
(Para acompañar la lectura de este texto sugiero escuchar la serie: “Metamorphosis / complete” de Phillip Glass, que se puede encontrar en el enlace: En caso de que el audio acompañante sea abrumador, entonces sugiero hacer una cosa primero y luego la otra, aunque es probable que el orden de los factores sí altere la experiencia.)
Les escribe Susana Alanis primeramente agradeciendo la invitación del equipo directivo de Levadura a apoyar como editora de la sección de Teatro y Artes Vivas de esta revista, y comprometiéndome con ustedes a escuchar/leer sus ideas para hacer de esta sección un espacio en donde nos podamos encontrar para reflexionar sobre lo que nos preocupa, dialogar lo que nos resuena, atender lo que necesitamos sembrar o construir y ¿por qué no? reír de los tropezones que todas y todos hemos vivido en nuestra práctica artística.
Este año nos ha empujado a la metamorfosis. Incluso se podría decir que estamos viviendo tiempos kafkianos o “imposibles de comprender” en palabras de Gonzalo Hidalgo Bayal, autor del prólogo de La metamorfosis (2009). Sin embargo, ante los límites de la imposibilidad, existen la metáfora y el arte como algo vivo que se mueve y que siempre encuentra caminos posibles. Por lo que, aunque no comprendamos nuestra realidad, el arte y la voluntad para transformarnos nos permiten evolucionar.
En esta sección escribiremos desde esa voluntad para transformarnos, es decir, desde esa disposición a pensar el mundo cambiante. Dichos cambios implican movimiento físico, mental, emocional y espiritual, por lo que, advertimos a nuestrxs lectorxs que esta sección estará en constante movimiento, ya que intentaremos jugar con los formatos del contenido y con el contenido mismo. Y qué mejor manera de reflexionar sobre movimiento y transformación que hacerlo a través de la lente de las teatralidades. Para ello, estaré invitando a colaborar a algunxs colegas que nos compartirán distintas formas de pensar la teatralidad.
En el apartado “Escenas multiculturales”, diseñado y escrito por Melissa Guzmán García, actriz, gestora e investigadora mexicana colaborando desde Madrid, España, tendremos entrevistas a colegas teatristas del viejo continente, además de algunos comentarios sobre manifestaciones artísticas del mundo y las semejanzas y contrastes con lo que estamos viviendo en México.
También hemos invitado a colaborar a colegas de distintas partes del país. Estaremos recibiendo colaboraciones por parte del Centro de Investigación y Documentación Dramática “Norteatro”, entre cuyos autores se encuentran Amalia Rodríguez Isais y Urani Montiel, quienes compartirán su visión desde Ciudad Juárez, Chihuahua. En esta edición Daniel Malaquías, también por parte de Norteatro, escribe la reseña: “El día en que el teatro tomó las calles”.
Otra participación que se suma también a este esfuerzo es el apartado que llamaremos: “Mirada escénica”, escrito por Edwin Sarabia, cuya pluma está afilando desde el sur de nuestro país para participar con reflexiones y críticas hacia las teatralidades, tecnovivios y lenguajes video-escénicos surgidos durante la pandemia y con suerte, hacia el teatro después de ella.
Por mi parte, estaré colaborando con el apartado llamado: “Prácticas artísticas contemporáneas”, en donde procuraré compartir algunas reflexiones en torno al quehacer de las artes vivas en nuestro contexto actual neolonés. Asimismo, en cada edición tendremos participaciones especiales y perspectivas diversas sobre la disciplina que nos ocupa y los espacios intersticiales con otras disciplinas.
Franz Kafka diría que la metamorfosis lleva a un final desolador, sin embargo, a través de su personaje Gregorio Samsa, también nos revela una forma de convivir con los cambios. El protagonista, encerrado en su habitación y transformado en un “monstruoso insecto”, se encuentra boca arriba sin poder caminar. En un momento imagina y piensa que, aunque la puerta esté cerrada con llave y a pesar de su aspecto físico, alguien podría llegar a ayudarle a colocarse en una posición más cómoda para empezar a caminar. Este pensamiento es suficiente para hacerlo sonreír.
Este año nos ha empujado a la metamorfosis. Incluso se podría decir que estamos viviendo tiempos kafkianos o “imposibles de comprender”. El pensar que Levadura es una puerta para el diálogo entre quienes escribimos y quienes leemos y el imaginar que a través de este diálogo quizá podamos empezar a caminar a pesar de la metamorfosis, son pensamientos suficientes para hacernos sonreír.