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Cine de erotismo y resistencia

junio 20, 2016Deja un comentarioCine, Los filos del cineBy Damián Cano

El erotismo es ante todo y sobre todo sed de otredad
Octavio Paz

El erotismo es considerado una sublimación del sexo, una metáfora de la sexualidad según Octavio Paz. Es sexo y algo más. Así que podemos pensar en el erotismo como forma de hacer y llevar las cosas en la vida y en el arte, no sólo como el acto físico y sexual de los cuerpos. Sobre todo porque el erotismo siempre tiene como agente activo la imaginación. Sin ella todo el acto erótico sería un simple acto sexual. Si tomamos esas formas, las que no dejan verlo todo, las que seducen con algunos movimientos sencillos, las que se enfocan en el camino, en el proceso, en el durante que atrapa y va dando las migajas necesarias para que el deseo aumente, podremos decir que el erotismo y el arte, incluyendo al cine, son formas muy parecidas de concebir al mundo y, por lo tanto, de habitarlo.

Definamos al erotismo como una articulación que se construye con pacienca, con pausas, con cambios de dirección, con contrastes que dan sabor, pero sobretodo con mucha imaginación, que tiene como principal objetivo causar un movimiento interno, una conmoción que tenga una huella indeleble por mucho tiempo. En otras palabras, que el sujeto no vuelve a hacer el mismo después de pasar por una experiencia erótica.

También podemos hablar de placer y gozo como definiciones antagonistas. Donde el placer es esa huella perdurable que sigue en el tiempo y el gozo como lo pasajero que se siente en el momento, se puede disfrutar, pero no va más allá, se queda ahí dejando un vacío.

Lo contrario al erotismo es lo pornográfico, lo explícito, lo burdo, lo que no va más allá y tiene como base conseguir una transacción de fluidos y nada más. En otras palabras, el gozo del momento sin más.

Si trasladamos esto al arte y a la cinematografía, llegar al momento perfecto en el tiempo exacto requiere una mesura tal que no admite la prisa u otro objetivo que no sea el placer. Esto es algo que pocos dominan. Por eso la gran diferencias de cines, unos que guardan el tiempo y el momento sin mostrar tanto y dejando que la imaginación, lo más potente del humano, haga su trabajo y otros que buscan el gozo momentáneo de las escenas rápidas con efectos impresionantes y donde la verdadera emoción de lo humano queda muy lejos. Este cine que significa irse por lo fácil y evitar la construcción del momento y encontrar la pulsión más profunda del espectador.

No sólo el cine de Hollywood no lleva las formas eróticas, mucho del cine llamado de vanguardia o de nuevos directores tampoco tiene esta profundidad, pues están en el lado contrario donde el no movimiento nos lleva a la nada, a la forma por la forma sin un fondo que toque la parte emocional del espectador. Y al final, ante la pregunta “¿qué es eso?”, la única respuesta posible es “arte”. Pero sin contrastes, sin cambios de dirección, sin resistencias, no es nada y ahí es donde se pierde gran parte de la comunión de muchos de los nuevos cineastas con el público, que además de colonizado por otras formas de hacer cine tiene que descifrar algo que no conecta con lo que nos hace humanos a todos: la experiencia de sentir.

Al final de lo que se trata es hacer aflorar la emoción, de excitar para mover. ¿No es eso la seducción romántica? Eso es lo que hace que el arte sea arte en muchos sentidos. La parte no racional del ser humano tiene que salir con lo que está viendo y oyendo. Por tanto, si es muy rápido o demasiado lento, abrupto o pasivo, el momento no se construye y no se llega a nada, sólo a sexo rápido y sin orgasmo, sólo la salida de fluidos sin ningún clímax que nos haga perder el sentido del tiempo y volvernos discontinuos con ese gran flujo discontinuo que es la eternidad, según afirmaba Bataille.

Si el erotismo lleva al placer y lo pornográfico que muestra todo lleva sólo al gozo, ¿no sería en sus formas el erotismo nuestra manera de resistir el embate de las colonizaciones actuales? Hablo de esa colonia que intenta implantar el estilo de vida en donde el consumo, lo rápido y lo que enseña todo a la primera y con un sólo objetivo comercial tiene la mayor preponderancia, lo cual cae en nuestra definición de pornográfico, que sólo busca generar una transacción por un momento rápido de gozo.

Sí, erotismo como la resistencia a dejar nuestra formas. Resistencia, pues, implica aferrarnos a ciertas maneras de ver y hacer el mundo en donde hay algo más que lo superficial y banal. Modos que apelan al lado más profundo, donde la imaginación y la sensibilidad pueden llegar a la conmoción y por lo tanto al movimiento. Erotismo como resistencia, sí, como el movimiento que nos haga ser nosotros mismos y podamos explorar más a fondo la psique humana. Pero sobretodo erotismo como el hambre de otredad, en donde el individualismo se deje a un lado y exista una verdadera compenetración entre las personas y se vuelva un diálogo y no un monólogo como nos quieren hacer creer.

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Sobre el autor

Damián Cano

Productor tamaulipeco, ha ganado varios apoyos y becas nacionales para la realización de varios cortometrajes y un largometraje. Sus trabajos han estado en festivales como los de Estambul, Irlanda, Marruecos y Bolivia. Cofundador de Cinema Uno, plataforma digital para la exhibición y promoción de cine independiente.

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