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El discurso del bildungsroman queer en El Chico de las Estrellas

diciembre 20, 2017Deja un comentarioEnsayoBy Juan Antonio Serna Servín

Foto: Facebook

La espina de la libertad es que para encontrarla, a veces tienes que perderlo todo. Y perderlo todo le hizo aprender a estar en soledad. 

El Chico de las Estrellas, Chris Pueyo, 95. 

 

 

El concepto de bildungsroman proviene del alemán bildung (periodo de formación) y de roman (novela) y se emplea para designar a las novelas cuyo tema principal es la representación literaria de las experiencias de un protagonista joven, desde su infancia-adolescencia hasta su madurez. Asimismo, conlleva un proceso de aprendizaje cuya finalidad es alcanzar la consolidación del carácter del protagonista, así como su integración a la sociedad.  Además, dentro del proceso formativo es evidente el conflicto entre sus deseos y los intereses inversos de la sociedad (Gómez Viu, 2009: 107). 

 

La novela El Chico de las Estrellas (2015) de Chris Pueyo (Madrid, 1994) es un texto representativo de la literatura juvenil en donde el protagonista Christian simboliza el constructo de la búsqueda de la identidad masculina. En su obra Pueyo presenta el desdoblamiento autor-protagonista, para seducir y hacer cómplice al lector mediante sus aventuras, sus anécdotas y su etapa de formación. El autor recurre a una polifonía de géneros literarios (epistolar, autobiografía, cuento, poesía y novela) para plasmar temas ad hoc con el crecimiento y la metamorfosis de los adolescentes. Entre dichos tópicos destacan: la identidad, el bullying, el abuso, el deseo perenne de ser niño, el discurso matriarcal, el amor platónico, el primer amor, el uso de las redes sociales y la escritura como catarsis. 

 

Por ende, el objetivo de este trabajo consiste en analizar la novela en dos niveles: el primero mediante el discurso del bildungsroman masculino (personificado por Christian) y el segundo a través del discurso queer juvenil (también representado por el protagonista). Para el primer nivel se considerará la taxonomización de las novelas del bildungsroman de Kristy Littlehale, quien plantea que las etapas del bildungsroman son cuatro: la llamada, el aprendizaje, la madurez, y la aceptación y la solución. Mientras que para el segundo nivel se contemplará el discurso queer de David William Foster. Foster presenta el discurso queer en tres dimensiones: lo queer como la construcción libre del cuerpo, lo queer como la búsqueda de la liberación patriarcal y lo queer como el espacio urbano de refugio. 

 

De acuerdo a El País, Pueyo narra en su novela de manera fresca y novedosa, la historia de su infancia hasta llegar a su etapa actual. Además, recurre al monólogo como recurso literario para presentar un texto cuya moraleja reside en la aceptación de uno mismo (El País, 2015:1). Mientras que en Hola Homosensuales, se plantean dos aspectos que demeritan la calidad de la novela. El primero, el desarrollo de los personajes es típico de los estereotipos, y el segundo está relacionado con el diseño de las personalidades de los personajes, quienes son presentados de forma melodramática e insufrible y por ende, raya en el sentimentalismo (Homosensual, 2015:1). 

 

Por su parte, Pueyo afirma que El Chico de las Estrellas aborda diversos temas como las sensaciones y las emociones: la libertad, el sexo, la soledad, el desamor y la amistad. También explica su postura en cuanto a la etiqueta de su texto. Yo no lo catalogaría como LGTB, ni siquiera El Chico de las Estrellas. Los etiquetaría como literatura juvenil y los pondría en una estantería en la que al lado puede tener un libro de Javier Ruescas (Listalos40, 2017:1). Sin embargo, aunque el autor no etiquete su obra, ésta cuenta con algunos rasgos de literatura queer.

 

Ahora bien, el primer objetivo de análisis, el discurso del bildungsroman masculino se percibe en la novela a través de las cuatro etapas de este género: la llamada, el aprendizaje, la madurez, y la aceptación y la solución. Según Kristy Littlehale, la llamada dentro de la novela de formación motiva el carácter del protagonista en su camino hacia el crecimiento espiritual o psicológico. Los aspectos que incluye esta llamada son: por lo general, el protagonista es de una aldea o ciudad pequeña, debe separarse de su familia para buscar su propia identidad y busca respuestas fuera del hogar (Littlehale, 2017:1).   

 

Lo anterior se observa en la siguiente cita: “El Chico de las Estrellas acababa de marcharse de casa de La Mujer Que en vez de Respirar Fuma para vivir en la casa blanca de la Dama de Hierro, y aún así necesitaba irse” (El Chico…, 2015: 86).  Esta mudanza representa el corte del cordón umbilical materno. El chico abandona el hogar de su madre por maltrato físico y psicológico por parte de los novios de su madre y se muda a vivir con su abuela, a quien denomina “La Dama de Hierro”. Y gracias a ella va al instituto del pueblo. Una vez que el chico acepta su identidad sexual decide separarse ahora de su abuela para ir en busca de su propio criterio y para encontrar respuestas a sus interrogantes. Cita: […] “El Chico de las Estrellas se despidió de Lady Madrid porque se marchaba cinco meses a Londres. El Chico de las Estrellas también se despidió de sus amigos y del resto, de su familia, y si alguien preguntaba por qué se marchaba… él solo respondía que necesitaba aprender inglés” (El Chico…, 2015: 87).

 

El protagonista está consciente que debe buscar respuestas fuera de su espacio (casa-ciudad) para reencontrarse consigo mismo y deconstruir su identidad.

 

La segunda etapa es el aprendizaje, y según explica Littlehale , el aprendizaje es el proceso de crecimiento que experimenta el personaje para lograr la madurez y metamorfosis moral. Asimismo, la educación es vital para el progreso del protagonista. Lo anterior se refleja en la siguiente cita: “por supuesto que El Chico de las Estrellas cambió. Y cambió porque los cambios son necesarios. Pero cambió junto a los suyos y para mejor” (El Chico…, 2015: 94).  El protagonista viaja a Londres a estudiar inglés y en ese espacio urbano gracias a la libertad, a la independencia emocional y a la soledad madura y emplea la escritura como catarsis y como medio para expresar sus emociones, sus deseos y sus cambios. En cuanto al cambio moral, éste se observa en el anhelo del joven en aceptar su identidad sexual. Ejemplo: “El Chico de las Estrellas pidió auto aceptación” (El Chico…, 2015:98).

 

La tercera etapa es la madurez; Littlehale argumenta que es un proceso largo y arduo, a base de errores, pruebas y obstáculos que el protagonista debe enfrentar. En esta etapa el protagonista sufre un crecimiento psicológico, moral y/o espiritual. Y es en el exilio donde Chris desde lejos inicia una limpieza a su armario lleno de recuerdos, errores, pruebas y obstáculos con la finalidad de romper con su viejo yo. Chris utiliza el rótulo de “Se vende” para deshacerse de todo ello. Ejemplo:  

 

SE VENDE. Las noches frías, El Señor del Bigote  y la madre que no tuvo.  Los insultos, las miradas y el constante rechazo a ir al colegio. Los besos que Lady Madrid le dejó bajo el pantalón. SE VENDE. La dependencia emocional y todo lo que le costó decir adiós […] SE VENDE. Las alas rotas del amor, las palizas, los escalofríos y el sudor. La sinceridad denunciándome por el silencio atroz (El Chico…, 2015:102-03). 

La cuarta etapa es la aceptación y solución. Littlehale asevera que esta etapa consiste en que el protagonista generalmente regresa al lugar que dejó y que el lector puede percibir el contraste entre el protagonista al inicio y al final de la historia. De Londres, Chris vuelve a Madrid dispuesto a realizar los cambios que considera necesarios en su nueva vida. Ejemplo: “Cuando regresé, empecé a fabricar un mundo nuevo, perfecto y a mi medida” (El Chico…, 2015: 133). El protagonista pasa de ser un Peter Pan frágil, de ser un adolescente tímido e inseguro a un joven valiente, libre y decidido. El apoyo moral lo recibe de una señora desconocida al principio del texto: “Eres un desastre, pero lo conseguirás” (El Chico…, 2015: 53).

 

Si bien el protagonista a lo largo de su vida recibe ayuda psicológica para superar sus traumas y sus miedos, al regresar de Londres ya maduro, libre y seguro de sí mismo, decide decirle adiós a su mentora psicológica. Ejemplo:  

“Ya estás listo. Lo sé.  Ya no me necesitas. Lo sé […] También me dijo que aceptarme no sería el fin de mis problemas […] La historia no termina ahora, la historia acaba de empezar. Echa la vista atrás… Cuando te conocí no eras más que un niño que lo perdió todo. Mírate ahora: eres un hombre, Peter Pan” (El Chico…, 2015:144). 

 

Chris, El Chico de las Estrellas, El principito, el Peter Pan, experimenta un viaje bipartitia-binario (interior-exterior) en tiempos y espacios para iniciar su etapa de aceptación mediante la llamada que intuye debe ser su camino para efectuar el aprendizaje que lo conducirá a la madurez y a la transformación de niño adolescente a hombre adulto cuya voz y espacios adquiridos se dejan sentir en su escritura, en su aceptación de gay, en su seguridad, en su coraje y en su libertad para volar en busca de su felicidad. En suma, el protagonista simboliza el discurso del bildungsroman masculino. 

 

El segundo nivel de análisis consiste en el discurso queer que plantea David Foster. Para el crítico, lo queer contempla: el cuerpo, la liberación, y la ciudad. Con respecto al cuerpo Foster argumenta que lo queer aborda la libre construcción del cuerpo, y sobre todo, la libre reconstrucción del cuerpo en todo aspecto que resulte conveniente a los intereses del sujeto (Foster, 1995:24). Este primer elemento del queer se refleja en el siguiente ejemplo: “Le gustaba bailar, vestir bonito y jugar ciervo […] mientras los chicos de su clase jugaban futbol” (El Chico…, 2015: 39). A Chris le gustaba utilizar su cuerpo para bailar y para lucirlo mediante su vestimenta, es decir, un chico metrosexual con identidad sexual diferente. Además rompe con el paradigma heterosexual y patriarcal del mundo deportivo, él jugaba ciervo, no futbol.

 

Otro rasgo que podría coadyuvar a la deconstrucción del cuerpo es la voz. Habría que aclarar que aunque la voz define el género según el patriarcado, quizás Chris no era consciente de su femineidad.  Ejemplo: “La felicidad de bajar al patio desaparece en ese conjunto de momentos en que un chico tiene más amigas que amigos y su voz suena un poco más afeminada de lo normal” (El Chico…, 2015: 42). Al chico de las estrellas, por no poseer voz ronca ni masculina, se le estigmatiza y se le margina. Por ello el acoso lo experimenta en el colegio, esto se observa en la siguiente cita: “¿Me la comes un rato, maricón? —Un reprobado de cuarto se la sacó en mitad del baño mientras estaba bebiendo agua. Qué vergüenza tan dolorosa” (El Chico…, 2015: 45). A Chris se le cuestiona su masculinidad por su amistad con chicas y por su voz femenina. Sin embargo, su antagonista (el chico reprobado) sabe utilizar su cuerpo para darle placer a través del sexo oral que está pidiendo al preguntar: “¿me la comes un rato, maricón?”. Es decir, ese rato es el placer anhelado y deseado por el otro, el supuesto heterosexual quien al mostrar su pene espera llegar al orgasmo. 

 

Hay que subrayar que el constructo de masculinidad nos ha sido impuesto histórica-social e ideológicamente por el opresor y cuando no se sigue el status quo masculino, ello conduce al sujeto a sentirse oprimido, marginado y humillado como le sucedió a Chris en el espacio homosocial del colegio. Seidler explica el constructo de masculinidad de la siguiente manera: “Often our sense of individual identity as men is so tied in with our sense of masculinity, that we feel deeply threatened and unsure when notions of masculinity are challenged” (Seidler, 1989:183). El chico se siente amenazado y cuestionado con respecto a su masculinidad, puesto que él carece de los rasgos de masculinidad que la sociedad patriarcal ha impuesto a los hombres.

 

Ahora bien, cuando el chico se las estrellas se enamora da rienda suelta a la deconstrucción de su cuerpo para brindarle el placer que por un buen tiempo reprimió. Ejemplo:

 

Los colmillos del Chico más Guapo del Mundo se acercaron a mi boca, su aliento me llevaba al Edén, lentamente me perdí en su boca, y su cuerpo semidesnudo empezaba a rozarse con el mío […] Aquello era como un sueño, mi cuerpo respondía a sus órdenes. Era como si yo no fuera mío. El Chico más Guapo del Mundo me bajó los pantalones y quedamos en igual de condiciones (El Chico…,  2015:162-63). 

Es decir, que mediante los elementos corporales: colmillos, boca y aliento, Chris se siente libre para experimentar con su cuerpo y satisfacer sus necesidades queer con otro chico. Ambos jóvenes a través de sus cuerpos semidesnudos responden a los intereses de su identidad sexual para llegar al Edén, y en el caso del Chico de las Estrellas por fin ha encontrado su espacio sexual y prueba de ello, es su disponibilidad para entregarse a tal grado que su propio cuerpo ya no le pertenece a él, sino al otro representado por El Chico más Guapo del Mundo. 

 

Por otro lado, Foster asevera que la liberación dentro de lo queer busca la emancipación de la imposición patriarcal y su circunscripción del placer o de su exclusión que va más allá de las circunstancias parciales. O sea, que es una liberación sin concesiones de las coerciones que maneja el heterosexismo reproductor y una exploración sin fronteras de la potencialidad del placer para deconstruir relaciones sociales y personales (Foster, 1995:25). El Chico de las Estrellas sufre una liberación de espacio (por los constantes cambios de casa); física (por el alejamiento de las personas); psicológica (por la dependencia) y polifónica, simbolizada por la madre, la abuela, la novia, la psicóloga y la del profesor de inglés (Frederic). Al emanciparse como aparato reproductor por su identidad sexual, Chris se excluye del paradigma heterosexual y se circunscribe en la experiencia de gozar del placer que su novio le provoca. Ejemplo: “Del colchón brotaban chispas, yo estaba muy húmedo y él no dejaba de invocar mis Navidades. Regresó a mi boca un par de veces. Y fui feliz” (El Chico…, 2015:164). Se percibe la exploración sexual y placentera sin fronteras que Chris vive con su novio, El Chico más Guapo del Mundo, y con quien logra establecer una relación social, emocional, personal y sexual. 

 

Por su parte, Linda McDowell explica que la sexualidad: “consists of a set of sexual desires, identities and social practices which are affected by the beliefs and ideologies which sanction and regulate specific sexual activities. Sexuality is therefore, as the French philosopher Michel Foucault (1979) argued, concerned with ‘the body and its pleasures‘” (McDowell, 1999:39). Este concepto va muy ad hoc con la siguiente cita: “Algunos piensan que estamos enfermos, otros que la homosexualidad es el problema del siglo XXI. Como si fuera un problema. Como si fuera del siglo XXI. Como si Platón y Sócrates no hubieran sido amantes” (El Chico…, 2015: 168). Los deseos sexuales de Chris se ven trastocados durante su adolescencia por las creencias e ideologías que regulan las prácticas sexuales sociales. Y cuando Chris logra liberarse de la sociedad, su sexualidad adquiere una nueva dimensión. Ejemplo: “Aquella vez, El Chico de las Estrellas no tuvo la necesidad de violarse a sí mismo para hacer el amor. Dejó de estar sometido a la sociedad, y los verdaderos sentimientos se pusieron la corona” (El Chico…, 2015:164). El haber dejado atrás el sometimiento a una sociedad opresora y a una identidad sexual heterosexual conducen al protagonista a encontrar su verdadero yo, su voz y su espacio en una sociedad en la que debe luchar por el derecho a ejercer su sexualidad y su amor con personas de su mismo sexo. A Chris el amor y el sexo de su novio le permiten deleitarse del sexo y de sus placeres de su cuerpo y los del cuerpo del otro. Es decir, con El Chico más Guapo del Mundo llega al Edén emocional, social y sexualmente. Y lo más importante descubre que no está enfermo, que no tiene problemas y que no debe sentirse culpable porque le gusten los chicos aún en el siglo XXI.

 

En la tercera dimensión de lo queer (la ciudad), Foster subraya que la ciudad siempre ha fungido como refugio para los individuos que no pueden conformarse con el peso del patriarcado en el campo o en la pequeña urbe. Asimismo, la ciudad proporciona múltiples oportunidades para el refugio en donde el ciudadano puede ejercer o desempeñarse con más libertad y la vida urbana conlleva a la concentración de personas que cuentan con los mismos intereses e identidades (Foster, 1995:28). A pesar de que Chris viene de Madrid, aún así para él ese espacio urbano no representa su refugio, sino más bien su carga psicológica y su opresión. Razones por las que es Londres la ciudad que realmente simboliza su refugio. Ejemplo: “Todo se tornaba insuperable, la Ciudad de Nieve y Piedra se estaba volviendo el refugio perfecto, podía pensar en alto (y hablar en alto, ya que nadie me entendía), centrarme en escrivivir, pasear por el frío, deshacerme en sus noches, reencontrarme con sus días” (El Chico…, 2015:109). Londres se convierte en el refugio ideal y real para El Chico de las Estrellas y le permite excluirse del sistema patriarcal. Cita: “Londres era la prueba de lo que sería vivir siendo gay.  Londres la probeta” (El Chico…, 2015:110). 

 

Además Londres por su cosmopolitismo y su “being open mind” ayudan a que el protagonista aprenda a ser más abierto con respecto a sus gustos e identidad sexual. Esto se nota en la siguiente cita:  

 

Y entonces El Chico de las Estrellas tragó saliva y dijo pequeñito […] Soy gay. Aquella fue la primera vez que El Chico de las Estrellas decía que era gay. —Ay, ¿tan lindo, Chris? — La Chica de las Arepas le apretujó las mejillas con sus fuertes manos y le dio un picorete en la boca. […] ¿En serio? Después de todo este tiempo encerrado en un mundo equivocado, esta es la respuesta a la confesión más importante de de mi vida? Vaya mierda (El Chico…, 2015:111). 

Londres se convierte en el espacio urbano diverso en donde Chris confiesa por primera vez su verdadera identidad sexual. Tales características de la metrópolis lo llevan a liberarse del yugo que le oprimía en el pasado. Ello se compagina con la explicación de Sergi Valera con respecto al rol que desempeñan las ciudades. Para Valera: “la complejidad social de nuestras ciudades conduce a que numerosos grupos con diversas motivaciones y necesidades espaciales deban coexistir, convivir y compartir el espacio urbano. Es precisamente esta diversidad la que hace de este espacio un entorno altamente dinámico, vivo, plurifuncional y fascinante” (Valera, 1999:9). Y Londres personifica precisamente la diversidad dinámica, viva, plurifuncional y fascinante donde el protagonista se abre con La Chica de la Arepas, recibe su primer beso por parte de Frederic y se da la oportunidad de entregar su corazón al Chico Más Guapo del Mundo vía internet (al principio).  Ejemplo: “Frederic unió sus manos a las del Chico de las Estrellas. Aprovechando el aliento que se escapaba de mi boca […] me besó […] Aquel beso era estéticamente perfecto, mucho más de verdad que el de Lady Madrid, más mágico. Más real. Pero faltó algo (El Chico…, 2015:123). Chris encuentra en Londres a Frederic, quien representa sus mismos intereses y su misma identidad sexual.

 

Por lo tanto, Londres vendría a simbolizar lo que Foucault denomina heterotopía. Para Foucault es una especie de descripción sistemática cuyo objetivo en la sociedad es el estudio, el análisis, la descripción y la interpretación de esos espacios diferentes, de esos otros espacios, es decir, una suerte de contestación a un tiempo mítica y veraz del espacio en que vivimos (Foucault, 5). Al interpretar los espacios urbanos Madrid/Londres de acuerdo a las experiencias vividas por el protagonista, se puede interpretar que Londres como espacio diferente, le ayuda a contestar las inquietudes y los deseos sexuales de una forma mítica; empero, será Madrid el espacio en donde todo ello de mítico y de fantasía se convertirá en un hecho real. 

 

En suma, a pesar de que Pueyo exacerba en el uso de sintagmas preposicionales, intenta romper con la escritura tradicional y emplee una polifonía de géneros literarios, El Chico de las Estrellas es un buen texto que permite su interpretación desde una perspectiva binaria. Por un lado, se observan los elementos característicos del bildungsroman y como lo plantea Gómez Viu, el proceso formativo crea conflictos entre los deseos y los intereses inversos de la sociedad. En particular en el caso de Chris, existe ese conflicto entre sus deseos sexuales y los intereses de la sociedad patriarcal. Asimismo, la obra de Pueyo cuenta con las etapas de la novela de aprendizaje: el aprendizaje de juventud (sus años en la preparatoria), los años de peregrinaje (las constantes mudanzas, su viaje a Londres) y el perfeccionamiento (inicia en el exilio, en Londres y continúa y se perfecciona en Madrid). 

 

Ahora bien, por otro lado, el discurso queer se refleja en el trabajo literario del autor español mediante tres dimensiones: la libre construcción del cuerpo, la emancipación de la liberación patriarcal y la ciudad/espacio urbano como refugio. Cabe subrayar que el discurso queer representa la crítica social a una sociedad que lejos de avanzar pareciera que retrocede en el tiempo y en la mentalidad, puesto que aún hoy en día subsisten la homofobia y el miedo al otro, al marginado, al subversivo, al transgresor, al gay, al queer, quien busca un espacio y una voz para defender su espacio y sus derechos en una sociedad patriarcal del siglo XXI.

 

Pueyo invita al lector a la nostalgia —Peter Pan—, y como lo hiciera Antoine de Saint-Exupéry con El principito recurre a un texto de corte juvenil-adolescente con la finalidad de concienciar las buenas conciencias (título de Carlos Fuentes) de los adultos y de sus contemporáneos con respecto a la empatía, la tolerancia y la aceptación del joven diferente a los demás, es decir, El Chico de las Estrellas del buen vestir y voz femenina quien encuentra en la escritura no sólo su verdadera vocación, sino también su refugio y la catarsis que le otorga la seguridad y el coraje de aceptar su condición sexual queer. 

 

Bibliografía 

El Chico de las Estrellas (2017). Recuperado de http://estudiantes.elpais.com/periodico-digital/ver/equipo/1270/articulo/el-chico-de-las-estrellas 

Foster, David W (1995). Producción cultural e identidades homoeróticas: teoría y aplicaciones.  Tempe: Arizona State University. 

Foucault, Michel (1984). Los espacios otros (Heterotopías). En U-ABC-Teoría Facultad de Artes de la Universidad de Baja California:1-46-49. 

Gómez Viu, Carmen (2009). El bildungsroman y la novela de formación femenina hispanoamericana contemporánea.  En EPOS XXV: 107-117. 

Littlehale, Kristy (2017). Novelas de Bildungsroman.  En Storyboardthat: 1-3. 

López Gallego, Manuel (2013). Bildungsroman. Historias para crecer. En Tejuelo, 18: 62-75. 

Martínez Pueyo, Christian (2017). Recuperado de http://homosensual.mx/cultura/resena-el-chico-de-las-estrellas/ 

McDowell, Linda (1999). Gender, Identity and Place: Understanding Feminist Geographies. Minneapolis: University of Minneapolis Press.  

Pueyo Martínez, Chris (2015). El Chico de las Estrellas. España: Planeta. 

Seidler J, Victor (1989). Rediscovering Masculinity: Reason, Language, and Sexuality. New York: Routledge. 

Valera, Sergi (1999). Espacio privado, espacio público: Dialécticas urbanas y construcción de significados.  En Tres al Cuarto, 6:22-24. 

 

*Imagen de portada: soyhomosensual.com 

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Sobre el autor

Juan Antonio Serna Servín

Doctorado en Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales (Arizona State University), Maestría en Literatura (University of  Houston), Licenciatura en Letras Españolas (Universidad Autónoma de Nuevo León). Egresado de la Normal Miguel F. Martínez, de la Normal Superior del Estado y Maestría de la Escuela de Graduados. Ha publicado diversos artículos de cine, literatura, enseñanza y de estudios culturales en diferentes revistas de Estados Unidos, Inglaterra y México. Ha cursado estudios de Metodología de la Enseñanza y Traducción e Interpretación en España, así como Cursos de Francés, Cultura y Literatura de Quebec en París, Francia y Quebec, Canadá.

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