La exhibición “Grafías en el agua. Juan Manuel de la Rosa” del pintor, escultor, grabador y ceramista, curada por el crítico de arte Xavier Moyssén, reúne cien obras en su mayoría pinturas y grabados, así como esculturas en menor número realizadas en madera y jade. La muestra, inaugurada el 30 de mayo del presente año durante el Festival Alfonsino 2018 y que permanecerá hasta diciembre próximo, es organizada por la Pinacoteca del Estado del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, en coordinación con la Secretaría de Extensión y Cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León. En sus piezas, elaboradas en soportes sobre papel, De la Rosa usa fuentes naturales como la grana cochinilla procedente en Oaxaca; además fueron hechas en las técnicas del óleo y temple sobre pergamino, acrílico sobre tela, grana cochinilla sobre papel, mixta sobre tela, óleo sobre pergamino, entre otros soportes, y las esculturas fueron hechas en jade, bronce sobre madera y base de ónix.
Texto curatorial
Comparados los actuales sistemas de almacenaje electrónico con los que se ocupaban de rescatar, resguardar y preservar los documentos con soporte de papel, es muy probable que estos últimos garanticen mejor su permanencia y longevidad que los primeros. El libro más antiguo que se conoce el llamado Sutra del Diamante, fue impreso, en su traducción al chino, en el 868 d.C., en un material que a su vez ya era milenario es ese entonces, pues se cree que la fabricación del papel inicia en siglo II a.C. Antigüedad contra la que no se puede comparar ningún sistema moderno, ni mucho menos garantizar que lograran resistir de igual manera el paso del tiempo.
El papel, amén de tener un sitio clave en el desarrollo de la civilización, ha sido compañero inseparable del hombre en los momentos en que este ha tenido que expresar y dar a conocer su dolor, rabia y coraje, pero también su valor, sueños y esperanzas, los viajes de su imaginación y el vuelo de su fantasía, el avance de sus conocimientos y el dominio de su entorno, su interacción consigo mismo y los demás, con la aparición de lo que hoy llamamos arte y lo que conocemos como ciencia.
Como se verá en esta exposición, Juan Manuel de la Rosa, a pesar de conocer y emplear una multitud de técnicas y materiales, parece tener una especial predilección por la obra con, en, sobre papel. Recurrir a tal materia es remontarse en el tiempo pues no se trata del uso –cualquier uso—simple del papel, sino de convertir al soporte en el elemento central de la obra al grado de ser él la obra en sí misma; cuando esto ocurre, el productor deja de serlo y se vuelve cómplice, ayudante, facilitador de la obra que se va formando entre sus manos y ante sus ojos. La fabricación de papel, en este sentido, se parece mucho a la fotografía análoga, la imagen final, la imagen que se busca, aparece mágicamente como resultado de la manipulación que se ha llevado a cabo.
Más este no es el único ni el más importante de los recursos a los que echa mano de la Rosa, cuenta, además, con el que es el principio que dirige y ordena todo su quehacer, el de la intuición. Esta, en su caso, deviene en una suerte de síntesis entre el mirar y el hacer, que le hace posible entender el delicado equilibrio que debe existir entre los dilatados campos de color y las formas que los pueblan, ver la grafía contenida por la piedra, la sensualidad en el barro, el tesoro escondido en donde los demás sólo vemos la cotidianeidad.
Es posible que para muchos no sea desconocida la obra de Juan Manuel de la Rosa, mientras que a otros tantos les resultará desconocida pero que terminarán, como todos, deslumbrados por su calidad, y más al saber que no sólo que se trata de un destacado productor nacional, sino que fue forjado en esta ciudad; démosle entonces, con esta exposición, una nueva bienvenida, una bienvenida más a su casa.
Xavier Moyssén L.
Mayo, 2018
Sobre el artista
Pintor, escultor, grabador y ceramista, Juan Manuel de la Rosa nació en 1945 en Sierra Hermosa, Zacatecas y estudió en el Taller de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León en 1962. Dos años después ingresó a la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Al finalizar, en 1969, se trasladó a la Universidad de Guanajuato.
Fue becado por el gobierno de Nuevo León para realizar estudios y trabajos en Francia y España y ha realizado estudios especializados sobre distintas técnicas de elaboración del papel hecho a mano en Estados Unidos, Egipto y Japón. También ha sido profesor residente de diferentes instituciones en Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela, Colombia y Japón.
Su primera exposición la realizó en 1966 en la capital nuevoleonesa y a la fecha ha participado en más de 30 exposiciones tanto individuales como colectivas en diferentes países del mundo, en América Latina lo ha hecho en México, Argentina, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú, entre otros.
Ha participado en otros proyectos en pro de la comunidad y mujeres en situaciones vulnerables en México y Colombia, de lo que da cuenta en el libro “Mujeres artífices del papel”, editado en la colección Mujeres y Poder, por el Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León. Otro gran proyecto es el Museo Comunitario Club de Lectura de Vista Hermosa, surgido hace 17 años y que el año pasado obtuvo el primer Premio de Museología Crítica William Bullock-Femam, y que fue recibido por Natalia de la Rosa, hija de Juan Manuel de la Rosa, quien retomó el proyecto para que también se convirtiera en un espacio para enseñar artes y oficios.
Fotografías de Roberto Ortíz Giacomán.