La fractura hidráulica, como técnica extractiva, requiere del uso del agua. De manera general, líquido en solución con químicos y arenas se inyecta bajo la superficie, generando presiones para ocasionar la salida de hidrocarburos.
El uso del fracturamiento hidráulico es una tecnología que ha sido usada, y será utilizada en los yacimientos de gas localizados en la Cuenca de Burgos1. Esta regionalización contiene parte de su superficie en Nuevo León.
El gobierno mexicano ha informado que la fracturación hidráulica fue implementada de manera discrecional en zonas del noreste del país. En informes públicos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, se anunció la aplicación de esta técnica en Altamira, Tamaulipas (se reconoce que la mayor parte de los pozos del Campo Tamaulipas Constituciones fueron fracturados). También, que en la Cuenca de Burgos, los pozos de gas han sido estimulados mediante esta tecnología2.
Los municipios de Nuevo León localizados en Burgos, y en los cuales será implementada esta técnica, corresponden a Anáhuac, Vallecillo, y Parás (al norte de Nuevo León).
En la zona centro-oriente, son más los ayuntamientos donde se desarrollará esta actividad. Algunos forman parte de la zona conurbada de Monterrey (o inmediatos a ésta). El territorio contiguo a la capital de Nuevo León, determinado como zona a implementar la fractura hidráulica, se integra por Higueras, Zuazua, Marín, Pesquería (hasta su límite preciso con San Nicolás de los Garza), Juárez, y Cadereyta Jiménez.
Hacia la región citrícola de Nuevo León, no cambia el contexto en el cual predomina este modelo de extractivismo. Una parte mayoritaria del municipio de General Terán presenta espacios determinados a ser licitados como susceptibles para aprovechamientos mediante fracturación. El noreste de Montemorelos comparte el mismo destino que Terán.
Con rumbos de la frontera norte, el territorio de China, con estimados de 80% de su extensión serán destinados a esta actividad. Otro es Los Ramones, con la mitad sur del municipio destinada a la explotación no convencional. En un escenario semejante están Los Herreras, Los Aldamas, y Doctor Coss.3
Para valorar el impacto ambiental y social que la fractura hidráulica puede tener en la gestión del agua, una fuente de información es el documento Uso de agua en la extracción de gas de lutitas en el noreste de México publicado por el Colegio de la Frontera Norte.4
Retomando el rol de importancia asignado al agua en la fracturación hidráulica, es importante establecer la ubicación de las fuentes del líquido, y su vinculación espacial con las zonas determinadas a ser licitadas para su exploración mediante la referida metodología (Cuenca de Burgos y el Plan Quinquenal).
Dentro de las fuentes posibles de agua para esta técnica, se tiene la superficial. Utilizando técnicas de Sistemas de Información Geográfica5, el estudio de la información disponible en las Cartas Topográficas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía6, y la sobreposición de los polígonos donde se ubican las áreas de licitación para exploración no convencional (mediante fractura), publicadas por la Secretaría de Energía7 del gobierno mexicano, se pueden determinar las fuentes de líquido, su localización espacial, y con ello, la posible utilización de las mismas.
Las fuentes de agua superficial localizadas en la Cuenca de Burgos corresponden a 19 ríos. Adicionalmente, se debe añadir la presa El Cuchillo, cuyo embalse aporta líquido para consumo humano en la zona conurbada de Monterrey.
La lista se integra por cauces conocidos para la población de Monterrey. Van desde el río Santa Catarina, Ramos, Pesquería, Salinas, San Juan, o el Pilón. Otros en la periferia de esta ciudad, como El Ayancual (arroyo), Mohinos, Las Lajas, El Encadenado, El Carrizo, Las Coloradas, Terreros, Tlahualillo, o El Conchos (que sirve como límite entre los estados de Tamaulipas y Nuevo León).
A excepción del último citado, y los localizados al norte de la capital de Nuevo León, todos llevan el flujo de sus aguas a la presa El Cuchillo. Esto significa que los cauces determinados en este análisis, son parte importante del abasto de agua potable para la población en Monterrey.
El uso del agua para fracturación, eventualmente puede no ser significativo, desde una perspectiva que agote los volúmenes disponibles para cualquier uso. El conflicto puede provenir del impacto que se puede causar a las fuentes usadas para consumo humano, mediante la contaminación del líquido.8
Ante ese posible conflicto es que se deben valorar las iniciativas oficiales que buscan garantizar el abastecimiento del agua para Monterrey. Cualquiera de ellas tendrá como resultado el bajar la presión sobre el uso actual de las aguas existentes en la Cuenca de Burgos.
Esto es, si se logra garantizar para las poblaciones humanas de Monterrey la disponibilidad de agua, con fuentes diferentes a las localizadas en la Cuenca de Burgos, el riesgo de conflicto ante el uso de ese líquido para fractura hidráulica disminuye.
Ello implica que las aguas del río Pánuco, contempladas en el suspendido (sin cancelación) proyecto Monterrey VI, efectivamente sean para uso humano o de la industria local, y no en la fractura hidráulica.
Cubierta en el largo plazo la necesidad de líquido para uso humano, gracias a las aguas provenientes de esa cuenca lejana, se configura la posible desactivación del conflicto por el uso del agua en Cuenca de Burgos para exploración no convencional.
Este juicio, en donde se establece que la búsqueda de fuentes para consumo de agua en Monterrey tiene fines estratégicos, relacionados con la exploración o explotación de hidrocarburos en Nuevo León, aplica a las propuestas difundidas por el gobierno del estado, el cual, ante la suspensión temporal de Monterrey VI, anunció que las “nuevas” fuentes de agua serán distintos pozos en las áreas de extracción vigentes, y la construcción de una nueva presa, en el municipio de Montemorelos.
Es decir, se garantiza el agua para la población local, lo cual permite el uso de las aguas superficiales en Burgos, incluida la presa El Cuchillo, para la fracturación hidráulica.
Estas controversias adquieren más relevancia, considerando las regulaciones que aplican a este tema, las cuales no son claras, ni tampoco establecen prohibiciones explícitas.
Esto último deja el tema abierto para otras valoraciones, en las que se considere cómo puede influir la legislación ambiental mexicana en la implementación de la fractura hidráulica, y el hecho en el cual, ante leyes vigentes, las regulaciones de las mismas no han sido aplicadas en la mayoría de las exploraciones realizadas con fracturación.
Sobre ello comentaré en otra evaluación del tema, considerando información del gobierno mexicano obtenida mediante solicitudes de acceso a la información pública.
Cartografía:
1.- Municipios de Nuevo León localizados en zonas de exploración no convencional (mediante fractura hidráulica): https://www.flickr.com/photos/acedia/35433811500/in/dateposted-public/
2.- Municipios de la zona conurbada de Monterrey (Nuevo León), localizados en zonas de exploración no convencional (mediante fractura hidráulica): https://www.flickr.com/photos/acedia/35012363363/in/dateposted-public/
3.- Presas localizadas en Nuevo León y Tamaulipas, al interior de zonas de exploración no convencional (mediante fractura hidráulica): https://www.flickr.com/photos/acedia/35012351143/in/dateposted-public/
4.- Cuerpos de agua superficial en zonas de exploración no convencional (mediante fractura hidráulica): https://www.flickr.com/photos/acedia/35689930581/in/dateposted-public/
*Imagen de portada: Matt Brown-Flickr