redaccion@revistalevadura.mx
FacebookTwitterYouTube
LevaduraLevadura
Levadura
Revista de crítica cultural
  • Inicio
    • Editorial
    • Directorio
    • Colaboraciones
  • Cultura
    • Ensayo
    • Artículos
    • Entrevistas
    • Cine
    • Música
    • Teatro y Artes Vivas
    • Arte
    • Televisión
  • Política
  • Creaciones
    • Narrativa
    • Poesía
    • Dramaturgia
    • Reseñas
    • Del lector
  • Columnas
  • Levadura Tv
  • Suplementos
    • Derechos Humanos
    • Memoria
    • Ecología
    • Feminismos
    • Mariposario
    • Fotogalerías
    • Colectivos
Menu back  

Lecturas de la cuarentena: en torno a Berthe Trépat, Rayuela de Julio Cortázar

mayo 19, 20201 ComentarioArtículosBy Esteban Arrambide Silva

 

Acerca de Berthe Trépat

Fue de una necesidad urgente agregar el nombre de la pianista de Rayuela (1963) en el título de este ensayo, este personaje es una figura importante en la obra de Cortázar a pesar de que sólo aparece en un solo capítulo. Esta mujer representa una faceta de Horacio, ella encarna un aspecto de la personalidad de Oliveira. A lo largo de este ensayo explicaremos por qué nos ha llamado la atención de este personaje, qué es lo que no se ha dicho sobre ella.

 

Nuestras herramientas son hermenéuticas: impresiones, comprensión e interpretación, pero también echamos un vistazo muy breve a las propuestas estructurales de Pimentel en su obra El relato en perspectiva: estudio de teoría narrativa (1998). Así pues, el enfoque es hermenéutico/estructural, en cuanto al análisis del personaje. Nosotros sostenemos que las teorías narratológicas, aunque de carácter frío metodológicamente, sirven para complementar las aseveraciones que surgen a partir de las interpretaciones de la hermenéutica.

 

Sin otro preámbulo, comenzaremos con nuestras conjeturas, después indagaremos un poco acerca del contexto en el que se desarrolló la novela del autor. Para finalizar, incluiremos un breve análisis del personaje Berthe Trépat y cómo ésta se relaciona con el protagonista.

 

Conjeturas en torno a Rayuela

Primeramente, en este aparatado incluiremos nuestras primeras impresiones pero consideraremos lo siguiente: es importante dejar a un lado nuestros prejuicios a la hora de aproximarse a un texto, es decir, estudiamos a Rayuela como un objeto que se vale a sí mismo, como afirma Gadamer en su obra Verdad y método I (1999, pp.: 332). Es decir, habrá que desechar nuestros prejuicios para analizar a la obra de manera óptima.

 

Novela de viaje hacia la plenitud: esta primera impresión ha sido comentada innumerables veces en incontables artículos e investigaciones que tratan sobre la obra de Cortázar, sin embargo vale la pena abordarse. La Odisea, una de las historias más influyentes en la literatura, ha tenido una presencia en las letras hispanoamericanas. Hemos leído Los pasos perdidos que es una novela acerca del regreso hacia el pasado, por su parte, Rayuela es una novela acerca de un viaje hacia la plenitud.

 

Entonces, las conjeturas se construyen con base a indicios. La primera pista que nos conduce a afirmar que la novela es un viaje hacia lo pleno viene en los primeros renglones del capítulo 1. “¿Encontraría a la Maga?” se pregunta Oliveira mientras cruza las calles de la gran metáfora viviente donde sólo puede perderse cada vez más en su búsqueda por algo que desea.

 

Por esa razón, Oliveira quiere estar completo, él es el yang que está en busca del yin. Es como un Odiseo que busca regresar a Ítaca después de resolver la situación en Troya, ¿lo logrará? eso queda al juicio del lector al finalizar el viaje de Horacio.

 

La relatividad de una realidad: cada personaje se encuentra en su propia burbuja metafórica. Oliveira tiene su propio mundo que no es igual al mundo Maga ni al mundo del club de la serpiente ni el mundo Rocamadour. Cada quien vive sin importar de lo que viven los demás. Es decir, en los ojos de Horacio, y en gran parte de los miembros del club, la Maga es una supuesta ignorante, cada vez que habla todos los compañeros de Horacio se burlan de ella por las preguntas que hace. Lo que los miembros de ese grupo no entienden es que la Maga no es una mujer estúpida, su forma de conocer al mundo es diferente que la de Ossip o la de Horacio.

 

A saber, el mundo Maga está en el mythos y el mundo Horacio, en el logos. El mito y la razón, lo fantástico y lo racional. Estas son dualidades completamente distintas pero igualmente válidas. [Cuando escribí este párrafo hace ya dos años, todavía estaba envuelto en una burbuja ideológica falsa, vivía en un mundo imaginario reaccionario. Solía creer en las dualidades; el hombre es razón y luz, la mujer, mito y oscuridad. Ahora me doy cuenta de lo ingenuo e ignorante que fui alguna vez. La Maga no es un ser emocional, su respuesta contundente hacia Ossip en el capítulo 27 demuestra su capacidad para leer a la gente. Del mismo modo, Horacio se refugia en el mundo pragmático, pero sus interacciones con Berthe Trepat  son puramente emocionales. Dejaré este párrafo, para que la gente vea lo ignorante que una vez fui.]

 

La actividad de ser escritor: los capítulos sueltos no sólo cuentan la historia de un hombre perdido en las calles de París, sino que también relatan acerca de la actividad de escribir desde la perspectiva de uno de los escritores más importantes del siglo XX.

 

Por ejemplo, en las Morellianas de Otros lados, se nos presentan una serie de declaraciones relacionadas a la actividad de escribir. Un capítulo particularmente memorable es el 112 en el cual Morelli reflexiona y entra en conflicto por el uso de una oración como: “Ramón emprendió el descenso…” para luego cambiarse a una forma más genuina: “Ramón empezó a bajar…”. Los intelectuales del club de la serpiente intentan diferenciar el lenguaje ordinario y el literario, pero todo lenguaje es uno solo y no debe fragmentarse.

 

Además, con respecto a la actividad de describir un paisaje, el autor resalta la importancia de transmitirle al lector toda la información necesaria sin sobrecargarlo. Es decir, esto lo ejemplifica en el capítulo 8 el autor escribe una anécdota relacionada al viaje de Oliveira a las peceras de París. Lo que se relata no es importante, lo que es digno de tomar en cuenta es cómo se narra esa anécdota. Incluiremos aquí un fragmento del capítulo para demostrar los recursos que utiliza el autor: “íbamos por las tardes a ver los peces del Quai de la Mégisserie, en marzo el mes leopardo, el agazapado pero ya con un sol amarillo donde el rojo entraba un poco más cada día…”.  Todo lenguaje es intencional (Cervantes, 2011, pp.: 75-88), y cada palabra de este capítulo tiene una razón de ser y no está de más, el lector puede no conocer al muelle que Cortázar hace referencia, pues es un elemento extra-textual, pero sí puede imaginárselo gracias a la descripción y el ritmo que acompañan al texto.

 

Asimismo, esta escritura rítmica es una característica que todo texto literario debe tener. Pfeiffer afirma en La poesía (1971, pp.: 23-48) que para introducir un estado de ánimo se debe de contar con un ritmo y una melodía. El capítulo 68 es una evidencia de esto. Aunque es probable que el lector no conozca el vocabulario del glíglico, podrá entender que este capítulo es una narración en el cual se cuenta un acto amoroso, más específicamente el acto del coito.

 

Para finalizar este apartado, es evidente que la novela de Julio Cortázar manifiesta la idea de que en la literatura lo más importante es la forma sobre el contenido. Sin duda es interesante el planteamiento de Rayuela, el viaje por la plenitud de Oliveira es algo que ya se ha contado numerosas veces desde La Odisea, lo valioso es cómo se cuenta. Ahora bien, la literatura latinoamericana está condicionada por su época. En fin, ¿Qué ocurría en la Argentina de los años 60?

 

El boom literario y los 60

En primer lugar, Rayuela fue publicada en 1963 aproximadamente cuatro años antes que Cien años de soledad (1967), en el mismo año en que Elena Garro publicó sus Recuerdos del porvenir (1963) y diez años después de la publicación de El llano en llamas (1953) de Rulfo. La obra de Márquez y Cortázar fueron muy celebradas en su tiempo a pesar de no ser los iniciadores de lo que se llama el “Boom latinoamericano”, ellos no inauguran aquello que se conoce como “realismo mágico” pero son los más exitosos. Rayuela fue la primera chispa que dio lugar al boom de la literatura hispanoamericana (Rama, 2005, pp.:161-208).

 

De tal modo, la literatura latinoamericana comienza a tener una presencia y espacio físico en el nuevo mercado, tal y como afirmaba Franco Moretti en su artículo Conjeturas sobre la literatura mundial (Moretti, 2015, pp.: 57-77). La presencia de la literatura en un espacio de mercado implica que las obras literarias exitosas tendrán un fuerte reconocimiento en el público lector que las consume, no las lee sino consume, sin importarle la calidad, por suerte Rayuela y Cien años de soledad son producciones literarias de la más alta calidad. Desafortunadamente, los novelistas tienen que publicar en el tiempo adecuado para que sus obras reciban un reconocimiento por parte del público de manera que Garro y Rulfo pasaron desapercibidos.

 

En fin, ¿qué fue el boom literario? para comenzar, el término del boom tiene su origen en el marketing norteamericano, es una onomatopeya que se produce de una explosión, en este caso el sonido es de tipo metafórico y se usa para designar un incremento considerable en el interés por las novelas y los libros de ensayos sobre temas universales. La imagen del autor comienza a tener mayor relevancia a pesar de los esfuerzos de Barthes por matar a esta figura que poco a poco se apodera del campo literario y le quita cada vez más espacio a la imagen de la obra y la del lector (Barthes, 1987, pp.: 65-71).

 

Ahora bien, retornaremos al boom latinoamericano, la popularidad de estos autores hispanos se explica por las traducciones que se propagaron en Estado Unidos, Francia, Italia, entre otros países europeos. Los autores hispanos están más comprometidos con el estado socio-cultural de sus entornos, por tanto, las exigencias comienzan a ser otras (Rama, 2005, pp.:161-208). El clima político de la Argentina es evidente por la publicación de revistas dirigidas a la nueva clase media que trataban sobre temas de política, estilos de vida, entre otros. Una de estas revistas fue Primera plana de Jacobo Timerman (Navarro, 2009, pp.: 49).

 

Historia de un fracaso: interpretación de Rayuela a través de Berthe Trépat

Nuestro análisis acerca del personaje de Madame Berthe Trépat será breve pero fructífero. Según Pimentel el personaje es un actor compuesto por semas semánticos, estos semas son constantes para que no pierda su individualidad. Dicho concepto es el producto de dos aspectos: el nombre sumado a los atributos, el primer término consiste en el centro de imantación de los atributos cargados a un actor (personaje). Los atributos se identifican por medio de unas motivaciones que se identifican en el nombre mismo del personaje (Pimentel, 1998, pp.:59-94).

 

Por consiguiente, es probable que el nombre de Madame Berthe Trépat le causó desgracia a Oliveira porque cuando escuchamos un nombre como el de nuestra pianista nos imaginamos a alguien de un rango social relativamente alto, o sea, perteneciente a la nobleza. Esta motivación indicada por el nombre connota un estado civil (Pimentel, 1998, pp.: 65-66). Conviene recordar esto porque el nombre de este personaje es un punto clave que nos ayudó a llegar a nuestra conclusión de la obra.

 

Decidimos estudiar a este personaje porque representa un espejo para el actor central de la novela de Cortázar. Este espejo está compuesto de tres atributos psicológicos: la desilusión, la soledad y la mediocridad.

 

Por un lado, la pianista vive en un estado de eterna desilusión donde el éxito que creía merecer hace muchos años nunca llegó e imagina a un público que realmente no está ahí para contemplarla. Esta desilusión se evidencia por medio del entorno del personaje. Primero Oliveira se encuentra con la señora en una sala acompañado por un público de veinte personas aparentemente desinteresadas. Más adelante, nos encontramos con la pianista sola con Horacio en una sala que yace vacía.

 

Después, encontramos a la pianista junto con Horacio en las calles lluviosas de París hasta que llegamos a una casa con un balcón en el que Berthe Trépat no es bienvenida. El entorno físico dicta algunos de los atributos de los personajes.

 

Además, la pianista también es mediocre en sus conciertos. El capítulo 23 destaca una descripción muy detallada acerca de las melodías tocadas por nuestro personaje. Lo mediocre de Trépat es tan solo una faceta de la desilusión que vive a lo largo de los hechos de la novela.

 

Por último, Trépat representa la condena hacia la soledad. Parece tener una pareja sentimental pero eso es tan sólo una apariencia. Oliveira quiere ayudarla pero termina por insultarla sin tener esa intención.

 

Como resultado se concluye que el entorno y el nombre de la pianista contribuyen a edificar estos atributos: la desilusión, la mediocridad y la soledad. Cuando juntamos estos atributos obtenemos un personaje importante en Rayuela porque representa un espejo hacia un fracaso. El fracaso por estar completo.

 

Oliveira abandona a Trépat porque no pudo ayudarla y, además, ella es un espejo hacia el futuro que refleja el intento fallido de Horacio por sentirse pleno y exitoso. De modo que esta mujer se encuentra en un estado de absoluto fracaso. Es un personaje que no pudo encontrar su plenitud y, por tanto, está condenada a vivir incompleta en un entorno donde no es amada y vive una mentira perpetua de la que podría escapar pero, por alguna razón u otra, decide no hacerlo.

 

Para finalizar

En conclusión, este análisis es apenas uno de los primeros que hemos hecho acerca de Rayuela. A pesar de ser una obra muy investigada, estudiada y leída por millones de lectores, todavía hay mucho que decir acerca de sus personajes. Nos sorprende que no haya muchas investigaciones centradas en la figura de Trépat, creemos que faltarían muchas otras lecturas para desentrañar lo que realmente representa este personaje. Por lo pronto, estas fueron nuestras conclusiones preliminares, esperamos retomar el tema en un futuro próximo.

 

“¿Encontraría a la Maga…?” Rayuela es la historia de un fracaso, un intento fallido por parte del personaje en su viaje hacia la plenitud. Es como una Odisea en la que Odiseo se pierde, nunca llega a Ítaca y permanece a la deriva en un interminable mar metafísico.

 

Bibliografía                                                    

Barthes, R. (1987). “La muerte del autor”. En Susurro del lenguaje. Pp.: 65-71

Gadamer, H.,G. (1999). “Fundamentos para una teoría de la experiencia hermenéutica” En Verdad y método I. Salamanca: Sígueme.

Moretti, F. (2015). “Conjeturas sobre a literatura mundial”. En Lectura distante, trad. de Lilia Mosconi. México: Fondo de Cultura Económica,  Pp.: 57-77.

Navarro, M. (2005). “The sixties in Argentina: political repression, cultural vibrancy”. En Revista: Harvard review of Latin America (n°2). Harvard.

Rama, A. (2005). “El boom en perspectiva”. En Signos literarios (n°1), Buenos Aires. Pp.: 161-208

Pimentel, L. A. (1998). “Mundo narrado III: La dimensión actorial del relato” En El relato en perspectiva: estudio de teoría narrativa. Madrid, España: Siglo XXI.

 

(Visited 1 times, 1 visits today)
Berthe TrépatJulio CortázarRayuela
Compartir este artículo:
FacebookTwitterGoogle+
Sobre el autor

Esteban Arrambide Silva

Estudiante del Colegio de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. Inició recientemente su labor periodística al publicar reseñas para el primer número de la revista Navegantes. Ha participado en congresos como el Foro de Estudiantes de Lingüística y Literatura de la Universidad de Sonora.

POST RELACIONADOS
Los 5 Locos: crónica de lo indefinible
octubre 20, 2020
Navegantes
octubre 13, 2020
Bajo el eucalipto que respira en las Islas; algunos apuntes sobre “Los muros de agua” de José Revueltas
septiembre 22, 2020
Erdosain y la flor de la modernidad
julio 28, 2020
La trágica realidad del niño lector
julio 21, 2020
El cuerpo de Santa en la novela de Gamboa
julio 7, 2020
1 Comentario
  1. Responder
    julio 18, 2020 at 10:22 pm
    Carlos Gonzales

    fascinado con tu aporte y un gran gozo leerla ; saludos desde Perú

Leave Comentario

Cancelar respuesta

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

clear formSubmit

Buscador
Entre números
  • LEVADURA se va
    enero 11, 2021
  • ¡Se va a caer/ se va a caer/ arriba el feminismo que va a vencer/ que va a vencer!
    diciembre 30, 2020
  • Maradona, en el alma del pueblo su eterna despedida
    noviembre 25, 2020
  • El “Apruebo” chileno desde los algoritmos de las redes sociales
    octubre 26, 2020
Entrevistas
  • Entrevista a Guillermo Fadanelli
    mayo 19, 2020
  • Ópera prima de David Zonana
    mayo 19, 2020
  • Narrativargenta: Los modos de leer como posicionamientos. Que dure la desmesura
    marzo 19, 2020
ARCHIVOS LEVADURA
Comentarios recientes
  • Omar en Anton LaVey: El hambre de la mentira
  • 8 Poemas y una carta de Vita Sackville-West – Poiesis/ποίησις en Virginia y Vita
  • Erika Marissa Rodríguez Sánchez – Red Nacional de Investigación en los Estudios Socioculturales de las Emociones (RENISCE) en Migrar al Mesón Estrella: el gesto de la masculinidad hegemónica (primera parte)
  • Ana en LEVADURA se va
  • El sueño de Sor Juana y el insomnio de Octavio Paz en El sueño de Sor Juana y el insomnio de Octavio Paz

Subscríbete a nuestra lista de correo

Revista Cultural Independiente
redaccion@revistalevadura.mx
© 2017. Revista Levadura.
Todos los derechos reservados.
Quiénes somos
EDITORIAL
DIRECTORIO
COLABORACIONES
Síguenos

Find us on:

FacebookTwitterGoogle+YouTube

 Dream-Theme — truly premium WordPress themes
Footer

Levadura