
Desde la introducción de Iron Man (interpretado por Robert Downey Jr) hace ya once años, el mundo cinematográfico se ha visto invadido por infinitas franquicias de superhéroes tanto en cine como en televisión, empezando con la mancuerna Marvel-Disney y después DC-Warner, las cuales compiten entre sí sacando diferentes películas de superhéroes al año, todas ellas éxitos seguros, palomeros, de taquilla, de números. Tenemos montañas de películas y series de superhéroes que parecen no tener un fin.
He llegado al punto de fastidiarme y hasta me he asqueado de todo producto visual derivado de los superhéroes de las grandes compañías. El cine de superhéroes termina por degradar nuestra apreciación de la estética, de vulgarizar el buen gusto y las buenas historias; nos convierten en espectadores dóciles, complacientes, que solo quieren ver a su personaje favorito bien representado en la televisión o en la gran pantalla, tener una historia más o menos bien adaptada con suficientes efectos especiales, personajes creados en CGI que servirán para vender juguetes, peluches o promocionar la película.
Este género es como la comida rápida, y el exceso de comida rápida termina por enfermar y matar. ¿No eso es lo que está ocurriendo con el mundo del cine? El exceso de películas de superhéroes está matando el cine; no solo eso, está matando nuestro amor por el séptimo arte.
No niego que haya una o dos buenas películas, una o dos buenas series sobre el tema, bien hechas, pero en general la sobre exposición de superhéroes ha llegado al punto de causar hastío en el espectador exigente.
Este género es como la comida rápida, y el exceso de comida rápida termina por enfermar y matar. ¿No eso es lo que está ocurriendo con el mundo del cine? El exceso de películas de superhéroes está matando el cine; no solo eso, está matando nuestro amor por el séptimo arte.
¿No tenemos suficiente de estas cintas? Hay películas de Superman, de Batman, de los Avengers, de Spider-Man, de Thor, y sus interminables secuelas todavía continúan y van a continuar. A estas alturas tendríamos que preguntarnos, ¿es necesaria otra película de Batman? La nueva cinta del icónico murciélago inicia filmaciones en el transcurso de 2020, esta vez interpretado por Robert Pattison. Se trata, una vez más, de un reinicio, una nueva franquicia de películas enfocadas en el personaje más usado y explotado por DC.
Existen ya muchas películas de Batman, en total ocho. ¿Cuántas veces más veremos en el cine a Batman pelear contra el Joker, el Acertijo o el Pingüino en la misma Ciudad Gótica? ¿Cuántas veces veremos morir de nuevo a los padres de Bruce Wayne? ¿Cuántas veces más vamos a tener que ver la misma historia, contada de maneras distintas, pero en el fondo la misma historia?
Sucede lo mismo con los X-Men, ahora una adquisición de Disney-Marvel. ¿Vamos a ver de nuevo el origen de este equipo? ¿El origen de Wolverine? ¿Vamos a ser testigos nuevamente del enfrentamiento entre Magneto y el Profesor X? Debo decir que, si los mismos cómics han repetido sus mismas historias hasta el hartazgo, ahora el cine está haciendo lo mismo. Parece que estamos atados a un ciclo monótono de franquicias de superhéroes del que no podemos salir.
. ¿Cuántas veces más veremos en el cine a Batman pelear contra el Joker, el Acertijo o el Pingüino en la misma Ciudad Gótica? ¿Cuántas veces veremos morir de nuevo a los padres de Bruce Wayne?
En los próximos años saldrán las películas de Flash (como si la serie no fuera suficiente), otra del Escuadrón Suicida, otra de la Mujer Maravilla y Shazam, una serie de Superman en el Arrowverso… necesitamos que alguien nos salve de los superhéroes que supuestamente tendrían que salvarnos.
Por eso la serie The Boys de Amazon Prime es un éxito, porque es una crítica despiadada, un golpe a esa obsesión con los superhéroes. Basada en el cómic del mismo nombre del autor Garth Ennis, The Boys ataca dura y mordazmente a esa tendencia que ya nos tiene hartos. Es la historia de gente común y corriente –como nosotros- contra superhéroes narcisistas y frívolos solapados por una gran y multimillonaria compañía—paralela a cierta compañía de un ratón de voz chillona que ha explotado a Marvel, ustedes saben cuál—y en donde el principal superhéroe, el Homelander, es un psicópata megalómano, uno de los villanos más aterradores y viles que la televisión nos ha dado.
Volviendo al tema, varias voces se han alzado contra esta tendencia dominante. Los viejos maestros del cine como Terry Gilliam, Martin Scorsese, David Cronenberg, han advertido que el cine de superhéroes está matando la industria. Si vas a una sala de cine encuentras dos o tres películas de Marvel y DC, además de otras que se anuncian para unos meses o el siguiente año, y el cine de autor es cada vez más escaso, menos distribuido y menos consumido. Porque el público ahora sólo quiere ver historias mediocres de justicieros en mallas; quiere ver otra vez a Batman enfrentándose al Joker, quiere ver de nuevo a los Avengers, se ha ido acostumbrando a esto y no busca algo nuevo.
. Parece que estamos atados a un ciclo monótono de franquicias de superhéroes del que no podemos salir.
El ejemplo son los seguidores del director Zack Snyder. Durante ya casi tres años han esperado una versión sin cortes de la película sobre la Liga de la Justicia, versión con un par de escenas de más y una historia más seria de la mostrada en el cine. Han esperado y han exigido, a través de las redes sociales, a la productora Warner que libere esta versión, porque quieren ver lo mismo solo con un par de escenas más. ¿Se imaginan desperdiciar sus vidas en eso?
La década de los veinte va a traernos más películas de este género. Más películas de los Avengers: ¿Qué harán después de derrotar a Thanos? Otra saga genérica, me imagino, no pueden hacer otra cosa. Vendrán nuevas versiones de los Cuatro Fantásticos, los X-Men… ocupando salas de cine y generando ingresos millonarios a sus productoras.
Aunque ya no veo cine de superhéroes, y me he alejado por completo de todo ese mundo de grandes efectos e historias repetitivas, en todas partes está su propaganda, sale en revistas, en comerciales. El hastío es general, y pese a la explotación cinematográfica, este género está muriendo. Aun así, Hollywood seguirá exprimiendo a este moribundo una y otra vez hasta que por fin deje de ser redituable. La pregunta es, entonces, una vez que el cine de superhéroes muera, ¿cuál será la siguiente moda que va a explotar?