
Este 21 de noviembre, fueron entregadas en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León cuatro cartas que denuncian y exigen detener el ejercicio arbitrario de directivos que cesan injustificadamente a profesores-investigadores. A la demanda de solidaridad de profesores y alumnos del posgrado de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, este colectivo se sumó y reproducimos la carta entregada.
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C. Ing. Rogelio Garza Rivera
Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León
Presente.-
Quienes integramos Académic@s de Monterrey 43, colectivo formado por profesores e investigadores que laboramos en diferentes instituciones de educación superior, públicas y privadas en esta ciudad de Monterrey, nos permitimos comunicarle a usted nuestra gran preocupación porque el Dr. David de Jesús Reyes, profesor-investigador de Planta de Tiempo Completo y contrato de exclusividad en la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, ha sido puesto a disposición del departamento de Recursos Humanos de la Máxima Casa de Estudios que usted preside.
Hacemos de su conocimiento que el pasado día 9 de este mes y año en curso, el Abogado General de la Universidad Autónoma de Nuevo León le comunicó al Dr. David de Jesús Reyes que, a solicitud de la M.T.S. Laura González, directora de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, su relación laboral como profesor-investigador adscrito a esa dependencia había terminado, arguyendo su “incompatibilidad” con la Facultad. En nuestra opinión su cesantía carece de toda justificación legal y de hecho este acto ha generado repudio dentro y fuera de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Académic@s de Monterrey 43 se suma a las voces preocupadas y solicita a usted tomar cartas en un asunto políticamente vergonzoso en estos días de cambio democrático en México y que pone en entredicho el buen nombre de la institución que usted representa.
Somos conscientes que quienes tienen el mandato de estar al frente de las instituciones –como no dudamos sea su caso, Señor Rector– por sus múltiples responsabilidades no están siempre del todo informados acerca de los motivos y razones inconfesos que subyacen a las decisiones administrativas que toman los directivos de dependencias universitarias en materia laboral, y por tanto no se dispone del conocimiento de los antecedentes en las decisiones tomadas. En este caso, la situación laboral que afronta el Dr. David de Jesús Reyes, no se puede comprender sin referencia a otro profesor de la misma Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, quien ha sido despedido hace apenas tres semanas.
Se trata del M.T.S. Ernesto Medrano, quien laboró como Profesor de Tiempo Completo en la dependencia aludida. El Mtro. Ernesto Medrano perdió su vinculación laboral con la UANL a raíz de la acumulación de faltas a lo largo de este año. Sin embargo, esas faltas no son producto de la irresponsabilidad del mencionado profesor sino que se relacionan con la grave enfermedad que sufre su esposa: hace apenas un año le fue diagnosticado un cáncer en etapa terminal. Dado que ya no hay tratamiento posible, la cónyuge del Mtro. Medrano fue remitida por Servicios Médicos de la UANL a una clínica del dolor que paliara los efectos de su enfermedad. Las intensas atenciones requeridas por la enferma, su frecuente ingreso a la clínica por dolores insoportables y el cuidado de tres hijas menores de edad han rebasado las capacidades psicológicas y físicas del Mtro. Ernesto Medrano, quien afronta desde hace meses una honda depresión clínica con ideación suicida. A pesar del drama personal y familiar que embarga a este profesor, el cual tendría que conmover a cualquier persona sensible y motivar la inmediata puesta en marcha de políticas de apoyo, la directora de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, M.T.S. Laura González, determinó su despido. Con ello, la afligida familia del Mtro. Ernesto Medrano no sólo ha perdido su sustento económico sino también las atenciones médicas para la esposa, en momentos cuando la enfermedad cancerígena muestra sus secuelas más temibles y terribles. Como seres humanos nos sentimos profundamente conmovidos por una decisión administrativa tan indolente. Nos indigna, escandaliza y horroriza el nivel de insensibilidad, frialdad, displicencia, impiedad, dureza e indiferencia expuestas por la directora de una dependencia universitaria que pretende instruir al alumnado en el desarrollo humano. Ante estos hechos perturbadores nos preguntamos: ¿En qué momento los valores más consagrados de la humanidad –la compasión, la fraternidad, la solidaridad, la misericordia y el respeto hacia el otro– han dejado de alimentar el pensar y actuar de los directivos de la Universidad Autónoma de Nuevo León? ¿En qué momento la práctica de estos valores se ha tornado incompatible con la misión de esta casa de estudio? ¿Cómo es posible que la Máxima Casa de Estudios designe a una persona con tales carencias empáticas, afectivas y éticas para dirigir una Facultad donde se forman las futuras generaciones de mexicanos? ¿Cómo es posible que la rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León respalde verbal y administrativamente estas decisiones del todo repudiables por su inhumanidad?
Estos penosos sucesos constituyen el trasfondo del suceso laboral del Dr. David de Jesús Reyes, quien expresó en un mensaje privado en su página personal de Facebook su tristeza por “las injusticias en su centro laboral”. Su comentario desencadenó inmediatamente un cúmulo de mensajes por parte de profesores de la licenciatura en Trabajo Social, quienes le advirtieron de las nefastas consecuencias laborales que le podría acarrear su opinión. Desafortunadamente, no erraron. El día siguiente el Abogado General le comunicó la conclusión de su relación laboral con la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano por concepto de “incompatibilidad”. Nos preguntamos: ¿Cómo un acto de solidaridad y compasión de parte de un universitario puede llevar a su cesantía? ¿Qué niveles de crisis humanitaria tiene que afrontar una institución académica para que permita a sus directivos tomar decisiones carentes de toda consideración ética? ¿No implica la decisión de la directora de la Facultad de Trabajo Social y el respaldo que obtuvo de parte del Abogado General de la UANL, el fracaso más grande y absoluto del humanismo y con ello la inviabilidad de un proyecto educativo inscrito en los valores nombrados en la Visión 2020 de la Universidad Autónoma de Nuevo León?
Lo ominoso y lesivo del despido del Dr. David de Jesús Reyes resalta aún más si se considera que cuenta con una carrera académica intachable. Gracias a su desempeño profesional ha alcanzado las máximas distinciones académicas al que un profesor universitario mexicano puede aspirar: desde hace 7 años es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, cuenta con Perfil PRODEP y es líder de un Cuerpo Académico. Asimismo, ha liderado proyectos de investigación financiados por CONACYT y ha contribuido a la formación de varias generaciones de alumnos de licenciatura, maestría y doctorado, además de colaborar actualmente en un grupo de investigación interinstitucional sobre educación, seguridad y comunidad. A través de la publicación de libros y artículos en revistas científicos y por medio de sus intervenciones en congresos nacionales e internacionales ha enaltecido el nombre de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Carta entregada y recibida. Foto de portada: profesores y estudiantes al entregar las 4 cartas en la rectoría de la UANL
El cese injustificado del Dr. David de Jesús Reyes desnuda el escaso valor que la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano y, en particular, sus directivos atribuyen a los logros académicos de sus profesores e investigadores y el poco respeto que brindan hacia sus incansables esfuerzos diarios en un entorno laboral de escasez. En pocas palabras, la cesantía de este académico contraviene todos los derechos laborales que la Ley Federal de Trabajo otorga a los trabajadores. Este hecho ha sido incluso reconocido por diversas autoridades de la rectoría y el sindicato de la Universidad Autónoma por lo cual se le ha ofrecido reinstalarlo en otra dependencia. Pero, ¿por qué una persona que ha actuado siguiendo los más altos valores éticos y académicos tendría que cambiar de dependencia de adscripción? ¿No obligarían los valores proclamados y abrazados en la Misión y Visión de la UANL la inmediata remoción de la directora de la Facultad de Trabajo Social, que ha dejado constancia que no cuenta con las habilidades académicas y directivas para encabezar una dependencia universitaria? ¿Cómo una institución académica se puede separar de un académico de alto nivel por decisión de una directiva con un currículo académico mínimo?
La remoción del Dr. David de Jesús Reyes expone, además, otro asunto que nos preocupa: la intromisión de una autoridad administrativa (la directora de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano) en el campo personal de un trabajador con repercusiones en su ámbito laboral, incluyendo el contrato de trabajo y las normativas que sustentan y fundamentan su relación laboral. El cese del Dr. David de Jesús Reyes altera derechos humanos constitucionales, en particular, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a una vida sin violencia. Como máximo representante de la Universidad Autónoma de Nuevo León le solicitamos defender y salvaguardar la legalidad y no permitir su violación por parte de una directora.
Es preciso aclarar que no es la primera vez que un académico ha recibido este tipo de trato por la mencionada directora. Meses antes –entre febrero y abril del año en curso–, la misma directora se negó a renovar el contrato laboral del Dr. Alejandro Meza, profesor-investigador de tiempo completo con contrato de trabajo semestral y candidato a Investigador Nacional, por haberse opuesto, junto con otros colegas del Depto. de Posgrado de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, a someterse al vergonzoso registro de la huella digital, por considerarlo un procedimiento de control que contraria la libertad de movimiento necesario para desarrollar investigaciones sociales y que por lo mismo frenaría la productividad y creatividad científicas que los investigadores nacionales requieren para poder mantenerse en el SNI.
Asimismo, en la administración anterior de la misma Facultad, durante la gestión de la Mtra. Ma. Teresa Obregón, fueron despedidos o forzados a presentar su renuncia otros ocho investigadores nacionales. Entre ellos se encuentra la joven Dra. Ana Carrera a quien no se le renovó el contrato laboral después de haberse resistido a seguir trabajando durante su licencia de maternidad, una prestación laboral que le corresponde por ley y por el contrato colectivo. La Dra. Carrera no recibió ninguna explicación de esta decisión por parte de la entonces Directora, ni para enterarla del motivo del despido, ni para conocer el status del equipo de cómputo que fue retenido y jamás entregado a la Dra. Carrera, quien era responsable de un proyecto. Sobre este caso, el Sr. Rector fue enterado de forma escrita por correo electrónico. A la fecha se desconoce si evidenciar estos actos sirvió para amonestar a los responsables. Lo que sí conocemos es el hartazgo generalizado de la impunidad y del encubrimiento a las autoridades universitarias.
Los tratos brindados a los profesores e investigadores en la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, al igual que en otras dependencias universitarias, tienen como trasfondo estructural estilos de liderazgo despótico, autoritario e impositivo. Quienes trabajan bajo tales mandos sufren infinidad de secuelas psicofísicas desencadenadas por un clima institucional marcado por la violencia laboral.
Por lo anterior hacemos un llamado urgente para que:
– Se reinstale al Dr. David de Jesús Reyes en la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, si así lo deseara el Dr. Reyes, o bien, se le apoye en su reubicación en otra dependencia; que se tomen las precauciones necesarias para garantizarle todos sus derechos laborales y constitucionales y que se garantice su crecimiento profesional en un entorno académico libre de violencia.
– Se remueva y sancione administrativamente a la directora de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano, M.T.S. Laura González, por los graves atropellos contra los derechos más sagrados de un ciudadano mexicano y por carecer de las cualidades humanas más fundamentales para dirigir un centro educativo. Dejarla en su puesto y consentir con las violaciones a la ley cometidas por ella, significaría asentar un grave precedente que comprometería todo el proyecto educativo y formativo de la Universidad Autónoma de Nuevo León y, muy en particular, su contribución a la construcción de la paz, la justicia, la democracia y la libertad.
– Se analicen y corrijan los criterios que orientan la selección y el nombramiento de los directivos universitarios. El caso de las directoras de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la UANL demuestra que las políticas de selección del personal directivo no son adecuadas. Asimismo, es imprescindible que los directivos reciban capacitación permanente en relación con los derechos fundamentales y laborales que gozan los universitarios.
– Se abra un proceso de investigación y análisis sobre riesgos psicosociales en el trabajo universitario y su vinculación con las culturas de liderazgo en las diversas dependencias, con el fin de desarrollar estrategias políticas y administrativas que ayuden a democratizar la vida universitaria, restauren la normatividad vigente y que garanticen a todos los trabajadores universitarios una vida laboral sin violencia y el pleno goce de sus derechos fundamentales, humanos, de género y laborales.
– Que se desarrolle un protocolo para la atención y prevención del acoso laboral y de la violencia laboral en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Expresamos nuestra solidaridad con el Mtro. Ernesto Medrano y su familia y solicitamos a usted, Sr. Rector, que por cuestiones humanitarias reconsidere el despido de este profesor y que se le brinde los apoyos necesarios que un académico como él, quien ha entregado muchos años de su vida laboral a la UANL, se merece.
A través de este comunicado refrendamos asimismo nuestra solidaridad con el Dr. David de Jesús Reyes y hacemos un llamado a todas las comunidades dentro y fuera de la Universidad Autónoma para que alcemos nuestras voces por el respeto de la ley, la no violencia, la democracia, la solidaridad y el humanismo que debe orientar nuestro quehacer universitario en todo momento. Hoy más que nunca México requiere universitarios comprometidos con el bien común.
Monterrey, Nuevo León, a los 21 días del mes de noviembre de 2018
Académic@s de Monterrey 43
Por parte del colectivo y para recibir su respuesta, quedamos de Ud.
Dr. Eleocadio Martínez Silva, PTC e investigador de la Fac. de Filosofía y Letras, UANL
Dr. Efrén Sandoval Hernández, Investigador de CIESAS-Noreste
Dra. Lylia Palacios Hernández, Catedrática jubilada de la UANL
Nuestro correo: academicxsmty43@gmail.com
Nuestro Blog: https://academicxsmty43.blog/
c.c.p.
– Dr. Santos Guzmán López, Secretario General de la UANL
– M.C. Emilia Edith Vásquez Farías, Secretaria Académica de la UANL
– Dr. Juan Manuel Alcocer González, Secretario de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la UANL
– Dra. Patricia del Carmen Zambrano Robledo, Directora de Investigación de la UANL
– Lic. Oscar Amel Elizondo Zambrano, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la UANL
– M.C. Luisa María Alcalde Luján, nombrada Secretaria del Trabajo y Previsión Social en el gabinete del Lic. Andrés Manuel López Obrador
– Dr. Luciano Concheiro, nombrado Sub-Secretario de Educación Superior en el gabinete del Lic. Andrés Manuel López Obrador
– Mtro. Luis Raúl González Pérez, Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
– Mtra. Sofía Velasco Becerra, Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos-NL