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Personajes:
Comandante Letechepía. 55 años.
Cabo Ruiz. 21 años.
Campesina. 70 años.
***
(Oficina. El comandante Letechepía sentado frente a su escritorio, teclea en una máquina de escribir. Entra el Cabo Ruiz).
Cabo Ruiz(en firmes): ¡Comandante Letechepía!
Comandante Letechepía: ¿Qué quiere, Ruiz? (continúa tecleando).
Cabo Ruiz: Hay una señora allá afuera, una campesina, dice que lo anda buscando.
Comandante Letechepía: Yo por estos rumbos no conozco ninguna señora… o… ¿qué tipo de señora es?
Cabo Ruiz: Es de las que huelen agrio, mi Comandante.
Comandante Letechepía: No sea irrespetuoso, cabo. Dígale que se vaya.
Cabo Ruiz:…
Comandante Letechepía: ¿…Ruiz?
Cabo Ruiz: Es que… comandante…
Comandante Letechepía: Es que, ¿qué?
Cabo Ruiz: Dice la señora que…viene buscándolo a usted porque… quiere cortarle los huevos.
Comandante Letechepía: Ah, caray (deja de escribir), ¿a quién?
Cabo Ruiz: A usted.
Comandante Letechepía: ¿A mí?
Cabo Ruiz: Afirmativo.
Comandante Letechepía: Y usted, cabo, viene a pasarme el mensaje de esa vieja como si fuera su mandadero, ¿ya se le olvidó quién le ordena?
Cabo Ruiz: Negativo, comandante, es que la vieja me recuerda a mi tía Joyita.
Comandante Letechepía: Es usted un cretino, Ruiz. Y Lisandro, ¿qué pensaba al dejarla pasar por la puerta?
Cabo Ruiz: El general Lisandro fue a comprar unos pollos vivos.
Comandante Letechepía:¿Pollos?
Cabo Ruiz: Hoy vamos a cenar pollo, comandante.
Comandante Letechepía: Bola de asnos ofuscados. Ya corre a la vieja, o los huevos te lo corto a ti.
Cabo Ruiz: Afirmativo, comandante.
Comandante Letechepía: Ya, a la chingada.
(Ruiz sale con paso redoblado. Letechepía retira de la funda de su fornitura un revólver e inspecciona el tambor de balas del arma. Retoma su tecleo en la máquina de escribir. Ruiz vuelve a entrar).
Cabo Ruiz (en firmes): Mi comandante, la vieja no se quiere ir y… está muy arraigada a hablar con usted.
Comandante Letechepía (levantándose de su asiento):¡Mire, Ruiz, bajo la delgada rama de su idiotez, maldito mequetrefe imberbe hijo de la piruja anónima más grande del sur de México, le voy a decir, por última vez, qué tiene que hacer con esa vieja i…!
(Entra la campesina, en posición retadora, camina hasta frente el escritorio de Letechepía, quien tranquilamente, se vuelve a sentar; su mano derecha sobre la funda de su pistola).
Comandante Letechepía (sentándose):Buenos días, señora, a ver, diga sus razones de conflicto hacia mi persona.
Cabo Ruiz: Comandante, la señora no habla español.
Comandante Letechepía: ¿Y cómo carajos le dijo lo que le dijo?
Cabo Ruiz: En zapoteca, comandante.
Comandante Letechepía: Entonces usted dígame, Ruiz, ¿qué explicación hay de todo esto?
Cabo Ruiz: La señora dice que usted anduvo con un contingente hace como dos años en la Sierra Norte y… fusiló a su esposo y su hijo y a todos los hombres de su ejido y chamuscó todos los cultivos y cafetales, incluidos los de la señora aquí presente.
(La campesina apunta hacia la entrepierna de Letechepía).
Comandante Letechepía: Qué burla es esta, Ruiz, ya llévesela.
(Ruiz no se mueve).
Cabo Ruiz: Comandante, yo y el regimiento opinamos que la señora tiene sus razones para requerir lo que pide.
Comandante Letechepía: ¿El regimiento?, dígame nombres…
Cabo Ruiz: Fue un consenso general, iniciado por el general Lisandro.
Comandante Letechepía: ¿No que Lisandro no estaba?
Cabo Ruiz: Dejó los pollos, dijo lo que dijo y se fue a comprar achiote.
(Un silencio momentáneo).
Comandante Letechepía: Dígale a la señora que tome asiento.
(La campesina niega con la cabeza).
Cabo Ruiz: El español no lo habla pero sí lo escucha.
Comandante Letechepía: A ver, señora, esto que le voy a decir es muy serio: lo que pasó en la Sierra Juárez fue un operativo para capturar un grupo de revoltosos que se escondía en los adentros de la sierra, en algunas comunidades se aplicaron medidas extremas para la captura. La bala del orden y la paz arremete, a veces, violentamente y déjeme advertirle que la justicia en mano propia es tan inútil como un tronco caído.
(La campesina saca una credencial de un bolsillo de su falda y se la entrega a Letechepía).
Comandante Letechepía: ¿Su hijo? (la campesina asiente).
(Letechepía mira la identificación una vez más, la coloca en su escritorio y la desliza en dirección a la campesina).
Comandante Letechepía: Ruiz, vaya a ver si ya regresó Lisandro.
Cabo Ruiz: Dijo que no regresaba hasta las cuatro, porque iba también por un menudo para el desayuno.
Comandante Letechepía: Muy bien, mi segundo al mando anda en acciones mujeriles. ¿El raso Morales todavía sigue aquí?
Cabo Ruiz: Afirmativo, comandante.
Comandante Letechepía: Entonces tráigame a Morales. (Ruiz se encamina hacia la salida) Y Ruiz, tráigame el cloroformo y una de las jarras de mezcal.
(Ruiz termina de salir, Letechepía toma su máquina de escribir y empieza a teclear).
Comandante Letechepía: (a la campesina) ¿Sabe que estoy escribiendo? (la campesina no responde, solo está ahí parada, estoica, viéndolo) La carta de baja de servicio del tal soldado raso Morales, ¿la causa?: baja por hemorroides, el cobarde se las provocó quedándose dos horas en el baño, todas las noches, yo sé bien y esta carta va para el presidente municipal de su pueblo, para sus padres, para su esposa recién parida, que todos sepan que esos tanates tibios que tiene sirven como la paja del gallinero: sólo para que le reposen (deja de teclear). Esa credencial que usted trae de su muchacho quiere decir que estaba afiliado a una asociación campesina, señora, asociación que se creó desde allá por los cuarentas, yen ese entonces eran buenos, cumplían con sus promesas para los ejidatarios y tierra justa y todo lo demás, pero luego agarraron malas mañas y, en estos años últimos, en vez de seguir en los suyo, empezaron a escuchar a gente que venía leída en mamarradasque nada más a ellos los beneficiaba, gente de la ciudad que no tenía ni idea de lo que es trabajar la tierra y sangrar por ella… como usted bien entiende, y esta asociación se maleó de a poco y se pelearon con otro sindicato que tenía por líder al compadre de nuestro presidente de la república y nos llegó la orden que calmáramos a estos campesinos que se estaban empezando a armar y escondían a unos muchachos revoltosos que hasta la CIA andaba buscando y por eso se hizo el operativo, señora, verá, la cuestión política y la seguridad nacional van agarrados de la mano y uno no sólo da ordenes, también las recibe y, como ve, yo a mi edad ya no estoy para medias tintas; la orden de mis muchachos era capturar, no matar, pero cuando uno va contra gente armada con ideas locas, es necesario el uso de la “fuerza balística” (coloca su pistola en el escritorio). Campesinos, mexicanos, chinos, el hombre es muerte y vida en un envase de doscientos y tantos huesos. Y ahora usted me viene con que quiere ojo por ojo… una retribución. Si usted quiere justicia, yo se la traigo, pero sepa que el ejército no es una cabeza, es un músculo venoso que actúa y, a veces, no muchas, piensa.
(La campesina patea el escritorio, retadora. Letechepía pone la mano sobre su revólver, cautelosamente… Ruiz entra en ese momento).
Comandante Letechepía: Ruiz, ¿y el raso Morales?
Cabo Ruiz: No está disponible, comandante. Morales es de rancho y el único animado a despescuezar los pollos.
Comandante Letechepía: Ruiz, es usted patético. (Letechepía se levanta y se dirige hacia él). Y francamente me tiene hasta la punta de la verga su ineptitud. Usted será el mutilado, entonces. Bájese los pantalones… ¡Que se los baje!
(Ruiz se desabrocha el pantalón y empieza a bajárselo, hasta quedar en calzones. La campesina saca un machete desde algún lado de su falda).
Comandante Letechepía (sujeta a Ruiz): Mire, vieja, haga lo que su santo le encomiende, aquí tiene el fruto de su desgracia listo para ser cortado. ¡Ahora corte!
(La campesina alza el machete, lo mantiene en el aire, y de un solo movimiento, lo clava en el escritorio; el revólver sale volando. Se le acerca a Letechepía, le quita las medallas de combate; se le acerca a Ruiz, le quita su insignia militar; toma la credencial de su hijo y se guarda todo en su falda. Extiende el colorido chal que reposa sobre su espalda, se cubre el rostro con él [a excepción de los ojos]. Y sale).
Comandante Letechepía: Ruiz, súbase los pantalones (Ruiz se los sube).
Cabo Ruiz (da un saludo de respeto desganado y sale cabizbajo):Comandante.
(Letechepía se deja caer sobre su silla, quita el papel sobre el que escribía de la máquina de escribir, lo hace bola y avienta. Queda solo, con la mirada fija, inmóvil, una obscuridad súbita en su oficina, y frente a él el machete, bien clavado en el escritorio).
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