre víctima de la minifalda y el escote que le abrió su apetito sexual y sus ganas de matar; ¿es lógico esto?

 

Después de las muertes de estas chicas y muchísimas más solo queda el silencio y el mar de críticas para luego ser olvidadas y rechazadas al igual que una paria o una prostituta. La advertencia está para todas las mujeres: si las matan en un viaje es su culpa, asuman esa responsabilidad…vístanse de monjas para evitar problemas.

(Visited 18 times, 1 visits today)
Derechos Humanos
Compartir este artículo:
FacebookTwitterGoogle+
Sobre el autor

Laura Ascanio

Venezolana de nacimiento, vivió en Argentina por siete años y ahora está radicada en México. Tiene 24 años de edad y estudia licenciaturas en Cine y Letras en la UDEM. Aspira a ser novelista, cuentista, guionista y animadora.

POST RELACIONADOS
Una gota de agua en el mar
noviembre 19, 2019
El derecho a decidir ondea en el Condominio Acero
noviembre 1, 2019
Objeción de conciencia
octubre 28, 2019
Por Evangelina, Martha, Florentina, Ana María y Justina
mayo 10, 2019
Las otras víctimas
abril 20, 2019
El camino de la incertidumbre
noviembre 13, 2018
Leave Comentario

Cancelar respuesta

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

clear formSubmit

Buscador
Entre números
  • LEVADURA se va
    enero 11, 2021
  • ¡Se va a caer/ se va a caer/ arriba el feminismo que va a vencer/ que va a vencer!
    diciembre 30, 2020
  • Maradona, en el alma del pueblo su eterna despedida
    noviembre 25, 2020
  • El “Apruebo” chileno desde los algoritmos de las redes sociales
    octubre 26, 2020
Entrevistas
  • Entrevista a Guillermo Fadanelli
    mayo 19, 2020
  • Ópera prima de David Zonana
    mayo 19, 2020
  • Narrativargenta: Los modos de leer como posicionamientos. Que dure la desmesura
    marzo 19, 2020
ARCHIVOS LEVADURA
Comentarios recientes
  • «El emisario: una cartografía de lectura» de Coral Aguirre, en la Revista Levadura, septiembre 2017 | Alejandro Vázquez Ortiz en El emisario o la lección de los animales de Alejandro Vázquez Ortiz. Cartografía de una lectura
  • Iscomos en El cuerpo de Santa en la novela de Gamboa
  • Mike en Etapas del hip hop en Monterrey
  • Gustavo Miguel Rodríguez en Abelardo y Eloísa 
  • Meda en Amen break o el loop de batería más importante (y otros loops cotidianos)

Subscríbete a nuestra lista de correo

Revista Cultural Independiente
redaccion@revistalevadura.mx
© 2017. Revista Levadura.
Todos los derechos reservados.
Quiénes somos
EDITORIAL
DIRECTORIO
COLABORACIONES
Síguenos

Find us on:

FacebookTwitterGoogle+YouTube

 Dream-Theme — truly premium WordPress themes
Footer

Levadura