El artista desconectado de su sociedad es una pieza aislada que no funciona, ni en términos sociales, ni términos netamente creativos. El nutrirse de lo cotidiano, de los acontecimientos más mínimos de nuestros barrios, de nuestras ciudades, de nuestros niños, de los pueblos o rancherías expone al novelista, ensayista, poeta, pintor, fotógrafo, cineasta, bailarín o al músico en situaciones que lo enriquecen más y por lo tanto pueden apoyar su proceso de creación de muchas más maneras que si no lo hace.
Pero al mismo tiempo, el estar inmerso en la realidad, tomarla y trabajarla en sus obras hace que su función social se vuelva invaluable. Al tocar los temas tabú, al exponer las situaciones difíciles, pero también al hablar de nuestras características, formas y maneras de ver el mundo, va creando un imaginario colectivo que nos hace ser quienes somos. Toda sociedad está hecha de relatos y se construye a sí misma al relatarse. Cualquier disciplina artística colabora a ese relato. Es por eso que el neoliberalismo a ultranza, el materialismo y el individualismo han usado estos mismos mecanismos pero para vaciar nuestros relatos, para llenar de nada nuestras cabezas y que el olvido haga mella en lo que somos. También en los artistas ha ido ganando terreno la individualización y en este asunto de separar las bellas artes y las mal llamadas manifestaciones populares haciendo que mucha de la producción artística no conecta con las problemáticas y situaciones que estamos sufriendo.
En este sentido, esta columna intenta explorar el mundo de los artistas y su conexión con la sociedad. Vía entrevistas y explorando sus obras intentaremos describir esa conexión y revisar y dar a conocer los perfiles de gente que trabaja desde la comunidad y con temas que le afectan.
Jéssica García de la Garza es una pintora y grabadora oriunda de Victoria, Tamaulipas quien desde hace tiempo radica en el centro de México. Revista Levadura la invitó a colaborar para el tema de trata de mujeres y la pintura con la que contribuyó tuvo mucho impacto en nuestro equipo editorial. De ahí salió la idea de trabajar estas entrevistas con las que iremos entrevistando a más artistas que colaboren con Levadura.
Damián Cano: ¿Por qué crear algo con relación a una temática social?

PRINCESITA / Jéssica García de la Garza
Jéssica García de la Garza: Lo que pinto, grabo o uso para mis interpretaciones, suelen ser cosas por las que estoy y siempre van tomadas de la mano con mi desarrollo emocional . Esto hace que uno se sienta completo y que además de buscar en uno mismo, sientas la necesidad de voltear a ver a los demás y que te reconozcas como alguien inmerso en la sociedad. Así que también te ubicas en ella y le regresas lo que sientes, lo que vives, lo que ves y lo que sabes que está sucediendo pero no se dice. Llega el momento en que sacas tu voz interior, pero también quieres ser voz de alguien más.
DC:¿Cómo fue el proceso de creación?
JGG: Cuando Levadura me pidió que colaborara me sentí un poco intimidada por escribir algo, así que hice lo que es más fácil para mí, pintar y hablar por medio de la imagen. Cuando me dijeron el tema, curiosamente yo ya tenía una imagen muy impactante que tomó mi esposo en las calles de la ciudad de México. Ibamos juntos y vimos a una mujer dormida en la banqueta, hecha un ovillo, protegida por su propia sudadera, guardada en sus sueños. Le pedí que la fotografiara, pues la quería pintar un día.
DC: En específico, ¿cómo te llegó este tema y afectó tu proceso de creación?
JGG: Cuando me dieron el tema, me emocioné de poder hablar de algo que nadie dice y que sabemos que existe. Vi la mesa de discusión que había preparado Levadura, algunos links de películas que han tratado este tema, y yo ya había leído el libro Milena o el femur más bello del mundo de Jorge Zepeda; así que ya estaba un poco preocupada por esta temática.
Entonces cuando me piden que pinte algo sobre trata de personas, recuerdo la foto que tenía guardada como dos años en mi cajón de material para pintar algún día. No le había llegado el momento. No había encontrado el pretexto para pintarla. Y esta invitación a colaborar, fue la oportunidad que encontró esa imagen, aquella mujer reprimida y abandonada por la sociedad, para convertirse en una obra que fuera su voz.
DC: ¿Cuáles fueron los principales retos en el proceso derivados del tema?
JGG: El reto principal fue poder expresar en una imagen todo el miedo, toda la soledad, todo el abandono, todos los sueños pisoteados y todos los deseos y esperanzas que mantienen a estas mujeres con vida. Fue tratar de vibrar con sus sentimientos, para que cuando alguien vea la pintura, se solidarice con el tema y se despierten conciencias de que la trata de blancas existe, ellas existen y son personas y merecen que las queramos ver y encontrar.
Recurrí a la música de la película La Misión de Ennio Morricone y trataba de recordar el sentimiento que me despertaba la mujer de la foto.
El cuadro no es una copia fiel de ella. Originalmente está en una calle, abandonada, dormida a plena luz del día. Yo quise hablar del miedo en el que las mantienen, así que la puse en un ambiente obscuro y abandonado.
DC: ¿Quiénes son tus principales influencias?
JGG: Creo que estoy influenciada por José Fors quien fue mi maestro y definitivamente por Orozco, el gran muralista jalisciense.
DC:¿Qué opinas del rol de los artistas e intelectuales en la sociedad actual?
JGG: Creo que tenemos la responsabilidad de usar nuestros talentos para darle voz a quienes no tienen oportunidades.
DC: ¿Existen otras temáticas sociales que te interesen?
JGG: Me indignan los desaparecidos, la impunidad que existe en nuestro país. Que cuando te acercas a la ley, no sabes si es para proteger tus derechos o los de los que te acosan. Tus sabes que a mi padre lo secuestraron; me indigna que tengamos que agarrarnos el corazón, arrepechugar y aguantar. Que nuestros derechos no existan y que seamos una sociedad que solo ve para sí mismo, y si alguien tiene un problema, mejor te dejan de hablar, no vaya a ser que se le pegue la mala fortuna.
Me indigna la falta de educación, que esté perdiendo la identidad mexicana y no tengamos empatía por los demás.
Obviamente me preocupo por los derechos de las minorías. Los pobres, los indígenas, los migrantes, la falta de trabajo, de oportunidades, la desigualdad social. Nuestro país tiene mucha problemáticas, pero también tiene muchos valores, y es ahí donde los que podemos debemos aportar, lo que sabes, lo que piensas, lo que quieres y lo que no quieres para el lugar donde vives.
DC: ¿Dónde podemos encontrar tus creaciones?
JGG: Puedes encontrar obra mía en Galerías cibernéticas, o encontrarme en facebook como Jessica de la Garza – GadGa.