
Imagen: Rodulfo Gea/CNL-INBA. Tomada de www.mexicoescultura.com.
La crítica cinematográfica debe verse no como una manera de valorar la película sino como pensamiento. Pensamiento cinematográfico que busca conjeturar sobre el cine y sus contextos.
Los libros Misterios de la sala oscura, de Fernanda Solórzano y Los salvajes en el cine de Roger Bartra son pensamiento cinematográfico que busca hablarnos de qué hay más allá de las imágenes cinematográficas, qué hay más allá de una película. Buscan exponernos el contexto que hace que una película no solamente sea entretenimiento, sino parte del zeigeit del siglo XX y del siglo actual.
Escribir sobre cine amerita una capacidad de reflexión que va más allá del mero comentario valorativo, amerita una capacidad de dar a conocer formas de ver el cine, formas de comunicar sensaciones e ideas. Es deconstruir una película y reconstruirla por medio de la escritura para que otros se interesen por ese filme, para que otros se vean como uno, seducidos por los misterios de la sala oscura.
Misterios de la sala oscura
Fernanda Solórzano, crítica de cine que publica de manera regular en la revista Letras Libres, nos entrega en su libro Misterios de la sala oscura su visión de un conjunto de películas que han dejado una huella en la historia del cine.
Filmes como Naranja mecánica (Stanley Kubrick, Inglaterra, 1971), El último tango en París (Bernardo Bertolucci, Francia 1972), El padrino (Francis Ford Coppola, EUA, 1972), El exorcista (William Friedkin, EUA, 1973), Tiburón (Steven Spielberg, EUA, 1972), Taxi driver (Martin Scorsese, EUA, 1976), o Matrix (Lana y Lily Wachowski, EUA, 1999) han cambiado la forma de entender el cine, han cambiado la tecnología y las narrativas fílmicas, pero además debemos entenderlos como parte los discursos propios de la época. Solórzano en cada capítulo dedicado a estas películas nos lleva por su análisis y la lectura que se ha hecho sobre estos filmes de tal manera que nosotros, sus lectores, podemos ver los debates que han generado cada una de estas producciones. Por ejemplo, en torno a El último tango en París nos presenta el debate en torno a la temática feminista que podría tener la película.
Los ensayos de Misterios de la sala oscura nos hablan de aquellas películas que “unas veces cambian el rumbo de la vida de una persona; otras, afectan a generaciones completas. Son las películas que arrojan luz a los enigmas de una sociedad. Las que dilucidan los misteriosos recovecos de lo humano”.
Los salvajes en el cine
Por otro lado, Roger Bartra, antropólogo y ensayista político, autor de libros como La jaula de la melancolía, Anatomía del cerebro y Anatomía del mexicano, en su publicación más recienteb(Los salvajes en el cine) propone una mirada al tema del salvaje y como éste se ha visto reflejado en el cine, principalmente en producciones de serie B, cine de horror y de ciencia ficción.
En su libro Bartra escudriña en los diferentes mitos del cine de horror, desde hombres lobo, androides, hombres salvajes, la huella de la visión occidental del otro, del salvaje como mito que ha ido evolucionando en la cultura de masas. Nos dice que “ciertos aspectos o dimensiones del mito se adaptan a nuevas condiciones y por ello el mito sobrevive”.
Su mirada antropológica evolucionista propone una manera de entender el cine y sus contextos. Y nos proporciona una manera de ver el cine como una mirada contextual. El cine no es ajeno a las condiciones sociales y míticas de una sociedad. Los aparentemente inocentes Tarzanes, hombres lobo, superhéroes, etcétera, hablan más de cómo perviven los estereotipos, el miedo al otro, el otro como amenaza. Quizá los tiempos proponen un nuevo mito del salvaje y el libro de Bartra nos permite ver que “este mito milenario sea una señal de las contradicciones y las paradojas de una civilización moderna que todavía no logra echar raíces profundas”.
Tanto el libro de Solórzano como el de Bartra nos hablan del cine como un reflejo de la sociedad con todas sus contradicciones, sus miedos, sus entornos. Nos hablan del cine más allá de las salas, pues cuando vemos una película no solo nos habla de las visiones de los directores, sino también habla de nosotros, de nuestro reflejo en la pantalla. Al final, el misterio de la sala oscura es que el cine no solamente lo debemos leer en ese proceso inmediato de consumo, sino que debemos darle prioridad a la lectura como parte de una agenda cultural, de una manera de entender el mundo.
*Imagen de portada: http://conarte.org.mx.