
Foto: Colectiva Moradas
Vivir en la periferia es algo a lo que se han acostumbrado millones de personas a lo largo de todo el país. El caso de Nezahualcóyotl no es la excepción. Considerada una ciudad dormitorio, los habitantes se desplazan diariamente a Ciudad de México para ganar dinero, regresan tarde a descansar. El Estado de México es un cinturón que rodea la capital, el peligro es constante. Muchas integrantes del movimiento feminista de la periferia prefieren protestar en la capital del país, donde se sienten más seguras. Sin embargo, se ven expuestas a los peligros de andar en transporte público. Por ello, la dinámica de autoprotección consiste en crear redes de contacto y seguridad, mantenerse en contacto durante el traslado, establecer puntos de encuentro.
Esto se notó el viernes 14 de febrero, cuando distintas colectivas se reunieron para mostrar su indignación por las fotografías de Ingrid Escamilla que circularon por distintos medios. El evento era separatista, acudieron algunas integrantes de Ni Una Menos Neza, Asamblea 25N Neza-Chilma, Colectiva Moradas y familiares de Norma Dianey, originaria de Chimalhuacán, desaparecida en Nezahualcoyotl. Su caso muestra la urgencia de homologar los casos de feminicidio en el estado. Las asistentes vistieron de negro: veinte o treinta mujeres saliendo de El Coyote de Sebastián, punto de encuentro para marchas o reuniones de distintos grupos sociales.
Con tan poca cantidad de asistentes fue posible detener el tráfico en una de las avenidas importantes, la López Mateos. Y pese a que el pronóstico del tiempo afirmaba que la semana sería soleada, Tláloc y Mictlantecutli decidieron hacer acto de presencia con una brisa que se fue intensificando hasta transformarse en lluvia inesperada. La marcha se llevó a cabo pese al cinismo de las autoridades: la policía tomó fotografías y funcionarios públicos ahí para abrir carpetas si reconocían rostros de las protestantes. Por ello se recomienda acudir cubiertas a las marchas radicales, aunque la gente criminalice estas medidas. La justicia se tiene que exigir y tomar.
Se caminó de la avenida Pantitlán hasta avenida Chimalhuacán, donde se ubica el palacio de gobierno de Nezahualcóyotl. Todo duró menos de hora: durante ésta nos pitaron, se burlaron, pero también nos miraron con asombro. Entre todas nos protegimos: al mismo tiempo que gritábamos consignas, definíamos un perímetro de seguridad para el grupo. Pese a que la lluvia arreció, llegamos hasta palacio. Una de las organizadoras pidió disculpas por la premura con la que se organizó todo. Pero el recorrido da pie a que se hagan más marchas.