Triste recuerdo, el tiempo pasa y…1
Muchos siguen dudando de la violencia simbólica dentro de Señorita UANL. Ha pasado casi un año desde que iniciamos una denuncia pública por Facebook hacia la Universidad debido a su contradicción discursiva y práctica entre Señorita UANL2 (concurso de belleza en cada una de sus facultades y preparatorias) y la Visión 20203, donde se declara como una “institución socialmente responsable y de clase mundial por su calidad, relevancia y contribuciones al desarrollo científico y tecnológico, a la innovación, la construcción de escuelas de pensamiento y al desarrollo humano de la sociedad nuevoleonesa y del país”, “que privilegia la equidad, la atención de grupos vulnerables, el enfoque de género”, “que cuenta con el proyecto cultural y artístico de mayor relevancia y trascendencia social en el Estado. Las actividades artísticas, culturales y deportivas apoyan la formación integral de los estudiantes y buscan satisfacer permanentemente las necesidades de la comunidad, […] y de la sociedad nuevoleonesa en general”.
…no te puedo olvidar
Quizá, por eso me sigo preguntando ¿por qué las universidades de calidad tienen un certamen de belleza? y ¿cuántas otras lo tienen? ¿Qué pensamiento es el que han construido en sus escuelas? ¿Cómo enseñar el enfoque de género: una visión científica, analítica y política dirigida a equilibrar las relaciones de poder entre los géneros masculino y femenino?; ¿cómo abrir brecha a discutir e indagar sobre las violencia de género si no hay un programa obligatorio para estudiantes y trabajadores desde donde se analice esta postura? Y estando así las cosas: cómo se puede hablar de que las estudiantes son libres de elegir si participan o no en Señorita UANL, si para hablar de la práctica de la libertad es necesario el conocimiento sobre el tema.
Ser libre implica una elección informada, y es un hecho que entre la comunidad estudiantil, incluso entre el personal laboral de la institución, existe desinformación relacionada al feminismo y al sexismo. Vaya, hay quienes aún no tienen clara la diferenciación entre sexo y género. Nos seguimos preguntando: ¿Qué está haciendo la Universidad para erradicar esta demanda, qué está haciendo para perpetuar esta ignorancia? ¿Cómo repercute un certamen de belleza en el desarrollo humano de nuestra sociedad? ¿Cómo repercute esto en las universitarias de Nuevo León, teniendo en cuenta que en el 2011, los resultados del INEGI colocaron al Estado como cuarto lugar en violencia laboral contra las mujeres?
¿En qué momento de tal panorama, les son útiles las clases de modelaje y dominio escénico que reciben las concursantes antes del evento? ¿Cómo se clasifica un certamen de belleza en una institución que divide sus actividades en culturales, artísticas y deportivas? ¿Cuánto presupuesto estudiantil se invierte cada año en Señorita UANL? ¿Qué necesidad satisface este tipo de concurso en la comunidad de Nuevo León, noveno estado con más violencia contra mujeres? (INEGI, 2011). Pareciera que la Universidad está ocupada más en lograr “la coherencia entre el discurso y la práctica de los universitarios” que la coherencia discursiva de la propia institución, entiendo la de sus trabajadores, la de Rectoría y la de la Dirección de Actividades Estudiantiles (DAE).
Te traigo en mi pensamiento constante…
Tan constante es la violación de los Derechos Humanos en México, que los sectores educativos no son la excepción. En la Visión 2020 también se habla de “valores, principios, buenos hábitos y prácticas saludables para la formación de la persona, y la promoción del respeto a los derechos humanos y la no discriminación” y “asegurar la igualdad de oportunidades educativas de buena calidad para todos, independientemente de la situación social, raza, género o discapacidad de los estudiantes; así como la atención integral de los mismos desde su ingreso hasta su egreso, a través de programas pertinentes que reconozcan la diversidad de perfiles y trayectorias escolares.”
¿Cómo afirmar que una mujer recibe trato de ser humano cuando se le pide competir por su apariencia con otras mujeres, evaluarla por sus genes, su vestuario, su caminar y dominio escénico, su simpatía, etc. para ser reconocida y premiada? ¿Cómo, si al ponerla frente a los espectadores se exhibe como un maniquí, una muñeca que gana junto con una corona una agenda llena de eventos para acompañar al rector?
Y aunque trato de olvidarte…
No puedo. Y siguen las preguntas: ¿quién o quiénes realizan las convocatorias de dichos concursos? Se las han leído bien: sí son discriminatorias al establecer un límite de edad, al no permitir mujeres con hijos y establecer una estatura mínima como requisito para la inscripción en el certamen. Pero la discriminación central del concurso (que muchos siguen omitiendo) es colocar a la mujer como un objeto desprovisto de pensamiento y concentrado únicamente en la configuración de una imagen que agrade a la vista, lo que significa coincidir con un estereotipo de belleza.
¿Pero qué hace el estereotipo de belleza? (el cual varía según la cultura, clase socioeconómica, etc.)
- objetualiza el cuerpo
- hipersexualiza: esto es acentuar la condición de ser objeto sexual, provocando una preocupación por adecuar/enfocar la silueta corporal o ciertas zonas del cuerpo a un ideal de belleza sexualizado, es decir, focalizado al placer sexual desde la fantasía
- se instala en la subjetividad de las mujeres para que éstas necesiten la mirada y aprobación externa, para desproveer a la mujer de ser “persona” (al volverse un objeto)
- se le obliga psicológicamente a poner su cuerpo al servicio de la plataforma de mercantilización machista: publicidad, prostitución, imagen institucional (familia, gobierno), lo que se deriva en acoso callejero, violación y finalmente feminicidio.
El estereotipo de belleza, al convertirse en un imperativo simbólico hace que la mujer no goce de su cuerpo, sino que otros gocen de su cuerpo. No decide sobre su cuerpo, sino cumple expectativas o sufre a partir de ellas. La consigna del estereotipo machista de belleza declara lo siguiente: tú eres un cuerpo, pero tu cuerpo debe ser de esta manera, tu cuerpo no es tuyo, debes ponerle esto, debes quitarle esto, debes mostrar esto, debes ocultar esto. La mujer como sujeto está disociada de su propio cuerpo y no se pertenece a sí misma al momento en que necesita ser deseada por algún otro, incluso indistintamente del género (aunque una de las características principales del género masculino convencional es el imperativo de adorar y buscar deleite en los cuerpos de las mujeres y despreciar a quien no pueda hacerlo).
Algunas consecuencias:
- trastornos alimenticios: bulimia, anorexia, anemia
- cirugías
- baja autoestima
- inseguridad emocional
- vivencia de una sexualidad limitada y disociada
- gasto excesivo en maquillaje, dietas, ropa, gimnasio
Aquí es donde se refleja la ausencia de libertad, autonomía y respeto a una vida digna, al ser despojada de ser sujeto y ponerse al servicio del aplauso ajeno. El poder vivir en libertad la sexualidad no significa que se tenga la capacidad de mantener relaciones sexuales, sino de conocer su propio cuerpo, saber que su cuerpo le pertenece a ella y nadie más, en decidir cómo, con quién, cuándo y dónde quiere mantener contacto sexual así como la decisión entorno a la maternidad, con la responsabilidad que implica esto a nivel psicológico, emocional y físico. Una sexualidad libre también implica la no penalización del aborto, la creación de condiciones óptimas para un aborto seguro y una verdadera educación sexual integral que permita una formación consciente y responsable de la sexualidad. Es de esta manera que el concurso hace una discriminación aún más profunda, la cual deviene a una violencia indirecta sobre los cuerpos calificados como femeninos. Es decir, a diferencia de lo que algunos siguen creyendo, el “verse bonita” no es tan simple como parece. Este verse bonita tiene muchas letritas pequeñas que suelen olvidarse o ignorarse.
Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación4 en 2010, los prejuicios son cosa de todos los días; el 25% de los entrevistados aseguran que se ignoran sus derechos por no tener dinero; 20.2% se sienten discriminados debido a su apariencia física, 19.8% por su edad, y 19.2% ciento por su género. Recordemos, quien gane será la mujer que represente a la comunidad estudiantil, será la imagen de la Universidad para el, ya tan sospechoso, Sorteo de la Educación.
¿Por qué deben imponernos cómo vernos, vestirnos, comportarnos, cómo mirar, cómo pensar? Además si es “nuestra representante” por qué no es elegida por nosotros, en lugar de un jurado externo a la vida universitaria y cercana a un ambiente mercantil y publicitario.
…dime qué cosa que me hiciste que no te puedo olvidar…
El semestre agosto-diciembre 2016 de la UANL, corresponde al primero para los estudiantes regulares que han concluido la preparatoria e ingresarán a la Facultad en que se inscribieron. Ahí reforzarán su redacción y comprensión lectora, sus métodos de investigación, el pensamiento matemático y su sentido humano. Estos estudiantes universitarios, en su mayoría rondan los diecisiete a veintiún años, se encontrarán año tras año dentro de la cartelera cultural con el concurso Señorita UANL, algo que terminará por normalizar estos eventos dentro de la oferta educativa de la Universidad.
¿Qué significa hacer normal estos eventos para la comunidad estudiantil en general? ¿Cómo trasciende en nuestras vidas, inconsciente o conscientemente, nos interesemos, participemos o no en un Señorita UANL? ¿Cuántos ven absurdo un concurso de belleza en una institución educativa pública? Porque en efecto, algún porcentaje de nuestros impuestos que no son robados caen en la máxima casa de estudios del Estado y se destinan a actividades estudiantiles. ¿Qué otros patrocinadores intervienen, cuál es el apoyo que brindan y cómo se ven beneficiados?
…dónde quiera que te encuentres, espero que tú…
Piensa dos veces, cuestiónate e infórmate más sobre estos eventos, para opinar, para participar, para pensar en qué invertir tu tiempo, tu dinero. Espero que pienses en esto para determinar si te afectan o no, el porqué no les pones atención ¿porque no eres mujer, porque tu autoestima es alta, porque en la sociedad “real” y no sólo estudiantil, hay más certámenes de belleza y eso “está bien”? ¿está bien invertir tus impuestos para clases de modelaje y fotos espectaculares? Hay que decirlo bien claro: existen otros tipos de violencia que no son violencia física y no deben ser minorizadas.
El cese de las violencias de género no puede implicar únicamente la creación de leyes ni la difusión de campañas, sino la ruptura de muchos (concretos y sutiles) paradigmas culturales. La mujer no será libre (y si vemos más profundamente, el hombre tampoco) en tanto sigamos encasillándola en un ideal de cuerpo artificial-mercantil y atrapándola en ser objeto de deseo ajeno.
1.- Canción “Tristes recuerdos” de Antonio Aguilar.
2.- http://comunicacion.uanl.mx/senorita-uanl-2015/
3.- http://www.uanl.mx/utilerias/vision2020.pdf
4.- http://www.conapred.org.mx/userfiles/files/Enadis-2010-RG-Accss-002.pdf