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En noviembre del año 2017 viajé a la Ciudad de México para asistir al Encuentro de Estéticas de Ciencia Ficción en el Centro Nacional de las Artes. Participé con una ponencia sobre ficción climática. No se puede hablar de ficción climática, o cli-fi, sin entender el contexto histórico-ambiental que ha dado origen a las muchas novelas que integran este controvertido fenómeno literario.
Inicié mi charla con la parte técnica, explicando que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera han sobrepasado las 400 partes por millón por primera vez en la historia moderna. El calentamiento global, que resulta del cúmulo de este y otros gases de efecto invernadero, puede ser evaluado y medido con precisión. Uno de sus efectos medibles es el aumento en la temperatura de la superficie de los océanos. Estudios recientes sugieren que los océanos han absorbido 60% más calor de lo que se creía1. Al aumentar la temperatura del mar, aumenta también la evaporación del agua, lo que contribuye a crear tormentas de proporciones épicas. Para ejemplificar esto, hablé de la temporada de huracanes 2017 en el Caribe, y de la devastación ocasionada por María2.
Los fenómenos climáticos extremos actúan como catalizadores de las tensiones sociales y políticas de los pueblos. En Siria, luego de un período de tres años de sequía, la escasez de agua, las cosechas perdidas y el ganado muerto provocaron el desplazamiento de más de un millón de personas de las áreas rurales a las ciudades, abriendo paso a la guerra civil3.
Mencioné también que, de acuerdo con el Índice de Riesgo Climático Global4, en el período de 1997 a 2016, Honduras ha sido el país más vulnerable del mundo al cambio climático. Nicaragua aparece en el cuarto sitio. “¿Qué haremos cuando miles de refugiados climáticos centroamericanos lleguen a nuestra frontera sur?”, pregunté a una audiencia un tanto incrédula. “¿Qué pasará con el ya sobresaturado sistema de salud?”, pregunté al recordar las noches pasadas a cargo de una sala de urgencias de un hospital público. Durante esos años nunca fueron los diagnósticos realizados menos duros que las historias personales de los pacientes: pobreza, falta de educación, abandono. “¿Cómo haríamos frente a un evento así?”, insistí.
El conjunto de ejemplos, cifras y datos que elegí compartir pretendían develar la verdadera tragedia tras el aumento en la concentración de moléculas de dióxido de carbono: la crisis humanitaria.
Ante esta crisis global, las lenguas inglesas han respondido con una vasta producción literaria y cinematográfica en la que el cambio climático toma un papel protagónico: la ficción climática.
Maestros y académicos alrededor del mundo ven en las narrativas de ficción una herramienta útil para comunicar conceptos científicos e ideas complejas a nuevas generaciones. La Universidad de Oregon, la Universidad Estatal de Arizona, Stanford, Cambridge, la Universidad de Sidney y el Instituto de Estudios Avanzados de Sustentabilidad en Potsdam5son sólo algunas de las universidades que ofrecen cursos y talleres para el estudio de la ficción climática.
Pero, ¿pueden las ficciones de índole apocalíptico salvarnos de un planeta inhabitable? Un estudio publicado en Public Understanding of Science, en colaboración con el Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático, concluyó que exponer al público a experiencias visuales como el filme A Day After Tomorrow aumenta la motivación y el deseo de los espectadores por tomar acciones concretas para mitigar el cambio climático, al menos a corto plazo6.
En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático COP23 en Bonn, se dio a conocer una carta que debió haber desencadenado un escalofrío de talla mundial: 15 mil científicos firmaron el documento “Advertencia de los científicos a la humanidad. Segundo Aviso”7, y, sin embargo, la idea de crear refinerías persiste en muchos países.
La tarea de comunicar los efectos mortales del calentamiento global no ha terminado. Transformar hallazgos científicos en información digerible para la sociedad en forma de noticias, podcasts, novelas o documentales resulta indispensable en una sociedad que obtiene muchos de sus conocimientos sobre ciencia a través de los medios8y las redes sociales.
La caravana de migrantes que hoy atraviesa nuestro país podría ser sólo el inicio de un éxodo previsible. Los migrantes centroamericanos huyen de la violencia, la corrupción y la impunidad. Las catástrofes naturales continuarán agudizando el clima de injusticia y desigualdad preexistente. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados estima que 21,5 millones de personas cada año se ven obligadas a mudarse de territorio a consecuencia del cambio climático9.
Nuestra capacidad para adaptarnos a nuevos escenarios climatológicos pronto será puesta a prueba. En esta lucha, la lucha por encontrar un futuro digno y justo para todos, los retos son inmensos. Hoy más que nunca debemos conectar en el mismo nivel de urgencia. Que no quede duda: necesitamos más historias.
Referencias
- Resplandy, L. et al. Quantification of ocean heat uptake from changes in atmospheric O2 and CO2 composition. Nature. Volume 563, pages 105-108 (2018).
- Janise, Elie. ‘It feels like Dominica is finished’: life amid the ruins left by Hurricane Maria. The Guardian. Londres. Noviembre 2017.
- Benko, Jesisca. Hot Zones: El desplazamiento provocado por el cambio climático. Sunday Magazine, The New York Times. Nueva York. Abril 2017. Página
- Eckstein, David. GLOBAL CLIMATE RISK INDEX 2018 Who Suffers Most From Extreme Weather Events? Weather-related Loss Events in 2016 and 1997 to 2016. Germanwatch. Berlín. Noviembre 2017.
- Leyda, Julia. The Dystopian Impulse of Contemporary Cli-Fi. Institute for Advanced Sustainability Studies Working Papers, Potsdam, Alemania, Noviembre 2016.
- Lowe, Thomas. Does tomorrow ever come? Disaster narrative and public perceptions of climate Public Understand. Sci. 15(2006) 435–457.
- Ripple, William J, et al. World Scientists’ Warning to Humanity: A Second Notice. BioScience, Volume 67,Issue 12, 1 December 2017, Pages 1026–1028.
- Logan, R. A. Science Mass Communication: Its Conceptual History. Science Communication,23 (2), 135–163 (2001).
- Peiró, Patricia. Qué hacer para evitar llegar a los 200 millones de refugiados climáticos anuales. El País, España. Noviembre 2017.