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Las paredes se lavan, pero las morras no vuelven

agosto 28, 20191 ComentarioEntre números, Feminismos, Portada SuplementosBy Alma Ramírez
Imagen: Laura Álvarez

Flashforward

CDMX. Sinaloa. Veracruz. Puebla. Chiapas. Coahuila. Estado de México. Sonora. Tabasco. Durango. Quintana Roo. Baja California. Campeche. Yucatán. Aguascalientes. Hidalgo. San Luis Potosí. Michoacán. Chihuahua. Querétaro. Nuevo León. En redes sociales, hubo convocatoria en por lo menos 21 estados. Según registro de medios de comunicación, en 20.

El 16 de agosto de 2019, miles de mujeres se armaron con brillantina ―artificial o hecha a base de colorante vegetal, azúcar o sal― pero más con indignación. Acumulada durante años, todos los días. En los trayectos cotidianos. A pie, en el transporte público o taxi. En el antro, la escuela, la oficina, reuniones familiares, en el mismo hogar. Hasta que la indignación y el hartazgo volaron por los aires.

Entonces ellas tomaron plazas públicas y calles.

#16A. Fiscalía General de Justicia de Nuevo León. 19:30

Compartimos la urgencia de nuestras hermanas para decretar la Alerta de Violencia de Género en la Ciudad de México, así como que, aquí en Nuevo León sea efectivo el trabajo de quienes cobran un sueldo por este programa y son indiferentes para concretar acciones ante la violencia de género en esta ciudad.

Repudiamos enérgicamente la criminalización de la protesta legítima del pasado 12 de agosto en la CDMX, así mismo la desacreditación del caso por el cual las compañeras nos indignamos en todo el país: cuatro policías violaron a una menor en Azcapotzalco.*

Solas o en grupo, varias con hijas e hijos, las mujeres llegan a las afueras de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León (FGJNL). Sentadas en las escaleras del acceso principal, en las jardineras, de pie en la banqueta o en un carril de la calle Ocampo, esperan el inicio de la marcha convocada en Monterrey. Mientras unas platican entre sí, otras fuman, miran algo en sus celulares o se pintan el rostro con brillantina verde o morada. Pañuelos verdes, banderas moradas, bandas de cabello color rosa. Casi todas van de negro. También hay miembros de la comunidad trans y algunos varones.

Una joven muestra una pancarta improvisada con una caja de cartón que tiene impresa la palabra “frágil”. Debajo de esta escribió: “tu masculinidad”. Otra chica reparte volantes con consignas. Llega la batucada Son Combativas. Hay cobertura periodística local, nacional e internacional.

Poco después de las 20:00 suena un silbato; se pide acercarse a la parte baja de las escaleras de Fiscalía para escuchar indicaciones logísticas y de seguridad. A pocos metros, una camioneta policial con estrobos encendidos y al menos cuatro oficiales. Otra frente a la concentración, cuyo número va en aumento. Ondean las banderas con símbolos feministas y la frase “Derecho a decidir”.

¡La policía nos viola, no nos cuida!

Imagen: Laura Álvarez.

Comienza la lectura del pronunciamiento en apoyo a las protestas en Ciudad de México. Se repudia la violencia contra las mujeres de todo el país. Se exige la declaratoria de alerta de género en los estados donde no se ha hecho. Sanciones económicas, administrativas y penales para los funcionarios que cometan actos delictivos, de omisión, negligencia u obstrucción de la justicia para las mujeres. Rechazo a la postura de las autoridades de criminalizar las protestas sociales legítimas, así como la evasión de responsabilidad institucional para atender, sancionar y erradicar la violencia contra mujeres y niñas.

“Reiteramos nuestra disposición al diálogo constructivo en el que se privilegie la voluntad política y la participación social para garantizar un estado de derechos plenos para las mujeres y las niñas en todo México. De que la ‘justicia pronta y expedita’ no sea sólo retórica discursiva, sino acciones concretas y contundentes que incluyan la protección a las víctimas, familiares y testigos, lejos de ponerlos en riesgo y desalentar las denuncias”.*

Asimismo, durante el acto organizado por la colectiva Rodada Feminista se recuerda la desaparición, violación y feminicidio de la niña Ana Lizbeth Polina Ramírez a manos de un expolicía, hecho ocurrido el 18 de julio de 2018 en Juárez, Nuevo León. Para entonces, media calle de Ocampo está cerrada.

“Estamos hartas de que nos sigan violando, asesinando y violentando y que no pase nada. […] ya no estamos dispuestas a tolerar un abuso más, ninguna asesinada más, ninguna violada más. ¡Así sea policía! ¡No tenemos miedo! ¡Queremos ser libres y vivir una vida sin acoso ni revictimización! ¡Por México y un Nuevo León sin violencias machistas!*  

“¡La policía nos viola, no nos cuida! ¡Nos violan, no nos cuidan!”, los gritos generalizados. Se pasa lista de las 52 mujeres muertas de forma violenta en el estado desde enero al 16 de agosto de este año. ¡Te nombramos!, responden las manifestantes a cada mención. Algunas van al centro del grupo y derraman brillantina sobre una figura femenina de unos dos metros de largo dibujada sobre papel kraft. Desde la acera opuesta de Ocampo, algunos policías toman notas. Alrededor de las 20:27 hay 3 granaderas en el lugar. En la parte alta del acceso a Fiscalía, detrás de las voceras, dos niñas vestidas de rosa se corretean y brincan. 

20:39. Salida rumbo a Pino Suárez. Como otras veces, batucada al frente, mujeres al centro, varones al final. Rodada Feminista y policías en flancos y retaguardia. Según El Norte[1], serían unas mil personas. ¡Ni una menos, vivas nos queremos! ¡La noche y la calle también son nuestras!

Bocinazos de autos al cruzar Pino Suárez. Es viernes y fin de semana de quincena, alegría godínez. En Monterrey hay otras prioridades. Algunos mariachis vestidos de blanco miran el paso de los contingentes desde el estacionamiento de una tienda de conveniencia donde suelen buscar clientes. La sonata de claxons, tambores y consignas continúa al tomar Cuauhtémoc hacia el norte. ¡Mujer, escucha, esta es tu lucha! Una integrante de Rodada Feminista pide a gritos ocupar todos los carriles para que los autos no se metan a la brava. Pero algunos lo logran y avanzan detrás de la marcha a pesar del operativo de Vialidad y Tránsito de Monterrey.

Imagen: Laura Álvarez

¡No es un caso aislado, es el patriarcado! ¡No es no, qué parte no entendiste, la N o la O! ¡Si tocan a una, respondemos todas! El calor húmedo y el sudor pegajoso se mezclan con la brillantina lanzada al aire. Cerca de Matamoros cesan los gritos; se levantan los puños y la manifestación camina en pesado silencio para tomar Juan Ignacio Ramón. Dos jóvenes observan desde una esquina y uno dice al otro: “ay güey, ¿y ahora cómo vamos a tomar el camión?”.

La batucada revive gritos y consignas. Continúan por Juárez al sur, entre circulación parcial de vehículos y obras de ampliación de banquetas de la zona comercial. Algunos uniformados siguen cuidando el evento con sus celulares. Puños de brillantina a lo largo de las tres o cuatro cuadras que abarca la marcha. Confeti sobre el asfalto.

Brillantina, compa, no balazos

Imagen: Laura Álvarez

Llegan a Morelos. En segundos, mujeres embozadas grafitean algunas columnas de Interplaza. “Amiga, si estás tomando nota, ¿no crees que esto fue muy pasado?”, pregunta un fotógrafo que capta imágenes del hecho.

A lo mejor pensó lo mismo el elemento de la policía de Monterrey que desenfundó su arma en plena manifestación tras ser atacado… con brillantina. El municipio, vía escueto comunicado, informó días después que el oficial portaba un arma “no letal”. Esa misma policía que podría, a corto plazo, asumir pleno control de la seguridad de la capital nuevoleonesa, compartida durante años con fuerzas estatales. ¡Me cuidan mis amigas, no la policía!

Publicación del periódico El Norte (18 de agosto de 2019. Sección Local, p.2)

Las pintas en negro, morado y verde se replican a lo largo de Morelos. Algunos transeúntes miran y otros deciden no hacerlo. De pronto hay gritos que exigen a la policía soltar a alguien. Le dejan ir. Metros después se ve a otro fotógrafo con la mitad del rostro bañado en brillantina. Un soldado caído más.

Ya en Zaragoza y Ocampo, frente a Palacio Municipal de Monterrey, nuevamente se alzan los puños y hay otro momento de silencio. A ratos el aire huele a algodón de azúcar, quizá por el glitter casero lanzado por los contingentes. Se rodea el edificio y otra vez, algunos conductores ignoran el operativo vial e intentan ganar paso hacia el multimodal Zaragoza.

Imagen: Laura Álvarez

¡A estudiar y aprender para poli nunca ser!, gritan las que van por Zuazua. En un parpadeo aparecen grafitis en la barda de catedral. Para cuando algunos policías se dan cuenta, ya no hay a quién detener. Incluso hubo tiempo para pegar un cartel que dice “Maternidad deseada”. La marcha sigue ante la mirada de personal del Casino Monterrey que observa detrás de una reja. Momentos antes de las 22:00, se entra a Barrio Antiguo por Morelos para llegar a Naranjo. Los reclamos de justicia se confunden con la música de los antros.

Adenda

Si acaso las fuerzas policiales tuvieron leves desbarres, en cambio, el desempeño de otras áreas del municipio fue, al parecer, simplemente brillante. En cuestión de horas, cuadrillas de trabajadores borraron pintas y grafitis.

Es que a la Sultana no le sientan bien los moretones. 

Ojitos pajaritos

Imagen: Alma Ramírez

En Morelos y Naranjo, las voceras suben a una tarima para repetir el pronunciamiento hecho en Fiscalía. A nivel de calle, el suelo está resbaloso por tanta brillantina derramada. Se pide un minuto de silencio por Ivette Medina Ramos, asesinada el 16 de agosto. Las fuerzas del orden no dejan de grabar. Pinches puercos, escribió alguien en un muro con brillantina rosa.

Entre las asistentes toma fuerza el rumor de que hay infiltrados. Se habla de varones de edad madura, corte de pelo tipo militar o policial que visten camisa o playera blanca y pantalón oscuro, que tratan de ubicarse al frente de la marcha o en los costados de los principales bloques, a pesar de que se estableció que los varones debían ir hasta el final del grupo. Que con celular en mano hacen registro de las manifestantes. Si el rumor es cierto, entonces se pudo apreciar por lo menos a dos personas que encajaban perfectamente con tal descripción.

Rodada Feminista cuelga en la estructura metálica un par de zapatos rojos, un letrero que dice: “Me quiere, no me quiere” y la enorme figura femenina de papel bañada con brillantina. El fragor de la batucada y más consignas rematan el pronunciamiento. Se llama a las asistentes a buscar a sus células de amigas si se separaron durante la marcha. Se pide no dejar basura y que nadie se vaya sola. ¿Quién va para Apodaca? ¿Alguien regresa a Fiscalía? ¿Escobedo, Mitras Centro, San Nico?

La reunión se disuelve poco a poco, mientras el aire todavía tiene un gusto dulce. Lamentablemente, la realidad de las mujeres no.

Analepsis

Imagen: Laura Álvarez

El 3 de agosto, varios medios difundieron la noticia: una menor de edad denunció haber sido víctima de violación a manos de 4 policías de la alcaldía de Azcapotzalco. El 12 se llevó a cabo una marcha encabezada por mujeres para exigir a las autoridades justicia y acciones efectivas sobre este caso, protesta que tomó un tinte inesperado. La movilización, que además de la #brillanteada a Jesús Orta, secretario de Seguridad de CDMX, alcanzó a diversos inmuebles, fue calificada por Claudia Sheinbaum, jefa del gobierno capitalino, como una “provocación”. Aunque luego la funcionaria bajaría el tono de sus declaraciones.

Cuatro días después, la sororidad brilló con luz propia.

*Fragmentos del pronunciamiento leído durante la protesta realizada en Monterrey el 16 de agosto de 2019.


Imagen de portada: Laura Álvarez.


[1] Periódico El Norte, sábado 17 de agosto de 2019, portada sección Local.

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#16A#brillanteada#NomeCuidanMeViolanAlma RamírezfeminismoMéxicoMonterreyviolencia de género
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Sobre el autor

Alma Ramírez

(Monterrey, 1978) Periodista y editora. Creadora de contenidos para una agencia de publicidad y como freelance. Ha sido parte del equipo de redacción de Vida Universitaria, Milenio Monterrey, MVS Noticias Radio y la versión digital del periódico ABC. Como elemento del Departamento de Edición de Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria (UANL), colaboró en la edición de la colección de poesía internacional “El oro de los tigres”.

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